Femicidio de la arquitecta: cómo llegaron al cuerpo de María Marta
Mediante un rastreo de las antenas que captaron el teléfono de la víctima, los investigadores arribaron al lugar exacto de la escena del femicidio.
La arquitecta María Marta Toledo vivía en Neuquén desde el 2018, cuando se mudó desde su Córdoba natal. En estos últimos años había forjado distintas amistades, sin saber que una de ellas, terminaría asesinándola. Su femicida, Fabián Lucini, intentó desviar la investigación e, incluso, deshacerse del cuerpo. Lo tiró en un canal de riego que desemboca al río Neuquén con el fin de que la correntada se lo llevara, pero algo falló. Una prenda se enredó en las ramas y el cuerpo de María Marta fue hallado casi en el mismo lugar.
A diferencia del femicidio de Cielo, donde primero se encontró el cuerpo y después, mediante un cruce de llamadas y antenas telefónicas, se arribó a la escena del crimen y al femicida; en este caso los investigadores hicieron el camino inverso. Con el análisis telefónico se llegó primero al cuerpo y a la escena del crimen y, luego, al femicida.
Ambas causas comenzaron con una denuncia por desaparición de persona. El 13 de septiembre de 2019, a las horas de no tener información sobre Cielo, sus amigos y allegados comenzaron a hacer circular su imagen por las redes sociales, al mismo tiempo que su hermana radicó la denuncia en una comisaría de Plottier. Era una joven de 18 años y la última vez que la habían visto fue en la escuela.
María Marta tenía contacto fluido con sus hermanas en Córdoba y el hecho de que desde las tres de la tarde del 29 de julio su teléfono no registrada ninguna actividad empezó a inquietarlas. Fue así que, a la mañana siguiente, Cecilia Toledo se comunicó con una de las amigas y le pidió que vaya a verla. Allí descubrieron que se había ido con Lucini, “quien le dijo a la hermana que capaz le habían robado el celular y que capaz iba a una entrevista de trabajo con un conocido, como dando la pauta de que quería que se quedara tranquila y dejara de buscarla”.
Como seguían sin tener contacto con ella, esa tarde radicaron la denuncia por desaparición. La misma fue concretada el 30 de julio, a las 17:05, tal como indicó la fiscal Eugenia Titanti durante la audiencia de formulación de cargos contra Lucini por el delito de femicidio. El acusado quedó detenido con prisión preventiva por seis meses. Además, detalló que, con la denuncia, se solicitó a la empresa de telefonía celular Movistar el informe del registro del número de abonado de María Marta.
“La empresa nos brindó el informe casi de inmediato y así, tras analizar el registro, se advirtió que el teléfono fue captado por las antenas de su casa hasta las 13:30 de ese miércoles y que luego comienza a moverse en dirección norte hasta dejar de operar en las antenas que se ubican en Centenario, en la zona de chacras cercanas a la vera del río Neuquén”, detalló la fiscal del caso.
No solo eso: del informe se desprende que entre el 23 y el 30 de julio hubo 56 llamadas cruzadas entre María Marta y Lucini, siendo las últimas llamadas perdidas de él a ella para disimular que desconocía lo sucedido. “Era la víctima con quien más conversaciones mantenía y esa mañana del 29 hubo 6 llamadas entre ambos -4 de él a ella y 2 de ella hacia él-, siendo la última a las 12:55”, relató Titanti.
Seguimiento de antenas
Tras realizar un seguimiento del recorrido de las antenas que captaron el celular de María Marta (Lucini no llevó su celular hasta Centenario) y luego con el rastreo de la perra Mora y un rastrillaje, los investigadores del Departamento de Seguridad Personal llegaron al lugar exacto de la escena del crimen.
“Del teléfono de la víctima se desprende el movimiento que tuvo desde las 13:33 del 29 julio en adelante”, comenzó el detalle de la fiscal, horario que coincide con su salida del edificio y la ida con Lucini en su camioneta, tal como lo captaron las cámaras de seguridad.
Así, señaló que a las 13:38, fue captado por la antena de la zona de Parque Industrial, luego por las de la ex cerámica Zanon; a las 13:50 por las antenas de Centenario y a las 13:55, por las antenas en la zona lindante a la vera del río. “Es un recorrido directo hasta la Calle 4 de Centenario, no hace escalas ni va a la calle Roca y Brown o al centro”, contó Titanti, en clara referencia a los dichos del acusado sobre que solo la llevó un par de cuadras.
“Entre las 14:24 ay 15:24 tampoco tuvo movimientos, permaneció sin ser utilizado. Dado que pasó una hora, nos explicaron que puede ser una conexión automática del teléfono y no una utilización real del mismo. Sigue en la zona de la vera del río y a las 15:24, el teléfono dejó de estar activo”, relató la fiscal, y agregó: “Estos es coincidente con el recorrido de la víctima en Google Maps, a la que se accedió a través de su computadora”.
Con el recorrido establecido y un pijama que secuestraron del domicilio de María Marta, el viernes 31 de julio, a las 9:45, comenzó el rastrillaje en esa área delimitada, en la zona de chacras de Centenario. "La perra Mora comenzó el trayecto hasta llegar a Calle 4 al final, cerca de la vera del río Neuquén. En su trayecto se advirtieron manchas hemáticas, de sangre humana. Pocos metros más adelante concluía el camino. En ese lugar, dado que el perro hasta ahí tenía el olor de la víctima, se realizó un rastrillaje, donde se observaron ramas que presentaban manchas y la existencia del cuerpo de la víctima en el canal de riego", detalló Titanti, y aclaró que fue necesario el trabajo de bomberos para retirar el cuerpo, que estaba sumergido.
"El cuerpo había quedado ahí, porque una de las prendas se enredó en una rama, sino ese canal a pocos metros desemboca en río Neuquen", sostuvo la fiscal, estableciendo que, en caso contrario, el cuerpo de María Marta habría sido llevado por la corriente hasta el río y luego aguas abajo, lo que hubiese dificultado mucho más su hallazgo. Tenía las mismas prendas de vestir con las que se la había visto salir del edificio el miércoles al mediodía con el acusado. En un bolsillo estaba la billetera, pero sin documentación personal. Solo había un cheque por 125 mil pesos firmado por el acusado, por un supuesto alquiler de unos vehículos. Tampoco fue hallado el celular ni las llaves del departamento de la víctima.
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