Lo afirmó Raúl Radonich, sobreviviente del centro clandestino de detención "La Escuelita".
"El terrorismo de Estado no fue una obra de mentes desquiciadas o de sádicos que quisieron impulsar una matanza en la Argentina, fue producto de una razón instrumental, era requisito necesario para modificar la estructura económico social de este país", reflexionó Raúl Radonich, uno de los sobrevivientes del centro clandestino de detención "La Escuelita" que funcionó durante la última dictadura militar en el predio del Batallón del Ejército de la ciudad de Neuquén.
Las palabras de Radonich sonaron fuertes entre los que asistieron al acto realizado esta mañana en el sitio de señalamiento de "La Escuelita" en Lastra y Chaco para conmemorar el inicio del golpe de Estado. Radonich precisó que "es un acto de reflexión colectiva desde distintas identidades políticas y el pluralismo que existe en una sociedad, y que encuentra un denominador común que es la búsqueda de justicia, la búsqueda de disminuir esta desigualdad social que existe en la Argentina".
Por otra parte sostuvo que actualmente se sufren las consecuencias que dejó la última dictadura militar cuyos objetivos, entre otros, fue "desintegrar un país cuya sociedad era la más integrada de América Latina, de movilidad social ascendente". Precisó que cuando se inició la dictadura militar "la deuda externa Argentina era de 7 mil millones de dólares, al finalizar la dictadura era de 45 mil millones de dólares". "Esa deuda externa es la que hoy tenemos, es la que hoy estamos tratando de buscar la solución y que nos impone condiciones extremas a la sociedad argentina. Esta es una de las consecuencias de la dictadura".
"El terrorismo de Estado hizo posible la modificación estructural de la Argentina, porque una sociedad que estaba organizada, movilizada y con un alto grado de organización sindical, social, política, no iba a admitir pasivamente estas transformaciones regresivas del país", expresó Raúl Radonich.
Radonich, quien fue secuestrado en dos oportunidades en 1977, sostuvo que el terrorismo de Estado implementado por la dictadura militar "hizo posible la modificación estructural de la Argentina, porque una sociedad que estaba organizada, movilizada y con un alto grado de organización sindical, social, política no iba a admitir pasivamente estas transformaciones regresivas del país".
Consideró que el ejercicio colectivo de la memoria "nos impone como un imperativo categórico tratar de modificar por todos los medios a nuestro alcance pero siempre en democracia y con unidad de todos los sectores afectados por la pobreza y por la injusticia, construir un país socialmente justo".
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