El ente rector del fútbol sudamericano se caracterizó, una vez más, por su inoperancia. Esta vez, de todos modos, la culpa es compartida: Estados Unidos fue terreno hostil para los hinchas y las selecciones.
La CONMEBOL volvió a demostrar que la organización de los eventos deportivos le queda grande: la Copa América de Estados Unidos estuvo marcada por los escándalos dentro y fuera de las tribunas y tuvo, como frutilla del postre, las polémicas escenas que se pudieron apreciar antes de la final entre la Selección Argentina y Colombia. El encuentro debió postergarse más de una hora y las fuerzas de seguridad se vieron desbordadas.
El organismo había impuesto algunas medidas adicionales e incrementó el número de efectivos tanto en los alrededores del Hard Rock Stadium como en las tribunas, aunque los presentes indicaron que no había cordones de seguridad en las adyacencias. A su vez, a los familiares de los futbolistas se les designó ubicaciones especiales, más reservadas y alejadas del público general, con el objetivo de evitar situaciones similares a las que se vivieron en la instancia anterior de la competición.
El antecedente del escándalo en el Uruguay - Colombia
Ocurre que no se trató de la primera vez que la parcialidad del elenco cafetero genera tensión durante el certamen. Varios miembros del plantel uruguayo sostuvieron que, durante el encuentro de semifinales frente a Colombia, hubo agresiones que estuvieron vinculadas a una interna de la barrabrava cafetera: las golpizas alcanzaron al círculo íntimo de los jugadores charrúas, que se involucraron para frenar las trifulcas y generaron el efecto contrario.
De hecho, el entrenador Marcelo Bielsa despotricó tanto contra el ente sudamericano como contra la nación que alberga la competencia: "Lo único que puedo decir es que reaccionaron como lo hubiera hecho cualquier ser humano. Si están agrediendo a su mujer, a su madre, un bebe, a su esposa, a su hermana... ¿Qué hace? ¿Pregunta si van a sancionar a los que fueron a defender? Esto es una plaga de mentirosos".
El reclamo de las familias de los jugadores de la Selección Argentina
El hermano de Alejandro Garnacho, Roberto, lanzó un tuit incendiario advirtiendo que muchas personas cercanas al plantel argentino tampoco había podido entrar en el recinto: "Qué vergüenza la CONMEBOL, las familias sin poder entrar a la cancha, increíble. Estamos con la familia de Acuña -por Marcos- alejándonos de las peleas. La verdad es que es una verdadera vergüenza".
Por su parte, la madre de Alexis Mac Allister, Silvina, señaló que el campeón del mundo tuvo que interceder para que pudieran ingresar sin inconvenientes al estadio. "Tuvo que salir y estaba muy preocupado, yo pensé que no se iba a jugar el partido. Si los protagonistas estaban pretendiendo resolver esto... La novia de Ale es asmática y fue difícil, estamos bien. Siempre estuvimos en comunicación y nos dijo que se iba a quedar en la puerta. Nos dimos un abrazo".
Si bien el staff cafetero salió al campo de juego para realizar el precalentamiento sin inconvenientes, la Scaloneta aguardó un tiempo más hasta confirmar que sus seres queridos se encontraban en buenas condiciones después del desmadre. Las críticas ya se habían reproducido por otros motivos desde el inicio del torneo: el mal estado de los campos de juego y las tribunas vacías fueron otros de los objetos de debate. El pitazo del árbitro hará olvidar, por al menos 90 minutos, la inoperancia de las autoridades.
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