A través de un convenio con PRODA, trabajarán en huertas orgánicas que cumplen un rol terapéutico y de autoabastecimiento de productos orgánicos.
El gobierno de la provincia de Neuquén firmó un convenio con el Servicio Penitenciario para que los internos alojados en la cárcel de Senillosa se capaciten en la elaboración de huertas y produzcan alimentos orgánicos para autoabastecerse. El excedente de esta producción será donado a la provincia, que los distribuirá en comedores, hogares de adultos mayores y otros dispositivos de cuidado.
El secretario de Producción e Industria de la provincia, Juan Peláez, destacó que los internos recibirán talleres de capacitación de parte del Proda para aprender oficios, autoabastecerse de alimentos y hacer un aporte útil a la comunidad a través de las donaciones. Consideró que las huertas brindan no sólo un espacio de contención terapéutica sino el desarrollo de habilidades para la futura reinserción social de aquellos que cometieron delitos.
Este miércoles se firmó el acuerdo entre las autoridades provinciales, a través del Programa de Desarrollo Agroalimentario (Proda), y el Ente de Cooperación Técnica y Financiera del Servicio Penitenciario (Encope). Con la presencia del gobernador, Rolando Figueroa, se acordó un marco de colaboración que comenzará en la Unidad Penal N°5 de Senillosa y podría replicarse luego en otras cárceles, como la U11 o la cárcel de mujeres.
Peláez destacó el trabajo cotidiano del Proda, que ya ha participado en otros talleres de capacitación en cárceles. "El PRODA brinda asistencia técnica y capacitación en seguimiento de los procesos productivos en huertas urbanas, lo que brinda posibilidades de autoempleo y acciones terapéuticas con un alto perfil social volcado a toda la comunidad; habiendo realizado en el pasado talleres dentro de cárceles para capacitaciones de sus internos", aseguró.
Remarcó que “la idea es replicarlo en la U11 y también en la cárcel de mujeres”, entre otras unidades de detención. Así, buscarán que las personas que hayan cumplido su condena puedan reinsertarse en la sociedad con más herramientas para regresar al mundo laboral; entre ellos, el oficio de agricultores.
"Les da mayor responsabilidad, contracción al trabajo, disciplina, que es importante adquirir en la etapa de reinserción social de aquellos que han cometido delitos", dijo el secretario y aclaró que también es útil por los alimentos que se van a producir, que alimentarán a los internos y, en sus excedentes, serán destinados a la Provincia, que los repartirá luego en comedores escolares y organizaciones caritativas.
Por su parte, el presidente del Encope, el prefecto Juan Manuel Soria, agradeció al gobernador Figueroa y a los funcionarios de la provincia. “Es la primera vez que en la firma del convenio de cooperación participa un gobernador y eso nos hace redoblar los esfuerzos, el compromiso, la responsabilidad”, dijo.
Aunque las huertas ya están activas en las unidades penitenciarias, esta vez se sumó "una vuelta de tuerca" al convenio para proveer asesoramiento sostenido del PRODA y la producción más masiva, con los excedentes destinados a la población de sectores vulnerables de la provincia.
A su turno, el director del Proda, Aldo González, indicó que este es un convenio de renovación de voluntades, “con la importancia que esto tiene, ya que de las experiencias anteriores y el acompañamiento técnico que ha realizado el Proda observamos el efecto importante que se genera en la unidad penitenciaria”.
También estuvieron presentes el intendente de la ciudad de Neuquén, Mariano Gaido; el intendente de Senillosa, Lucas Páez; el ministro de Seguridad, Matías Nicolini; la secretaria de Género, Natalia Fenizi; y el jefe del Complejo Penitenciario Federal 5 de Senillosa, prefecto Marcelo Tocayuc, entre otras autoridades.
Cómo funcionan las huertas dentro de la cárcel
Las huertas que funcionan dentro del Complejo Penitenciario V de Senillosa tienen más de 100 bancales en producción y 5 invernaderos para el cultivo bajo cubierta. En estos espacios un centenar de internos, coordinados por agentes del sistema penitenciario, participan en la producción sostenida de alimentos agroecológicos durante todo el año.
Explicaron que los 100 presos trabajan en turnos rotativos en una superficie productiva que hoy es de un cuarto de hectárea, que podría extenderse para ampliar la producción. En total, cada año se producen unas 20 toneladas de hortalizas y verduras, que incluyen acelga, espinaca, lechuga, tomates, berenjenas, morrones, zapallos, ajo, cebolla y cebolla de verdeo, todas en formato de producción agroecológica.
El programa Proda ha capacitado regularmente al personal penitenciario para que multipliquen los conocimientos entre los internos designados para el trabajo de huerta, y además realiza un acompañamiento permanente, con la asistencia de un ingeniero agrónomo que tiene a cargo el seguimiento de los procesos productivos.
Un zapallo de casi 100 kilos les valió un premio a los internos
Los internos de Senillosa no son novatos en el trabajo hortícola. Y así quedó demostrado en mayo de este año, cuando se alzaron con el primer premio en el tradicional concurso Ciudad Zapallo, que organiza el Proda para elegir a los zapallos más grandes de la provincia.
En la última edición, la Unidad Penitenciaria N°5 de Senillosa ganó el concurso con un zapallo de 91 kilos. Como ya es tradición, se cortó la hortaliza para poder donar las semillas a otras huertas, mientras que la pulpa fraccionada de decenas de zapallos gigantes fue entregada a Cáritas para su posterior distribución en comedores comunitarios.
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