La emoción de Lola Latorre tras recibirse de abogada: "No fue fácil"
La hija de Yanina Latorre compartió su emoción por el logro conseguido a través de las redes sociales.
Lola Latorre se recibió de abogada esta semana. Como es habitual en la era de las redes, su madre, Yanina, compartió en sus historias de Instagram cada instante de ese logro tan esperado.
Los videos la muestran radiante, abrazando a su hija a la salida de la universidad. “¡Lola es abogada! ¡Te felicito! Acaba de rendir la última materia. Fue un ocho, ¿no? Hace una hora estoy pariendo muda. ¡Lola es abogada, amor!”, exclamaba a los gritos, y la imagen de ambas fundidas en un abrazo se hicieron virales.
Pasadas las horas y la primera emoción, quien se volcó a las redes fue la propia Lola. Su cuenta de Instagram, que ya suma casi 750.000 seguidores, se convirtió en un mural de celebraciones. En ese collage digital aparecen jornadas infinitas de estudio, tazas de café que parecen inagotables, apuntes, selfies en el baño y ese brillo en los ojos que solo regala el cansancio mezclado con la esperanza. “Y un día… fui abogada”, reza el texto que acompaña la publicación.
“La verdad es que no fue fácil. Me costó más tiempo del que imaginé, pero lo logré. Y hoy no puedo estar más feliz”, agrega la hija de la conductora.
Lola Latorre, la abogada de la famosa familia
La atracción por el Derecho para Lola Latorre nació en la pantalla, entre películas y series: “No niego ni afirmo que Suits tuvo que ver”, aseguró con humor.
La abogacía comenzó a compartir espacio con otros mundos: la comunicación, la moda, la creación. Pero la decisión fue firme: seguir hasta el final, aun cuando parecía imposible sostenerlo todo. “Derecho, como muchas carreras pesadas, es una de esas que demanda MUCHO tiempo de leer y leer”, escribió en mayúsculas.
Además remarcó que su carrera tuvo que convivir con una agenda imposible: trabajo con marcas, eventos, Rumis, compromisos varios. “Siempre fui la de cambiarme de ropa en el auto entre eventos y la facultad, corriendo de un lado a otro para llegar a todo”, detalló sobre su rutina.
Y confesó, sin miedos: “Hubo momentos en que pensé en dejar. También la pasaba bien, aprendía y me llevaba algo nuevo cada día”. Y la revelación crece: “Esta carrera me dio muchísimo más que un título: me enseñó responsabilidad, organización, a desenvolverme mejor hablando en público, a escribir, y un millón de cosas más”.
El final de su relato es una declaración de honestidad: “Hoy sé que probablemente no ejerza, y que mi futuro está en otro lado”. Pero el título cobra otro sentido. Detrás aparece todo lo que no se ve: noches sin dormir, lágrimas, risas y, sobre todo, una perseverancia que no pide aplausos, solo un poco de comprensión. “No fue lineal, ni perfecto, pero fue mío”.
En ese último párrafo, Lola se desnuda en orgullo: “Porque aunque me costó más, aunque me desvié mil veces, llegué. Y ese mérito es doble. Este título me enseñó que nunca hay que soltar, que los sueños pueden cumplirse aunque tarden, y que lo importante es el camino que te forma mientras tanto”. “Soy abogada. Y ese título me lo voy a guardar siempre en mi corazón”, cerró.
Te puede interesar...
Dejá tu comentario