El aumento de tarifas, el Pacto de Mayo y la reacción de la gente

Finalizadas las audiencias públicas por parte de la Secretaría de Energía de la Nación, se ha definido un nuevo régimen de subsidios para los usuarios energéticos.

Por un lado, se determinó un nuevo esquema de subsidios destinado exclusivamente para los sectores más vulnerables, para lo cual habrá que cumplir ciertos requisitos que contemplan el nivel de ingresos, la zona geográfica y cantidad de personas en la familia.

Pero también se incorporarán otros criterios que antes no eran tenidos en cuenta, para determinar si efectivamente los usuarios tienen una necesidad real de percibir un subsidio.

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De esta manera, quienes posean automóviles relativamente costosos, aeronaves, embarcaciones, inmuebles, viajes al exterior o gastos registrados para una familia de altos ingresos, no podrán percibir dicho subsidio.

El resultado de este nuevo proceso, es que la mayoría de los usuarios del país, comenzarán a pagar las tarifas plenas de la energía, insumo elemental para cualquier individuo o nación.

Se espera que al final del proceso de quita de subsidios, los aumentos en las tarifas energéticas varíen entre el 400 y el 700 por ciento.

Cómo será la reacción

De esta manera, se pone en marcha el último gran zarpazo de la motosierra de Javier Milei. Prácticamente, ya no quedan más ajustes gruesos por realizar y la expectativa de los analistas políticos estará puesta en la reacción de la población luego de que los bolsillos se vean afectados directa e indirectamente con tanta fuerza.

Desde el año 2002 a la fecha, el Estado Nacional invirtió casi U$D 170 mil millones en subsidios energéticos. Un exorbitante promedio casi de 10 mil millones al año. Es decir que, si se hubieran utilizado esos fondos de otra manera, por ejemplo, se podría haber pagado la deuda con el FMI que hoy es de 45 mil millones, tres veces y además se hubiera financiado la represa de Chihuido con creces.

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Según las primeras estimaciones, el recorte de subsidios energéticos podría significarle al tesoro nacional un ahorro que va en el orden del 2% del PBI. De esta forma se alcanzará un recorte del gasto público del 7% del PBI. Si consideramos que Milei ya anunció que se llegó a la meta de ahorro de 5% del PBI y alcanzamos en los meses de enero y febrero el superávit fiscal y comercial, no queda otra que preguntarnos, que hará Javier Milei con el excedente.

¿Utilizará el importante sobrante de dólares para atender situaciones de vulnerabilidad social, quitará impuestos de manera masiva o esos dólares servirán para llevar adelante el tan mentado plan de competencia de monedas o dolarización?

El Pacto de Mayo

Mientras tanto crece la expectativa por el pacto del 25 de mayo, convocado en la provincia de Córdoba. Los gobernadores, más cercanos a las necesidades de la ciudadanía, intentarán negociar el inesperado excedente presupuestario a su favor.

Temas como salarios docentes y de planta estatal, obras de infraestructura y desarrollo de las economías regionales, serán puestos sobre la mesa, mientras que Milei utilizará esos incentivos para realzar profundas reformas políticas e institucionales de corte liberal, tendientes a transparentar la política, limitar el poder de los líderes sindicales y achicar el tamaño del Estado.

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