Otro ataque a un museo: ambientalistas tiraron puré sobre una obra de Monet

Un cuadro del pintor impresionista francés, Claude Monet, fue atacado por un grupo de activistas ambientales que lanzaron una masa viscosa sobre la obra de arte en el Museo Barberini de Potsdam, ubicado al sur de Berlín.

"Les Meules" estaba protegida por un cristal, ya que se trata de una de las pinturas más caras de Monet, valuada en 110 millones de dólares. La obra data de 1890 y pasó a la colección Hasso Plattner del Museo Barberini en 2019.

“Se me paró el corazón cuando me enteré de la acción”, dijo la portavoz del museo, Carolin Stranz, sobre el hecho ocurrido este domingo cuando cuatro personas vandalizaron el cuadro y luego dos de ellas se pegaron a la pared donde se exhibe el cuadro

“Cada vez más personas se niegan a aceptar en silencio la progresiva destrucción y puesta en peligro de la vida humana en nuestro planeta”, afirmaron los activistas en un comunicado que difundieron luego del ataque.

El cuadro no sufrió daños durante la acción, “todo lo contrario del inconmensurable sufrimiento que las inundaciones, las tormentas y las sequías ya nos traen hoy como presagio de la inminente catástrofe”, agregaron.

La Policía señaló que las dos activistas se pegaron a una pared de la sala de exposiciones, aunque fueron “despegadas” y detenidas. A ambos se les abrió una investigación por daños a la propiedad y allanamiento de morada.

Hace poco más de una semana, la icónica obra "Los girasoles" de Vincent van Gogh que pertenece a la colección de la National Gallery de Londres, también fue atacada por activistas del clima. Esa vez con sopa de tomate. Si bien la pintura afortunadamente no sufrió daños, el marco de la obra fue ligeramente perjudicado con la acción.

También este año, el 25 de mayo, fue atacado el cuadro de La Gioconda, una de las principales obras del museo del Louvre de París, al que un visitante lanzó una torta. La obra no sufrió daños al chocar el pastel contra el cristal blindado que protege el óleo desde hace seis décadas. En todos los casos los atacantes son activistas por el cambio climático.