Disfrutá este delicioso pan tumaca con jamón crudo para hacer en casa
Los principales ingredientes son pan, ajo y tomate. Una comida muy rica, un sandwich catalán, que puede ir muy bien también sin jamón.
En Barcelona es muy común comer un pan con tomate y ajo refregado llamado tumaca, y si le agregan jamón crudo sube a un altísimo nivel y es ideal para hacer en casa. Este plato tiene más de cien años y que algunas regiones de España se adjudican su nacimiento. Los murcianos llegados a Barcelona en la década del 20, tenían tomateras en sus patios y lo comían a dos manos en los almuerzos.
La clave son los tomates maduros. Aquí se usa una baguette de masa madre, pero va con cualquier pan flauta o alargado.
Ingredientes:
1 tomate
1 pedazo de pan baguette
1 diente de ajo
aceite de oliva
2 fetas de jamón crudo
Desarrollo:
Cortar un pedazo de pan para un sándwich grande. Luego cortar a lo largo.
Pelar un diente de ajo, cortar en dos y frotar cada mitad por ambas migas del pan.
Lavar y pelar un tomate maduro, partir en dos y frotar nuevamente sobre las migas del pan hasta que se tiña de rojo, no importa si el tomate se desarma o quedan pedacitos o semillas.
Sumar aceite de oliva y luego, opcional, unas fetas de crudo.
Para cualquier momento pan tumaca con jamón. Ideal con una cervecita fría, un vermú o un rosadito fresco.
Origen del pan Tumaca
El pan tumaca, también conocido como "pa amb tomàquet" en catalán, es un plato típico de la cocina catalana, especialmente de la región de Cataluña, en España. Es una receta muy simple pero deliciosa, que consiste en untar tomate maduro sobre una rebanada de pan, generalmente tostado, y luego aliñarlo con aceite de oliva, sal y, en ocasiones, ajo. En algunos casos, se acompaña con jamón serrano, queso o embutidos, pero la versión más básica solo lleva el tomate, aceite y sal.
El origen del pan tumaca se remonta al siglo XVIII, aunque se popularizó de manera más extendida en el siglo XIX. La tradición cuenta que esta receta nació en el ámbito rural, cuando los campesinos catalanes aprovechaban el pan duro de días anteriores. Para ablandarlo y hacerlo más apetecible, lo frotaban con tomate, lo que le daba jugosidad y sabor. A esto se añadía el aceite de oliva, un ingrediente fundamental en la dieta mediterránea.
El plato refleja la esencia de la dieta mediterránea, que se caracteriza por la simplicidad y el uso de ingredientes frescos y locales. El tomate llegó a Europa después del descubrimiento de América, y con el tiempo se convirtió en un ingrediente básico en la cocina española, lo que permitió la creación de este plato tan icónico.
Evolución y popularidad
Con el tiempo, el pan tumaca dejó de ser simplemente un recurso para ablandar pan viejo y se convirtió en un símbolo de la "gastronomía catalana", popular no solo en Cataluña, sino en toda España y el mundo. En su versión moderna, se utiliza pan fresco o tostado, y se combina con una variedad de ingredientes adicionales.
Hoy en día, el pan tumaca es una tapa común en bares y restaurantes de España y forma parte de muchos desayunos o meriendas. Es apreciado tanto por su sencillez como por su capacidad de resaltar los sabores de productos de alta calidad como el aceite de oliva y los tomates frescos.
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