Agustín Rombolá renuncia a la UCR tras el veto universitario

La Unión Cívica Radical (UCR) enfrenta una crisis interna crucial, acentuada por la reciente decisión de Agustín Rombolá, expresidente de la juventud radical porteña. En un anuncio realizado a través de sus redes sociales, Rombolá comunicó su renuncia al partido, poniendo su continuidad a disposición del Comité Nacional de la UCR.

La renuncia, además, está condicionada a la expulsión de cuatro diputados que respaldaron el veto del presidente Javier Milei a la Ley de Financiamiento Universitario.

Rombolá no escatimó críticas hacia los diputados Luis Picat, Mariano Campero, Martín Arjol y Pablo Cervi, quienes votaron a favor del veto. Al expresar su descontento, instó a la UCR a tomar una decisión clara: "que elija entre la militancia o las ratas traidores, cobardes y oportunistas". Con esta declaración, el joven dirigente radical dejó en claro su postura sobre la necesidad de mantener la integridad del partido, señalando que las acciones de estos legisladores contradicen los principios fundamentales de la UCR.

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Javier Milei, con los diputados de la UCR

Esta no es la primera vez que Rombolá expresa su desacuerdo con miembros de su propio partido. El 11 de septiembre, presentó un pedido formal de expulsión contra los diputados que apoyaron el veto a la reforma jubilatoria. Argumentó que sus acciones se oponen a los valores y principios que la UCR defiende. Este contexto demuestra un compromiso inquebrantable por parte de Rombolá hacia una militancia que considere fiel a la ideología radical, y su disposición a asumir las consecuencias de sus convicciones.

La decisión de Rombolá

En su reciente declaración, Rombolá reafirmó su posición al mencionar que su renuncia dependerá de la respuesta del partido al pedido de expulsión de los diputados mencionados. Esta actitud refleja una creciente frustración con la dirección que ha tomado la UCR, evidenciada en sus palabras: "Para nosotros es una vergüenza más. Estas son las escenas finales del radicalismo: o se rompe o desaparece. Ya no creo que haya un sentido de seguir conviviendo con el enemigo".

Rombolá también dirigió su crítica hacia figuras prominentes dentro del partido, como Ernesto Sanz, Alfredo Cornejo, Rodrigo De Loredo, Luis Petri y Maximiliano Abad, a quienes acusó de ser "los arquitectos intelectuales que han trabajado para un radicalismo entreguista". Este señalamiento pone de manifiesto las tensiones que existen entre las diferentes facciones dentro de la UCR, así como la percepción de que algunos líderes se han alejado de los principios históricos del partido.

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La situación en la UCR no solo afecta a sus miembros, sino también a su base de apoyo y su capacidad para competir efectivamente en el panorama político actual. Rombolá parece estar advirtiendo sobre un posible colapso del partido, lo que podría tener repercusiones significativas en las futuras elecciones y en la percepción pública de la UCR.

La crisis actual del partido plantea preguntas críticas sobre su futuro. Con un liderazgo dividido y una militancia que se siente traicionada, la UCR debe tomar decisiones cruciales sobre su dirección. La postura de Rombolá sugiere que existe un sector dentro del partido que clama por un retorno a sus raíces, enfatizando la necesidad de un radicalismo que no comprometa sus principios en busca de alianzas políticas.