Cómo fue el primer encuentro entre la Reina Máxima y León XIV
La argentina, reina de los Países Bajos, estuvo presente en la misa de entronización de León XIV celebrada en la Basílica de San Pedro.
Este domingo se vivió una jornada histórica en el Vaticano con la misa de entronización de León XIV, nombre pontificio adoptado por Robert Francis Prevost, quien asumió formalmente su ministerio como obispo de Roma. La ceremonia se llevó a cabo en la basílica de San Pedro, donde miles de fieles y representantes de todo el mundo se dieron cita para presenciar el inicio del nuevo pontificado. Entre ellos, una presencia argentina destacó por su elegancia y simbolismo: la reina Máxima de los Países Bajos.
La esposa del rey Guillermo Alejandro viajó especialmente a Roma en representación de la casa real neerlandesa, aunque esta vez no lo hizo acompañada por su marido ni por sus hijas, como suele ocurrir en otras ceremonias oficiales. En su lugar, estuvo escoltada por el primer ministro de los Países Bajos, Dick Schoof. La noticia de que Máxima asistiría junto al jefe de Gobierno fue confirmada el pasado miércoles por el Servicio de Información del Gobierno neerlandés (RVD) y sorprendió a muchos, dado que no es habitual que realice este tipo de apariciones institucionales sin su esposo.
Cómo fue el encuentro entre el Papa León XVI y la Reina Máxima
Durante la recepción protocolar posterior a la misa, la reina Máxima saludó al papa León XIV y mantuvo un breve diálogo con él en el que, según fuentes oficiales, le transmitió sus buenos deseos para esta nueva etapa al frente de la Iglesia católica. Su saludo fue uno de los momentos más destacados de la jornada, captado por las cámaras de Vatican Media, que cubrieron en vivo toda la ceremonia.
Como indica el estricto protocolo vaticano para mujeres católicas que no pertenecen a monarquías católicas, Máxima asistió vestida de negro riguroso, con un vestido largo de mangas completas, un bolso negro, anillos de plata y una mantilla de encaje cubriéndole la cabeza. Esta indumentaria, aunque solemne, también refleja respeto y sobriedad en eventos religiosos de alta jerarquía. La elección del atuendo respondió también a que, si bien Máxima es católica, está casada con un rey protestante, lo que le impide hacer uso del “privilegio de blanco” —una tradición que autoriza a las reinas consortes de monarquías católicas a vestir de blanco frente al papa.
Cómo fue la entronización del Papa León XVI
Así, mientras otras reinas como Letizia de España pudieron vestir de blanco por gozar de dicho privilegio, Máxima se ciñó a la tradición vestida de negro, lo cual no impidió que se destacara entre las figuras más elegantes de la jornada.
La ceremonia en sí fue sobria pero cargada de simbolismo. Miles de personas se congregaron en la Plaza de San Pedro, mientras en el interior de la basílica se desarrolló una liturgia solemne y tradicional, con gran participación internacional. La entronización marca el inicio de una nueva etapa en la Iglesia, y los líderes políticos y religiosos del mundo aprovecharon la ocasión para mostrar su apoyo al nuevo pontífice.
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