El clima en Neuquén

icon
Temp
93% Hum
La Mañana Maíz

Claudia Sheinbaum prioriza la cultura del maíz natural y milenario por encima del transgénico

La presidenta de México prohibió la siembra de maíz transgénico en una clara defensa de la soberanía alimentaria de su país.

La reciente reforma constitucional en México, impulsada por la presidenta Claudia Sheinbaum, que prohíbe la siembra de maíz transgénico, representa un hito en la defensa de la soberanía alimentaria y la protección de la biodiversidad en América Latina. Esta medida no solo resguarda el patrimonio genético del maíz, sino que también enfrenta directamente la amenaza que representa el uso del glifosato en la agricultura.

Mientras tanto, en Argentina, el modelo agroindustrial sigue atado a los intereses de las corporaciones, consolidando una dependencia peligrosa de los agroquímicos y el monocultivo sojero.

claudia sheinbaum.jpg
Claudia Sheinbaum, Presidenta de México, en defensa del maíz.

Claudia Sheinbaum, Presidenta de México, en defensa del maíz.

Maíz e identidad cultural Vs. Transgénicos

El maíz no es un simple cultivo en México y en gran parte de América Latina; es el corazón de la identidad cultural y el sustento de millones de familias campesinas. Desde tiempos precolombinos, este grano ha sido la base de la alimentación y ha tejido lazos profundos en las tradiciones y cosmovisiones de los pueblos originarios. Sin embargo, en las últimas décadas, la introducción de maíz genéticamente modificado y el uso intensivo de agroquímicos como el glifosato han puesto en peligro esta herencia milenaria.

En Argentina, esta realidad es incluso más alarmante: el 60% de la tierra cultivada está dedicada a la soja transgénica, dependiente del glifosato y de otros herbicidas que han convertido vastas zonas del país en territorios contaminados.

El glifosato, herbicida ampliamente utilizado en cultivos transgénicos, ha sido señalado por diversas organizaciones y estudios científicos por sus efectos nocivos en la salud humana y el medio ambiente. La Organización Mundial de la Salud lo ha clasificado como "probablemente cancerígeno para los humanos". A pesar de estas advertencias, su uso se ha extendido, contaminando suelos, fuentes de agua y afectando la biodiversidad.

En México, se ha detectado la presencia de residuos de glifosato en productos derivados del maíz, como tortillas y cereales, lo que representa una amenaza directa para la salud pública. En Argentina, los pueblos fumigados llevan años denunciando los efectos devastadores del modelo agroindustrial, con casos alarmantes de enfermedades asociadas a la exposición continua a estos productos químicos.

maiz-mexico-infocampo.jpg
No habrá cultivo de maíz transgénico en México.

No habrá cultivo de maíz transgénico en México.

Reforma de la constitución en México

La reforma constitucional promovida por Sheinbaum modifica los artículos 4 y 27 de la Constitución mexicana, estableciendo la prohibición de la siembra de maíz transgénico en el territorio nacional. Este acto legislativo es una respuesta contundente a las presiones de corporaciones agroindustriales que, bajo el pretexto de aumentar la productividad, han promovido prácticas agrícolas que atentan contra la diversidad genética del maíz y la autonomía de los agricultores. Mientras tanto, en Argentina, la política sigue girando en torno a las exportaciones de soja y maíz transgénico, sin una estrategia clara para avanzar hacia una verdadera soberanía alimentaria.

Es esencial reconocer que la dependencia de semillas transgénicas y agroquímicos como el glifosato no solo erosiona la riqueza biocultural de la región, sino que también somete a los campesinos a un modelo económico que los despoja de su independencia y saberes ancestrales. La resistencia de comunidades indígenas y campesinas ha sido fundamental para preservar las variedades nativas de maíz, adaptadas durante siglos a las condiciones locales y resistentes a plagas sin necesidad de químicos dañinos. En Argentina, sin embargo, estas resistencias son sistemáticamente silenciadas por un Estado que prioriza la renta agraria por sobre la salud y la biodiversidad.

Maiz mexicano 2.webp
La soberanía alimentaría, uno de los puntales de México en defensa del maíz originario.

La soberanía alimentaría, uno de los puntales de México en defensa del maíz originario.

La decisión del gobierno mexicano sienta un precedente importante para otros países de América Latina, donde la lucha contra los transgénicos y el glifosato continúa. Es un llamado a valorar y proteger nuestros recursos naturales y culturales, priorizando la salud de las personas y del ambiente sobre los intereses económicos de unas pocas multinacionales. Mientras en México se avanza hacia la protección del maíz nativo, en Argentina seguimos atrapados en un modelo extractivista que nos aleja cada vez más de la soberanía alimentaria.

Sin embargo, esta medida debe ir acompañada de políticas públicas que apoyen la agricultura sostenible, la investigación en técnicas agroecológicas y la educación sobre los riesgos asociados al uso de agroquímicos. Solo así se podrá garantizar una transición efectiva hacia un modelo agrícola que respete la vida, la cultura y la dignidad de los pueblos de América Latina.

Ejemplo de soberania

La prohibición del maíz transgénico en México es un paso valiente y necesario en la defensa de nuestra identidad y soberanía. Es imperativo que otros países de la región tomen nota y se sumen a la construcción de un futuro donde el maíz, símbolo de vida y resistencia, siga siendo patrimonio de nuestros pueblos y no de las corporaciones. Mientras tanto, en Argentina, la soberanía alimentaria sigue siendo un horizonte lejano, relegado por una política que privilegia el agronegocio por sobre el derecho a una alimentación sana y libre de venenos.

Te puede interesar...

Leé más

Noticias relacionadas

Dejá tu comentario