Real Madrid y Manchester City juegan un partidazo de locos en la Champions League

Los cuartos de final de la Champions League comenzaron con uno de los mejores partidos que puede ofrecer el mundo del fútbol. Real Madrid le gana a Manchester City en el estadio Santiago Bernabéu en el comienzo de la llave más picante en el mejor torneo de clubes del planeta.

Por calidad individual y estilo de juego, es un choque de estilos del vuelo lo más alto posible en el deporte más popular.

El equipo inglés que dirige Pep Guardiola llegó a esta instancia con un andar arrasador, mientras que los dirigidos por Carlo Ancelotti lo hicieron con algunas dudas desde el juego pero con mayoría de resultados cómodos, sobre todo en fase de grupos. Ambos sacaron los 18 puntos en sus respectivas zonas y después dejaron en el camino a rivales de escasa jerarquía como Copenhague y Leipzig.

Real Madrid y Manchester City empatan 3 a 3 en el Bernabeu

La visita comenzó ganando con una "avivada" de Bernardo Silva, que vio mal parado al arquero Lunin y en un tiro libre abrió la cuenta con toda su precisión y lectura de juego.

El golpazo a los 2 minutos parecía condicionar al Madrid, pero diez minutos más tarde el local reaccionó y tuvo esa suerte que los campeones llaman "mística. Primero fue mediante un remate de Camavinga, que iba a las manos del arquero pero se desvió en el camino y dejó sin respuestas a Ortega Moreno, que ya se había tirado para el otro lado.

Dos minutos después, el Merengue agarró al City a campo abierto y, en su salsa, el brasileño Rodrygo hizo un desastre. Encaró a Akanji mano a mano, definió con otro disparo débil, pero el balón se desvió en el camino y volvió a dejar al "1" rival sin posibilidad de reacción.

A los 20 del segundo tiempo, Phill Foden recibió en la puerta del área y sacó un zurdazo que se metió en el ángulo superior derecho del arco que defiende Lunin, para empatar el partido en el Bernabeu.

Cinco minutos más tarde, el City lastimó por el otro flanco y, desde la izquierda, Josko Gvardiol se inventó un tiro que volvió a dejar revolcado al arquero del Madrid, esta vez para el otro lado.

A poco más de 10 minutos para el final del partido, el uruguayo Federico Valverde recibió por el segundo palo un centro del brasileño Vinicius y se llenó el empeine de pelota para anotar un golazo de volea y dejar el partido -otra vez- empatado.