Es payador en la jineteada de la Fiesta del Chivito y creció escuchando a Charly García

La Fiesta del Chivito en Chos Malal la hacen las tradiciones del norte neuquino como la jineteada, una destreza gaucha que no sería lo mismo sin la musicalidad de los payadores. Esta es la historia de uno de los exponentes más jóvenes de la región, que se crió en una familia de crianceros, con una mamá que escuchaba rock, y el deseo de inspirar a la juventud a seguir las tradiciones.

En la 16° edición de la gran fiesta del norte, LMNeuquén conversó con Juan Parada Curbelo de 28 años, el payador estrella de las jineteadas. Su trabajo es poco común entre la juventud, y le gusta explicarlo haciendo una analogía con el fútbol, donde durante el partido, hay un relator y alguien que comenta: "En una jineteada el relator que cuenta lo que va a pasar y yo al mismo tiempo le regalo flores al jinete a través de versos improvisados. Por ejemplo, monta un jinete de Añelo y yo digo: "Se fue fulano del tal, un jinete de mi suelo que jineteó con anhelo y que se jugó, qué lindo representó el gaucho pago de Añelo".

Desde la cima del mangrullo del campo de jineteada, Juan hace arpegios y rasguidos en la guitarra criolla, mientras Ignacio, el relator, realiza las indicaciones técnicas. Hay varios actores que llevan a cabo el entretenimiento para todas las familias: el tropillero que es el encargado de llevar el caballo, está el jinete, está el palenquero que es el encargado de largarlo, están los curados que curan la monta, los apadrinadores que son los encargados de sacar al jinete una vez que el tiempo está cumplido para que no se lastime.

Qué se verá en el campo de jineteada

"La cantidad de gente que está participando de la jineteada en la Fiesta del Chivito tiene que ver con que es nuestro deporte nacional y provincial", consideró el joven payador que estuvo en el escenario mayor el día de apertura y va a trabajar las siguientes tardes para regalarle poesía a la jornada. Este sábado hay más de 20 montas en la categoría clina y el domingo otro tanto en basto con encimera. El broche de oro serán unas jineteadas elegidas especialmente con buenos jinetes y buenos caballos.

Lo que tiene de particular este sábado es la inauguración del campo de jineteada porque se hicieron homenajes, se hizo un desfile criollo con muchas instituciones de aquí de Chos Malal y de las zonas aledañas y al mismo tiempo se realiza el desafío de tropillas en clina limpia. "Es una categoría muy difícil porque va tan solo sostenido de un tiento pescuecero que es como una soga de que va por abajo del caballo, lo que es la axila del caballo para hacerlo más técnicamente", explicó Juan Curbelo.

Él conoce muy bien la jineteada porque viene de familia de crianceros de Chos Malal. "Nací y me crié aquí, y empecé este camino recorriendo distintos festivales de todo el país, hemos tenido la oportunidad de estar en la Fiesta de la Confluencia allí en Neuquén Capital, con Abel Pintos, que para mí ha significado el momento más importante de mi carrera". Sin embargo, Juan recalcó que su pasión es cantarle a sus paisanos y seguir reivindicando las tradiciones de Neuquén: "Con mi juventud intento mostrarle a mis pares no solo mi arte, sino también nuestra vestimenta gaucha que nos identifica como argentinos, para poder transmitirles este amor por lo nuestro".

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En este sentido, es un defensor de la vestimenta, aun así para una ocasión especial: "Muchas veces yo he escuchado que dicen 'Pucha, se viste de gaucho, solamente para las fiestas´, pero no importa que se vistan aunque sea un minuto de gaucho" dijo vestido de punta en blanco con camisa a cuadro rojo, pañuelo, bombacha de campo y cinto. "Para mí es muy importante porque están representando al arquetipo nacional que es el gaucho y en este caso, en Chos Malal, al arquetipo provincial que es el criancero así que bienvenido sea la juventud a que se vistan aunque sea un minuto de gaucho", consideró.

Amor por el rock y las tradiciones gauchescas

Como muchos jóvenes de la zona Juan Curbelo es de una familia criancera del barrio Don Bosco, pero señaló que el amor por las tradiciones, la liga al rock que escuchaba con su mamá: "Yo a diferencia de algunos colegas, me crié escuchando música más de mi mamá, siempre un domingo lo amenizaba con Charly García, con Andrés Calamaro, con Fito Páez, con Ismael Serrano, con Joaquín Sabina y eso me hizo tener un poco el amor por la música entreverado mezclado con el amor por nuestras tradiciones".

El payador ha participado con su familia de la ancestral trashumancia de invernada y veranada: "Es porque en invierno nieva mucho, entonces hay que trasladar a los animales a los campos más bajos y en el verano se los traslada a los campos de veranada que están más lindos, sale más pastura". Con todo el cariño hacia los crianceros, Juan manifestó que la trashumancia es una práctica "de las pocas que hay en el mundo y que se mantiene vigente aquí en el norte de Neuquén y que creo yo que es un patrimonio que debemos no solo honrar sino también cuidarlo".

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Por supuesto que el joven criancero explicó a LMNeuquén que acompañar las prácticas de trashumancia le ha servido para nutrir su canto "porque hoy si le canto a los crianceros es porque conocí el trabajo, porque sé de su alegría sé de sus tristezas, sé de sus vicisitudes, entonces creo que no solo para mí es algo maravilloso poder cantar a los crianceros sino también que es un compromiso y un honor"

En 2025 cumplirá 9 años en esta profesión y dijo que está orgulloso porque, además de amar el ser payador, recalcó que le da de comer: "El objetivo de ser payador, de cantar en los festivales, en la jineteada de poder llevar mi repertorio, como en el caso de ayer que tuve el inmenso honor de cantar ante un grupo extraordinario, como es Q Lokura y agradecido también a la organización y a la vida también de que me dé no solo el honor sino también esta posibilidad de poder ser versátil y de poder quizás nutrir mi canto para poder llegar a la altura".

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