Alerta: atacaron a tiros al primer ministro de Eslovaquia y está internado
El hecho ocurrió en el pueblo de Handlova, adonde Robert Fico había ido a reunirse con partidarios. Hay un detenido.
Eslovaquia se encuantra bajo alerta máxima por el ataque a tiros del primer ministro Robert Fico, quien fue baleado este miércoles tras un acto público. El político se desplomó en el piso y fue trasladado a un hospital por sus guardaespaldas. Hay un detenido.
El canal eslovaco TA3 reportó que Fico, de 59 años, fue baleado en el estómago luego que estallaron cuatro disparos afuera de la Casa de la Cultura del pueblo Handlova, a unos 150 kilómetros al noreste de la capital, a donde Fico había ido para reunirse con partidarios.
Tras el violento hecho comenzaron a circular videos en las redes sociales muestran momentos de pánico y a varias personas y policías reteniendo un sospechoso en el piso, mientras los guardaespaldas suben al político a su auto para llevarlo a un hospital.
El vicepresidente del parlamento, Lubos Blaha confirmó el incidente en una sesión legislativa, la que declaró concluida hasta nuevo aviso, reportó la agencia.
Un testigo de Reuters dijo que escuchó varios disparos y que vio a un hombre detenido por la policía. El testigo señaló que vio a agentes de seguridad empujando a alguien dentro de un coche y alejándose.
La presidenta de Eslovaquia, Zuzana Caputová, condenó el ataque “brutal” contra Fico y dijo que le desea recuperación.
Quién es el primer ministro de Eslovaquia
Conocido por sus posturas antioccidentales y prorrusas, Fico fue elegido primer ministro el año pasado, tras una campaña en la que criticó el apoyo occidental a Ucrania.
Nacido en una familia de clase trabajadora, Fico se graduó de la Facultad de Derecho de la Universidad de Comenius en Bratislava en 1986 y rápidamente se involucró en política, afiliándose al entonces gobernante Partido Comunista. Tras la caída del comunismo en 1989, trabajó como abogado gubernamental y luego obtuvo una banca en el Parlamento. Fico también representó a Eslovaquia ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos antes de fundar el partido SMER-Democracia Social en 1999, con el que ha dirigido Eslovaquia durante varios periodos desde 2006.
A lo largo de su carrera, Fico ha mostrado una habilidad para navegar entre la corriente proeuropea y posiciones más nacionalistas, dependiendo del clima político y la opinión pública. Esta capacidad adaptativa le ha permitido mantenerse en el poder en un país donde muchos aún guardan recuerdos gratos de su pasado comunista y donde el nivel de vida se está equiparando lentamente al de Europa occidental.
Su primer mandato como primer ministro comenzó en 2006, y bajo su liderazgo, Eslovaquia adoptó el euro en 2009.
La carrera política de Fico sufrió un duro golpe en 2018, cuando se vio obligado a renunciar después de las protestas desencadenadas por el asesinato del periodista Jan Kuciak y su pareja, Martina Kusnirova. Kuciak estaba investigando conexiones entre miembros de SMER y la mafia italiana, así como varios escándalos de corrupción que involucraban al gobierno de Fico.
A pesar de los escándalos y su dimisión, Fico logró regresar al poder, ganando las elecciones el año pasado con una campaña que resonó con un segmento significativo de la población que todavía recuerda favorablemente el pasado comunista del país y ve con recelo la influencia occidental. Su plataforma antioccidental y prorrusa apuntó a desafiar el status quo político de Eslovaquia en la Unión Europea y la OTAN.
Controversias y cambios de postura
En los últimos años Fico ha adoptado posturas más extremas, incluyendo críticas severas a los aliados occidentales y promesas de terminar con el apoyo militar a Kiev, alineándose con figuras como el húngaro Viktor Orban. Su lema de campaña, “Ni una sola bala a Ucrania”, resuena en un país donde una minoría cree que Rusia es culpable de la guerra en Ucrania. Y aunque ha afirmado que desea el fin de la guerra, los aliados occidentales y Ucrania dicen que detener la ayuda militar a Kiev sólo ayudaría a Rusia.
Sus críticas no se han limitado a la política exterior. En el ámbito nacional, ha confrontado a figuras como la presidenta Zuzana Caputova y ha atacado a opositores y ONG, acusándolos de seguir instrucciones del financiero George Soros. Además, ha sido un crítico de las leyes LGBT+, los musulmanes y los inmigrantes, prometiendo estabilidad y orden en contraposición a la acogida de estos grupos.
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