Los negocios de la calle Luis Beltrán perdieron clientes desde que ese corredor dejó de ser doble mano. El barrio sigue afectado por problemas de tránsito.
Incluso después de varias semanas de asistencia por parte de los inspectores de tránsito de la Municipalidad de Neuquén, los conductores siguen con dificultades para adaptarse a los cambios de sentido en las calles troncales de la ciudad. En otros casos, como en la calle Luis Beltrán, la posibilidad de tener una mano única impactó de manera negativa en el comercio: desde los locales afirman que sus ventas bajaron un 15% tras la modificación.
Guillermo Moreno, propietario del petshop Popis, explicó a LMNeuquén que trabaja en el rubro desde hace 23 años, siempre con locales en calle Luis Beltrán. "Al inicio fue en el 1400 y hace cuatro años me mudé una cuadra, al 1300", dijo y explicó que en las últimas semanas notó una abrupta caída de las ventas y hasta consultas en su local.
"Andan como si fuera una pista de carreras, van a 60 o más, y no frenan ni ven el cartel", afirmó. Este martes al mediodía, apenas habían entrado 4 o 5 clientes en toda la mañana, cuando solía recibir a unas 30 personas en su negocio, ya consolidado en el rubro de la venta de alimento para mascotas.
Guillermo aclaró que, en lo que va del año, ya se había sentido una caída de las ventas a causa de la pérdida de poder adquisitivo de la población. "No hay consumo, la gente ya no elige las marcas líderes pero buscan comprar una calidad parecida a menor precio", dijo y afirmó que hay clientes que caminan varias cuadras con tal de ahorrarse 500 pesos en la bolsa de alimento para sus perros o gatos.
Desde hace dos años, además, se redujo notablemente la venta de otros accesorios que complementan la oferta de alimento balanceado. Así, aclaró que "ya es casi nula la cantidad de gente que compra un accesorio, un juguete o un collar". Como las bolsas de alimento para un mes cuestan entre 23 mil y 70 mil pesos, según la calidad y marca, muchos priorizan este producto sobre otros complementos para sus perros o gatos.
"Apenas llega a comprar los alimentos, y un accesorio no baja de 2 o 3 mil, prefieren comprarle alimento y no juguetito, a menos que sea recién llegado al hogar y le compran el collar", dijo.
De este modo, consideró que las ventas ya habían caído un 15% antes de verse afectado por el cambio de sentido de las calles. Si bien es un comerciante conocido en el rubro, y representa a algunas fábricas de manera directa, notó que a sus clientes cada vez les cuesta más afrontar el gasto mensual que implican sus mascotas.
Además de la caída del consumo que se vive en todo el país, el comerciante debe afrontar ahora otro escenario complejo. Desde que la Municipalidad anunció el cambio en la circulación y convirtió la Luis Beltrán en una calle troncal de mano única, sus ventas cayeron otro 10 o 15%.
Según expresó, los automovilistas transitan a mayor velocidad, por lo que ya no frenan en los comercios ni perciben los carteles que usaban desde los locales para atraer al público. Moreno explicó que la situación es idéntica para los comerciantes de otros rubros, que también tienen sus negocios a la calle.
"Acá tenemos dos almacenes, un lubricentro, una peluquería, una farmacia", contó sobre otros negocios afectados por el cambio de sentido de la calle. "Nunca nos consultaron a nosotros, no sé cómo tomaron la decisión", se lamentó, y explicó que algunos comerciantes ya piensan en bajar las persianas porque el costo de tener un local a la calle ya no se traduce en beneficios.
"Aparte de hacernos bolsa económicamente, el tránsito no está ordenado para nada", dijo y agregó que el resto de las calles de Villa Florencia, que son más angostas, quedaron doble mano, mientras que los autos circulan a toda velocidad por Luis Beltrán.
"Todos los días escuchamos bocinazos de autos porque se siguen metiendo en contramano", aseguró. Aunque no se lamentaron accidentes, son los mismos vecinos los que advierten a los automovilistas del cambio de sentido. Moreno aclaró que los inspectores de tránsito informaron a los conductores durante varias semanas, pero ahora ya no se presentaron en la zona y los problemas siguen.
"No soy yo que estoy enojado, es todo el barrio que está disconforme", dijo el comerciante y pidió que la Municipalidad visite la zona para comprobar el caos de tránsito que se generó, y que complica no sólo a los comerciantes sino a los que circulan por el lugar y ahora tienen inconvenientes, por ejemplo, para cruzar o subirse a la Avenida Mosconi desde las calles perpendiculares.
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