Más de 120 instituciones de la provincia presentaron un proyecto en la Legislatura para fortalecer y desarrollar su tarea.
“No son unos pibes detrás de una pelota sino que en todo esto hay un trabajo social y de contención que se hace en los clubes de barrio”, define Marcelo Castillo la tarea que lleva adelante la filial Neuquén de la Unión Nacional de Clubes de Barrio, una organización dedicada a fomentar el fortalecimiento de estas instituciones que se despliegan en diecisiete provincias del país.
La filial neuquina que preside Castillo comenzó su actividad en 2018 con 13 instituciones adheridas, entre clubes y escuelitas de fútbol barriales, pertenecientes a cuatro ciudades. A cuatro años de su creación, actualmente son más de 120 los clubes y escuelitas de más de 25 localidades de la provincia.
Estos clubes de barrio cumplen un papel fundamental más allá de lo deportivo porque a a través de las distintas disciplinas funcionan como herramienta de contención social.
Castillo, quien tiene 58 años y reside en Plottier, contó a LMNeuquén que su vinculación con los clubes barriales nació hace tiempo. “Comencé cuando llevaba a mis hijos a jugar a Pacífico de Neuquén capital, después se fueron a jugar a Los Canales de Plottier y ahí me empecé a involucrar un poco más con el club, siempre dando una mano en lo que hacía falta. En 2016 junto a otras personas se nos ocurrió armar una liga de escuelitas de fútbol en Plottier que fue la base para fundar dos años después la filial Neuquén de la Unión Nacional de Clubes de Barrio”, explicó.
“Es importante destacar el rol comunitario y social de estas instituciones deportivas barriales porque genera inclusión social y la posibilidad de practicar deportes en el barrio”, precisó Castillo.
Contó que las escuelas deportivas del Oeste son las que presentan las peores condiciones. “Hay escuelitas que tienen entre 80 y 100 chicos con solo cuatro pelotas; otras no tienen pelotas y arman pelotas con medias. Esa es la realidad del deporte comunitario en la provincia”, describió. Agregó que no solo se trata de la práctica de deportes sino también en las escuelitas y clubes a los chicos y chicas que asisten se les sirve una merienda. “Por eso insistimos con que necesitamos el reconocimiento del Estado porque hay que ver el trabajo que hacen los profesores, quienes llegan a su casa después de su jornada laboral, toman algo y se van a los clubes a entrenar a los chicos”, contó.
Castillo comentó que hicieron un relevamiento para conocer la realidad del deporte comunitario en la provincia. “El 90 por ciento de los clubes y escuelitas no tiene personería jurídica por lo tanto nunca recibió ningún apoyo del Estado provincial o municipal. En tanto el 75 por ciento de los clubes no tienen baños o no tienen cancha”. Pero lo que más llamó la atención en el relevamiento que ante la pregunta de cómo se financiaban para llevar adelante la tarea “la palabra que más se repetía en las respuestas era rifa, empanada, pollo, es decir que organizan venta de pollos o empanadas para obtener algún ingreso y recaudar dinero”.
Por otra parte, el dirigente destaca la solidaridad y el apoyo que existen entre las instituciones en relación a la falta de elementos para llevar adelante las actividades. “A veces somos los mismos clubes los que se ayudan entre ellos donando botines, camisetas, medias u otros elementos deportivos o bien donando esos elementos a la Unión para que nosotros se las entreguemos al club con más necesidades”. Puso como ejemplo que hace unos días una escuelita de fútbol de Cipolletti le donó a una de Plottier varios juegos de camisetas. “Es un claro ejemplo de la solidaridad que hay entre estas instituciones, es el trabajo social que hacemos desde la Unión. Estas instituciones realizan todo a pulmón", puntualizó.
También desde la filial neuquina se organizan torneos de fútbol relámpagos de una o dos jornadas con la participación de centenares de chicos y chicas. El pasado fin de semana, más de 150 chicos y chicas participaron de un torneo en Sauzal Bonito, "con un comportamiento excelente”, remarcó Castillo.
En mayo pasado, Castillo, junto a referentes de la Mesa Nacional de la Unión de Clubes de Barrio, se reunieron con legisladores provinciales para solicitar el apoyo de un proyecto de ley para estas instituciones. El proyecto establece la creación de un programa de apoyo económico a las instituciones barriales para su fortalecimiento y desarrollo. La norma establece que el programa se financiará con el 20 por ciento del presupuesto destinado al Ministerio de Deporte provincial y que serán los municipios, a través de su secretaría de deportes, los encargados de ejecutar este programa. La iniciativa contempla que podrán ser beneficiadas aquellas instituciones barriales que no cuenten con personería jurídica al momento de aprobarse esta ley o que la tengan suspendida y que cada municipio deberá realizar un relevamiento deportivo para determinar los clubes beneficiarios.
Castillo dijo que los diputados tienen archivado hace más de un año este proyecto en la comisión de Desarrollo Humano y Social.
“El proyecto de ley obliga a que el Estado reconozca el trabajo que se hace y nos dé un aporte a todas las escuelitas de fútbol o a cualquier otra institución deportiva. Estamos abiertos a que el proyecto se discuta, por si hay que hacer algún cambio ”.
Claudio Rial, vicepresidente de la Unión Nacional de Clubes de Barrio, quien estuvo presente en la reunión con los diputados, explicó que en Neuquén la situación de los clubes de barrio es compleja "porque se hace mucho sacrificio en viajar, practican deportes en las plazas, no tienen baños, no tienen vestuario deportivo".
El apoyo de un escritor futbolero
Marcelo Castillo destacó que todo el trabajo que desarrollan los clubes de barrio en la provincia es "a pulmón", por eso se emociona al comentar que el escritor y periodista neuquino Jordi Aguiar Burgos decidió donar a la Unión de Clubes de Barrio filial Neuquén el 20 por ciento de lo recaudado por las ventas de su libro "Due10s", una novela a partir de la muerte de Maradona, durante la presentación que realizó a fines de mayo en Neuquén capital como así también las que por estos días está haciendo en su visita a varias ciudades de España. “Es necesario mantener la vigencia de los clubes de fútbol y de tantos potreros' desparramados por el mundo, en donde miles de niños y niñas, no importa lo que están viviendo, su mayor sueño es gritar un gol y correr para abrazarse con sus compañeros de partida”, explicó Jordi en relación a su apoyo a la tarea que llevan desde la entidad que preside Castillo.
Consideró que "la literatura puede visibilizar situaciones sociales, señalar indignidades y vulneraciones de derechos, por eso decidí destinar el 20 por ciento de las ganancias de mi libro a la Unión Nacional de Clubes de Barrio. No es mucho, pero todo suma, aunque la solidaridad, a veces, sea solo un parche a la ausencia del Estado. Es necesario encontrar alguna respuesta para aquellas organizaciones que no logran tener personería jurídica porque tienen los dos pies metidos en los barrios más vulnerables”.
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