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La Mañana Alta Barda

Alta Barda tiene a su "Leoncita": la historia de Violeta Esquivel Ochoa

La neuquina llegó a la selección nacional de hockey y es representante de la región con la celeste y blanca.

El seleccionado juvenil de hockey femenino reunió a las mejores del país para afrontar una gira internacional y Violeta Esquivel Ochoa fue la Leoncita que representó a Neuquén. La joven de 14 años integró el conjunto nacional en la categoría sub 16 con apenas 14 años y está llamada a ser una de las deportistas destacadas de las próximas temporadas.

“Nosotras que somos 2010, las más chicas, tuvimos muy pocos procesos, entonces fue muy de golpe quedar ahí. Como es un nivel tan alto y tan bueno, también es un flash, porque estás acostumbrada a lo que hay acá”, dijo la jugadora de Alta Barda a LMNeuquén.

La Confederación Argentina de Hockey llevó adelante esta gira desde el 29 de marzo hasta el 4 de abril. En la previa, fueron muchos los jóvenes que tuvieron que pasar por concentraciones para poder ganarse el lugar. Cuando parecía que había que asistir a una más, la sorpresa fue enorme para Violeta.

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Un momento único

"Estaba en mi casa, esperando que mi hermana terminara de ducharse. Fue una semana después de la concentración, las dos habíamos quedado. Me mandan el listado y pensé que era para otra concentración que iban a hacer. Veo el listado y me apareció el fixture del viaje a Chile, entonces como que dije, ¿qué es esto?”, contó sobre la gran noticia.

Violeta y Malena son gemelas que comparten la misma pasión y los mismos colores. “Entré, vi que había un listado de jugadoras, y me vi ahí. Fui gritando a decirle a mi hermana. Después vino mamá, se lo mandamos a la familia, con mi hermana habíamos quedado las dos, así que si no era una, era la otra”, afirmó.

La gira comenzó en Mendoza, donde las chicas se instalaron con familias anfitrionas y jugaron dos amistosos en la ciudad antes de cruzar a Chile. “Cada jugador llegaba por sus propios medios a Mendoza, que era el punto de encuentro, y ahí nos íbamos cada uno con su familia asignada de Mendoza hacia la casa que le tocaba y jugamos dos amistosos”, relató.

La experiencia de la selección

Lo vivido para las jugadoras fue algo muy distinto a lo que están acostumbradas con sus propios clubes. En este caso, el hecho de quedarse con otras familias y no todas juntas en hoteles le dio otro tinte. “Allá es un nivel tan alto que es otro hockey, además es una experiencia diferente comparado a otros viajes. Fue como un intercambio, te quedas con familias allá, y es un equipo con todas las jugadoras nuevas de todas las provincias del país, así que muy lindo todo”, comentó.

En su llegada a Mendoza, en la previa a los amistosos tuvieron en sus manos la indumentaria oficial, algo que no se esperaban para esos duelos. “Apenas llegamos a la cancha, nos metieron a un vestuario, nos teníamos que cambiar rápido porque ya jugábamos y no nos habían dado la ropa. Ahí nos dieron todo el equipo completo y estábamos re emocionadas, gritando, porque nos imaginábamos que nos la iban a dar, pero no tan de repente”, recordó.

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Una camiseta con mucha historia

Ese fue uno de los momentos que más la marcó en la gira. “No lo podía creer, estoy acostumbrada a ver la camiseta que compras en locales de ropa y las llevaba a entrenar, que no tienen nombre ni nada. La vi con mi nombre y fue como un flash, estábamos todas fascinadas”, afirmó.

Ya en terreno trasandino, la Leoncitas se enfrentaron con selecciones chilenas de las categorías sub 16 y sub 18 en ambas ramas. “Era todo muy parejo, cada tres minutos cambiábamos, yo soy delantera y la regla era que cambiaban todas las delanteras. Por ahí un partido habrá hecho una delantera seis minutos como muchos seguidos, pero era todo muy parejo”, describió

La neuquina, además de disfrutar de la rotación, se despachó con un gol. “Fue un desborde de una compañera que juega en Buenos Aires que se llama Justina Urcola y fue de desvío. Creo que ese partido lo ganamos 2-1”, contó.

Desde Neuquén, su familia y entrenadores la acompañaron a la distancia. “Mi mamá transmitía los partidos. La verdad que muy acompañada, me escribían todos los días, mi entrenador más que nada, y los que me podían ver me veían porque eran horarios medio jugados también, a las 6 de la tarde, comentó. “Entonces, me veían de ratitos, pero todos me escribían, me alentaban y mi entrenador me ayudaba, porque también es medio difícil allá, por ahí conoces a un entrenador pero no tenés tanta confianza, entonces te cuesta un poco, pero por suerte me acompañó mucho”, agregó.

Violeta cursa el tercer año de secundaria y esta oportunidad con el seleccionado nacional la empuja a no bajar los brazos en el día a día. “Ahora a meterle mucho más así, se cómo es la experiencia, tengo más ganas de volver a quedar, así que tengo que seguir metiéndole y arreglar las cosas que por ahí me faltaban en los partidos”, concluyó.

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