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En 12 años, cerraron un 60% más de estaciones de servicio

Las crisis económicas y el cambio de rubro modificaron el sector. Hay 3.000 establecimientos abiertos menos respecto a 2017.

Según un informe que realizó la Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires, muchas estaciones de servicio migraron a proyectos inmobiliarios, aunque, en su gran mayoría, se encuentran en estado de abandono.

Con el correr de los años y a la par del crecimiento del parque automotor también decreció considerablemente la cantidad de Estaciones de Servicio que operan en el país. A principios de siglo el número orillaba las 7500, casi 3000 más de las que funcionan en la actualidad, y estiman que luego de que pase la pandemia por el coronavirus las cifras sigan disminuyendo.

Una de las regiones del país más afectadas por este fenómeno es la Ciudad de Buenos Aires. Los resultados que arrojó el informe de la Defensoría del Pueblo fueron concluyentes: “En términos generales, se puede estimar que en promedio la evolución de Estaciones de Servicio inactivas entre los años 2007-2019 sufrió un aumento de un 60 por ciento”.

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Los números demuestran el fuerte impacto que representa la actividad en el sector económico, social y de planificación urbana de la ciudad.

De acuerdo al informe, esta reconversión fue dada por un fuerte desarrollo inmobiliario, en especial en las comunas del norte, a diferencia del resto, en donde la mayoría de los predios quedaron en estado de abandono y con falta control por parte de las autoridades de cada municipio.

En relación al tipo de uso de las instalaciones, la construcción de “propiedad horizontal” encabeza la lista de reconversión. El segundo uso fue el de “estado de abandono sin habitantes”, seguido por otros usos (lavadero y estacionamiento) y por último una porción en las que habitaba gente.

El censo piloto desarrollado por la Defensoría del Pueblo, pone finalmente en evidencia que las Estaciones de Servicio radicadas en la CABA atraviesan una etapa de amplias transformaciones que deberían ser motivo de atenta observación por parte de las autoridades locales.

“Estos centros de servicios, fundamentales para el funcionamiento de la ciudad, no sólo constituyen una actividad altamente peligrosa, sino que además son parte relevante del paisaje urbano y de la cultura de los porteños. La fuerte presión de los emprendimientos inmobiliarios y constructivos no debería postergar la preocupación por la generación de posibles pasivos ambientales o por ejemplo, la desaparición de lugares de reunión o la aparición de terrenos baldíos o la intrusión de propiedades abandonadas en estado ruinoso”, expresa el informe.

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