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El arquero neuquino que descendió con River recuerda cómo se vivió

El Indio Vega repasó cómo afrontó el descenso de River y la reconstrucción para volver a Primera.

El neuquino Daniel Vega dejó una marca importante en el fútbol argentino no solo porque jugó en River sino porque, además, fue campeón en un momento muy particular del club porque hace diez años luego de consumarse el descenso del que también fue parte -fue suplente de Juan Pablo Carrizo- había que afrontar la reconstrucción. Y ahí fue uno de los pilares fundamentales como el arquero titular del operativo retorno y lo consiguió un año después con el plantel dirigido por Matías Almeyda que se consagró campeón de la B Nacional para devolver al club a Primera División.

El Indio, hoy en la liga norteamericana en el San José Earthquakes en California que dirige el Pelado, diez años después recordó aquel duro proceso. "Ni siquiera los que jugaron la final en Madrid (con Boca por la Copa Libertadores 2018) sintieron la presión que nosotros tuvimos", comparó.

"Fue muy duro. Un golpe deportivo muy triste. Cuando volví a mi casa, empecé a pensar en lo que habíamos vivido y decía que no podía estar pasando. Ni llorar podía. Era inentendible que River descendiera", expresó el Indio en diálogo con La Nación.

"Yo no podía salir ni a comer, había un morbo muy grande. Todos querían ver a River perder. Llegó un momento en el que no se valoraba nada. Dejé de mirar la TV. Si ganábamos, era contra nadie. Si empatábamos, era “cómo van a empatar’. Y si perdíamos, era un fracaso", agregó.

“Lo primero que nos dijo Matías (Almeyda, el DT) era que nos preparáramos para un año casi sin hacer nada más que entrenar y jugar. Llegó y dijo: ‘No se puede salir a bailar, a comer, a fiestas privadas… nada’. Menos si empatábamos o perdíamos", relató.

Atajada de D. Vega a Danelón (HD)

El cutralquense agradeció el apoyo de los hinchas en el momento más difícil. "La reacción de la gente desde el primer día que estuvimos de pretemporada en Chapadmalal me sorprendió muchísimo. No es demagogia, es lo que vivimos. Vinieron siempre a darnos mucho ánimo para lo que se venía", comentó.

"Se decía que no iba a haber un mañana. Y no solo hubo un mañana, también hubo un futuro. Por eso la gente debe recordarlo. River es un país entero. Cuando vienen las malas, la presión es más grande. Es muy difícil salir de eso. Matías, cuando subimos a Primera, dirigió el primer año y muchos se reían cuando decía que River iba a ser el Barcelona de Sudamérica. Y mirá después lo que fue. Es muy loco, pero hubo gente que lo presentía", reflexionó.

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