Pilotos de una aerolínea africana se durmieron en pleno vuelo

Un inesperado hecho se produjo el pasado lunes cuando dos pilotos de la aerolínea Ethiopian Airlines, se quedaron dormidos en pleno vuelo mientras viajaban desde Jartum (Kenia) hacia Addis Abeba (Etiopía).

El Boeing 737 de la aerolínea más grande de África se encontraba a 37.000 pies, que equivalen a 11.200 metros de altura, cuando debía iniciar el descenso al aeropuerto internacional de la capital de Etiopía.

Según informó el portal Air Live, cuando el Control de Tráfico Aéreo notó que la aeronave no comenzaba el protocolo de descenso, intentó contactar con la tripulación varias veces pero no tuvo éxito. Durante el tiempo en que los pilotos se quedaron dormidos, el avión se mantuvo en vuelo por el sistema de piloto automático.

El seguimiento de la aeronave mostró que el avión superó el tope previsto para iniciar el descenso y continuó por la ruta establecida, pero sin realizar las maniobras correspondientes. Cuando se pasaron del punto establecido, el piloto automático se apagó. Al desactivarse, comenzó a sonar la alarma que logró despertar a los dos conductores.

Esta situación provocó que se pasaran de destino, por lo que debieron realizar nuevas maniobras para retomar la ruta hacia Addis Abeba.

De acuerdo a los primeros aportes, el sistema de gestión de vuelo automático estaba configurado para una aproximación al aeropuerto, pero sin descender. Si no hubiese sido de esta forma, las consecuencias podrían haber sido graves.

Los pilotos lograron aterrizar de forma segura en el aeropuerto casi media hora después del horario pactado. Una vez en el aeropuerto, la aeronave permaneció en tierra durante unas dos horas y media antes de partir hacia el siguiente destino.

El mismo hecho ocurrió cuando los pilotos de la aerolínea ITA Airways que iba de New York a Roma se durmieron mientras volaban. Durante más de 10 minutos, los controladores aéreos no pudieron detectarlos, lo que desató una alerta por terrorismo, ante el temor de que el aparato pudiera haber sido secuestrado. El capital fue despedido, tras determinarse que se comportó de modo inadecuado.