La joven israelí, que estuvo 54 días secuestrada por los terroristas, cuenta cómo fueron los momentos más dramáticos.
Mia Schem, la joven israelí-chilena de 21 años que estuvo 54 días secuestrada por terroristas de Hamas, rompió el silencio y dio una serie de entrevistas a medios israelíes, donde brindó detalles aberrantes de los días que pasó en cautiverio.
El fantasma que sobrevuela en todos los casos de mujeres jóvenes secuestradas ese 7 de octubre pasado, en el cual los milicianos de Hamás entraron a kibutz y localidades israelíes asesinando brutalmente a 1.200 civiles, es el de las violaciones.
Mia no eludió el tema. Por el contrario, admitió que era uno de sus temores. Sin embargo, explicó que la mantuvieron cautiva en la casa de una familia palestina y que el terrorista que estaba a cargo no la violó por mera circunstancias del entorno.
“Su esposa estaba fuera de la habitación con los niños. Esa fue la única razón por la que no me violó”, explicó Schem en una entrevista con el Canal 13 israelí, aún bajo el shock de lo vivido.
Su historia
Schem, nieta de chilenos y con doble nacionalidad israelí-francesa, había terminado hacía poco el servicio militar y estaba estudiando para convertirse en tatuadora.
El 7 de octubre estaba con un grupo de amigos en el festival de música Nova, cerca de la frontera con la Franja de Gaza, cuando se produjo la incursión de los terroristas de Hamás.
Ella y su grupo intentaron huir en un vehículo, pero los atacantes les dispararon y el auto terminó incendiándose. “Fue una decisión de una fracción de segundo, si quedarme y quemarme hasta morir o dejarme capturar”, remarcó.
Mia recibió un balazo en un brazo y fue tomada como rehén junto a otras 240 personas. La tiraron en la caja de una camioneta y la llevaron a Gaza, donde le colocaron una férula improvisada en el brazo herido. Luego la trasladaron a un hogar palestino y allí la tuvieron durante 54 días.
En noviembre pasado, durante un breve alto el fuego, la liberaron junto a otros rehenes en un intercambio con Hamás. El momento del traslado también fue terrorífico ya que la gente en Gaza se reunía alrededor para gritarle e insultarla.
La joven reconoció que todavía tiene las cicatrices de esa pesadilla y desdén por los que la liberaron.
El encierro
Mia dijo que el terrorista de Hamás que la tenía a cargo la mantuvo en una habitación en penumbras, bajo vigilancia constante durante la mayor parte de su tiempo en Gaza.
“Estaba encerrada en una habitación oscura, no se me permitía hablar, no se me permitía ser vista ni escuchada”, dijo. “Hay un terrorista mirándote 24 horas por 7 días a la semana. Mirándote, violándote con sus ojos”, señaló.
La joven afirmó que pasó un verdadero calvario esos casi dos meses que estuvo retenida. No le daban de comer y la familia del terrorista se burlaba de ella diciendo que la matarían en cualquier momento.
Nunca le permitieron higienizarse y tampoco le dieron medicamentos para la herida que tenía.
El enemigo
En su relato, Mia remarca que sus captores la tenían retenida en una casa de una familia normal, compuesta por civiles, y que toda la familia estaba “al servicio de Hamás”.
“Me empecé a preguntar por qué estaba secuestrada en un hogar familiar, por qué hay niños”, recalcó. Y contó que no podía dormir en ese ambiente porque estaba “aterrorizada”.
“Tenía miedo de ser violada, tenía miedo de morir”, dijo Schem, que estalló en lágrimas mientras recordaba esos días de terror.
La familia del miliciano de Hamás ejercía la misma presión que él, según relató. Los hijos del captor iban a mirarla en algunos momentos “como si fuera un animal en un zoológico”, y se burlaban de ella.
“Su esposa odiaba el hecho de que él y yo estuviéramos en la misma habitación. Sentís que querés un abrazo de mujer a mujer, para soportar la situación, pero ella era tan mala, que podías verlo en su mirada”, confesó.
Es más, dijo, la esposa del terrorista “jugaba” con ella. Durante sus días como rehén, la mujer exhibía la comida que le servía a su esposo, pero le negaba a ella todo tipo de alimento.
Schem se quebró varias veces durante la entrevista. Sostuvo que todavía no ha encontrado paz desde su regreso, ya que está procesando el calvario: “No puedo sacármelo de la cabeza”.
“Para mí es importante reflexionar sobre la situación real de las personas que viven en Gaza. Quiénes son realmente y lo que pasé allí”, señaló.
“Son familias controladas por Hamas. Son niños que, desde el momento en que nacen, les enseñan que Israel es en realidad Palestina y solo los adoctrinan para odiar a los judíos”, agregó.
En un video difundido por The Times of Israel, Mia apuntó: “Es importante para mí que entiendan que pasé por el holocausto”.
Te puede interesar...
Lo más leído
Dejá tu comentario