Estados Unidos suma una millonaria recompensa para desarmar a Hezbollah en la Triple Frontera
Será para quien brinde información para desmantelar las redes del grupo terrorista presente en el límite entre Argentina, Paraguay y Brasil.
Estados Unidos pone en marcha un nuevo plan para desarmar al grupo terrorista Hezbollah que opera fuertemente en la Triple Frontera entre Argentina, Paraguay y Brasil. Esta medida se lleva a cabo a través del programa Recompensas por la Justicia (RFJ).
Según indica el país norteamericano, en la frontera es que los financistas y facilitadores de Hezbollah generan ingresos para la organización terrorista mediante actividades ilícitas como el lavado de dinero, el narcotráfico, el contrabando de carbón y petróleo, el comercio ilegal de diamantes, el contrabando de bienes -incluso dinero en efectivo, cigarrillos y productos de lujo-, la falsificación de documentos y de dólares estadounidenses.
Con esta recompensa, el gobierno de Donald Trump intenta poner un freno a estos mecanismos de financiación que la organización lleva a cabo desde los años 80.
A su vez, según indica Estados Unidos, también se busca información sobre empresas pantalla involucradas en la adquisición internacional de tecnología de doble uso en nombre de Hezbollah y sobre esquemas delictivos que generen beneficios económicos para la organización.
El Programa de Recompensas por la Justicia (RFJ por sus siglas en inglés) indica que las vías de contacto incluyen aplicaciones como Signal, Telegram o WhatsApp al número +1-202-702-7843. Se garantiza que toda la información proporcionada será tratada con estricta confidencialidad.
Según indicó el Departamento de Estado norteamericano, el grupo terrorista genera alrededor de mil millones de dólares anuales a partir de "una combinación de apoyo directo de Irán, empresas e inversiones internacionales, redes de donantes, corrupción por lavado de dinero".
Hezbollah en América Latina
La presencia de la agrupación terrorista en Latinoamérica se remonta a la década de 1980. Parte de la diáspora libanesa radicada en el lugar comenzó, en estos años, a establecer lazos con la nueva organización chií impulsada por Irán. La vinculación con el Partido de Dios llevó a desarrollar estructuras orientadas a favorecer la financiación de las actividades Hezbollah en el Líbano desde Latinoamérica.
En la actualidad, gran parte de la acción de Hezbollah en América Latina está relacionada con el narcotráfico, el contrabando y la falsificación, actividades que reportan importantes beneficios económicos. El dinero obtenido de estos negocios ilícitos es posteriormente blanqueado a través de empresas legales que han situado a la comunidad libanesa vinculada con Hezbollah en una posición social y económica relevante en sus áreas de influencia.
El foco principal de sus actividades se encuentra en la Triple Frontera. Además de los vínculos que han establecido con las grandes redes del narcotráfico, también han invertido parte del dinero en la construcción de mezquitas, centros culturales y escuelas islámicas. De esta forma, buscan que las comunidades musulmanas se alineen con los postulados de Hezbollah.
Se creyó que Nasrallah, líder del grupo terrorista -también conocido Samuel Salman El Reda o Salman Raouf Salman- vivió en la Triple Frontera y estuvo en Buenos Aires en julio de 1994 cuando ocurrió el atentado. A él se le adjudicó haber transmitido información indispensable para la concreción del ataque. Se cree que fue un nexo de los agentes internacionales que actuaron en territorio argentino y figura en el Registro Público de Personas y Entidades vinculadas a actos de Terrorismo y su Financiamiento (REPET).
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