Cómo opera "Torre 22", la misteriosa base de Estados Unidos en Medio Oriente
Está en el norte de Jordania, límite con Irak y Siria. Realiza operaciones tácticas contra el terrorismo y es blanco de la Resistencia Islámica.
La base militar de Estados Unidos en Jordania, conocida como “Torre 22”, siempre estuvo rodeada de misterio y teorías conspirativas. Las autoridades y jefes militares evitan hablar sobre ella. Pero esta semana estuvo en todas las portadas de los diarios debido a un ataque con drones efectuado por la milicia pro-iraní Resistencia Islámica.
El tema hubiese pasado desapercibido, como decenas de ataques de este tipo cometidos contra la base desde el comienzo de la guerra en Gaza, pero resaltó porque hubo tres soldados muertos y para Estados Unidos es grave la baja de efectivos en el exterior.
Ahora todos miran hacia esta secreta base militar operada por tres o cuatro centenares de militares, numerosos de ellos técnicos especialistas en distintas tecnologías, más algunos cuerpos de comandos de elite.
La misión de la “Torre 22”
Lo primero que hay que destacar es que ocupa una ubicación estratégica en Oriente Medio. Está en el noreste de Jordania, en un punto clave de la frontera con Siria e Irak.
El reino de Jordania sigue siendo un aliado clave de Washington en la región. Se calcula que actualmente Estados Unidos tiene unos 4.000 militares en ese país de Oriente Medio. De hecho realizan ejercicios militares extensos durante todo el año.
El Pentágono no sólo le provee de armas de las fuerzas jordanas, sino que también tienen un diálogo fluido que les permite compartir información de inteligencia.
Por ese motivo, lo segundo a tener en cuenta respecto a Torre 22 es que sirve como centro logístico y de inteligencia para las operaciones de las unidades militares que Estados Unidos aún tiene en Siria.
Las Fuerzas Armadas estadounidenses tienen un número no determinado de tropas en la base de Al Tanf, en territorio sirio, que está enlazada con Torre 22.
Al Tanf fue fundamental en la lucha contra el Estado Islámico (ISIS) durante la guerra en Siria, y luego fue parte de la estrategia de Washington para contener la acumulación militar de Irán, un fuerte aliado del presidente sirio Bashar al Assad.
Una presencia militar polémica
Si bien todo es bastante secreto, hay algunas cifras que trascendieron de fuentes militares sobre el número de efectivos que Estados Unidos tiene en esa zona caliente de Oriente Medio.
En Torre 22 tendría entre 350 y 400 militares, una fuerza integrada por expertos en drones, tecnología satelital y radares y comandos especiales.
En Al Tanf se cree que habría cerca de 900, centrados en lugar contra los grupos desperdigados del ISIS y de otros grupos rebeldes. En este caso lo hacen junto a las fuerzas kurdas.
“La guarnición estadounidense en Al-Tanf ha servido, desde 2016, como punto de lanzamiento para operaciones contra ISIS y entrenamiento para las facciones de la oposición siria que luchan contra el grupo yihadista”, explica el Crisis Group International, un organismo de análisis de conflictos.
Agrega que “las fuerzas iraníes y respaldadas por Irán están desplegadas muy cerca del puesto avanzado en el desierto de Al-Tanf, que se encuentra en la carretera de importancia estratégica entre Bagdad y Damasco”. Por eso la base es un foco de conflicto.
Además, el Pentágono tiene alrededor de 2.500 soldados en Irak, donde hay un gobierno crítico con Washington. Se cree que las autoridades iraquíes les pedirían en cualquier momento que abandonen el país.
Un polvorín a punto de estallar
La región es un verdadero polvorín, especialmente tras el brutal ataque de las milicias islámicas de Hamas a Israel el 7 de octubre pasado, que desencadenó la invasión israelí a la Franja de Gaza, una operación que ya dejó más de 26.000 muertos.
Las fuerzas estadounidenses en la región vienen siendo hostigadas permanentemente por grupos islámicos debido al apoyo de Washington a Israel. De acuerdo a la información oficial, hubo más de 150 ataques contra sus bases en los últimos tres meses.
Estas milicias yihadistas, especialmente Resistencia Islámica, están apoyadas por Irán, quien les provee de armamento y logística, lo que profundizó la crisis.
El gobierno de Joe Biden ya anticipó que habrá una represalia por el ataque a la Torre 22, aunque aún no se sabe la dimensión de esa réplica.
El presidente estadounidense culpó del ataque a militantes respaldados por Irán y dijo: “Haremos que todos los responsables rindan cuentas en el momento y de la manera de nuestra elección”.
La situación es tan delicada en la región que cualquier incidente puede generar un conflicto de graves consecuencias.
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