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La Mañana Javier Milei

Javier Milei entre el final de Biden, el enigma de Harris y el deseo por Trump

El Presidente transita meses de mucho vértigo por la relación que decidió tejer con Washington. Por qué, a pesar del apoyo a los republicanos, los demócratas tratan muy bien al mandatario libertario.

En las últimas tres semanas, la política de los Estados Unidos ha dado vuelcos inesperados que definirán la recta final para elegir al próximo inquilino de la Casa Blanca. El 13 de julio, antes de aceptar su nominación, el magnate Donald Trump sobrevivió a un intento de asesinato y una semana después, su contrincante, el presidente Joe Biden finalmente declinó su aspiración para pelear un segundo mandato y puso a su vice, Kamala Harris, a un paso de quedarse con la candidatura presidencial del Partido Demócrata.

La gestación de ese proceso cuenta, desde principios de año, con un discreto testigo: el presidente Javier Milei viajó 5 veces a los Estados Unidos desde que asumió y sigue en detalle el pulso de la previa electoral del próximo supermartes 5 de noviembre.

A fines de febrero, en la segunda visita, estuvo en Washington exclusivamente para participar de la Convención de Acción Política Conservadora (CPAC). La derecha y la ultraderecha norteamericana sigue con mucha atención la experiencia de Milei en la Argentina y el flamante presidente aprovechó esa atención para buscar un segundo de atención de Trump. Era el principal orador de la convención y Milei pudo abrazarlo como a un rockstar. Le deseó que sea el próximo presidente de los Estados Unidos y que le gane a los demócratas.

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Donald Trump y Javier Milei en un breve encuentro que mantuvieron semanas atrás.

Donald Trump y Javier Milei en un breve encuentro que mantuvieron semanas atrás.

El magnate le devolvió el gesto con una mención durante su discurso y lo puso en un lugar inesperado para un político argentino, que ni siquiera fue alcanzado por Mauricio Macri cuando era considerado por todo el establishment norteamericano como el favorito para ganarle al peronismo en las elecciones de 2015. “Hay muchos líderes internacionales aquí y quiero agradecerles por estar”, dijo Trump. "Quiero agradecer al presidente de la Argentina, que tuvo mucha publicidad. Es un gran señor, es MAGA, Make Argentina Great Again. Puede hacerlo bien. Javier Milei. Gracias Milei, muchas gracias, es un gran honor tenerte aquí”, exclamó el magnate y buscó una versión argentina del eslógan de campaña que usó para ganar su primera presidencia entre 2017 y 2021.

Desde entonces, Trump no volvió a ver a Milei, pero ese guiño profundizó los contactos del mandatario con el entorno del magnate y con los decisores del partido republicano. La atención que ganó Milei lo pone en otro lugar, muy por encima de la dimensión secundaria que puede tener Argentina y América Latina en esta etapa crucial de la precampaña electoral norteamericana. Trump viene de aceptar la nominación presidencial de los republicanos y ahora empieza a enfocarse en Harris, su nueva competidora demócrata, tras al paso al costado de Biden. Aun así, Milei está en el radar de la conversación política estadounidense y sigue reforzando su presencia con las otras cuatro visitas, repartidas en encuentros en la costa este y oeste con magnates como Elon Musk o Bill Gates, con quien logró la misma foto que Cristina Fernández de Kirchner hace 12 años.

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En la lectura del entorno de Milei, Trump es una apuesta de mediano plazo para conseguir mayor respaldo en la excluyente relación estratégica que decidió construir con Estados Unidos. El 16% que tiene el Departamento del Tesoro dentro del directorio del Fondo Monetario Internacional es una pieza determinante para Argentina desde que Trump decidió utilizar ese poder para otorgarle un crédito extraordinario de 45.000 millones de dólares a Macri en 2018. La decisión del entones Presidente reabrió la puerta al Fondo y le devolvió una omnipresencia en la política argentina que ahora transita otro momento clave para Milei.

El Presidente administra la relación con el Fondo, pero la conduce el ministro de Economía, Luis 'Toto' Caputo, que busca un nuevo acuerdo. Necesita nuevos fondos y aspira a obtener unos 15.000 millones de dólares, con un nuevo crédito que hasta ahora el organismo le niega. Milei carga las tintas contra el chileno Rodrigo Valdés, que es director del Hemisferio Occidental del Fondo. Lo tilda de "izquierdista" y aumenta el tironeo con el staff del organismo, en un momento donde el vínculo bilateral sigue en manos de la administración Biden. Tal como le pasó a Macri entre 2016 y 2018, Milei podría emularlo. El fundador del PRO empezó su mandato mientras Barack Obama estaba terminando su presidencia y lo concluyó con Trump transitando los primeros años de su administración.

Javier Milei entre la última etapa de Biden y la definición por Harris

Ahora Milei debe conducir el tramo de relación con la última etapa de Biden, pero su reemplazo por Harris abre un nuevo interrogante para Trump. El republicano deberá enfrentar a la actual vicepresidenta, "la primera estadounidense de raza negra y la primera estadounidense surasiática elegida para este cargo", según se puede leer en la biografía que publica la Casa Blanca. Es abogada, tiene 59 años y construyó su carrera en la Justicia como fiscal general de California. Biden, con su renuncia a la nominación para reelegir, dejó de ser el aspirante de mayor edad. Tiene 81 años, pero al salir de la competencia le dejó esa característica a Trump, que suma 78 años y ahora es el candidato más viejo que deberá medirse con una mujer que tiene 20 años menos que él.

Kamala Harris, en plena campaña política.
Kamala Harris, en plena campaña política.

Kamala Harris, en plena campaña política.

Todavía falta casi un mes para la Convención del Partido Demócrata. Será entre el 19 y el 22 de agosto. Harris aparece como la favorita, pero deberá medirse, entre otros aspirantes, con el gobernador de Kentucky, Andy Beshear y con el de Pensilvania, Josh Shapiro. También compite Gretchen Whitmer, que gobierna Michigan, pero si Harris es nominada, difícilmente tenga como compañera de fórmula a otra mujer. Así crecen las posibilidades de que Beshear o Shapiro para ser aspirantes a la vicepresidencia detrás de Kamala.

Las cavilaciones electorales de los demócratas debilitan las certezas que tienen los republicanos de ganar. Todavía no se sabe cómo será el desempeño de Trump. Sus primeras declaraciones fueron discriminatorias y sexistas, pero la exfiscal le devolvió las agresiones recordándole las investigaciones que tuvo que enfrentar ante la Justicia como instigador del asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021, protagonizado por simpatizantes de Trump para desconocer la victoria de Biden.

Entre los primeros cruces de Harris y Trump comienza a definirse el tono de la campaña que se viene. Para Milei es otra variable que suma incertidumbre. El problema es que, para las urgencias económicas de "Toto", todavía falta mucho para el supermartes de noviembre y una eternidad para que asuma el sucesor o la sucesora de Biden el próximo 20 de enero de 2025. Además, resta saber su Trump reafirmará con Harris la ventaja que tenía sobre Biden, o si comienza otro giro en esta etapa de precampaña electoral hasta que los demócratas definan las nominaciones.

Las relaciones con Washington

Faltan cuatro meses para las presidenciales norteamericanas. Milei lleva siete como presidente y la presencia de Biden no le impidió impulsar el vínculo estratégico con Washington. Desde que asumió, la Casa Blanca multiplicó el envío de funcionarios para ahondar la relación bilateral, entre ellos el secretario de Estado Anthony Blinken, que suscribió acuerdos de alto nivel y la jefa del Comando Sur del Pentágono, Laura Richardson, a quien recibió personalmente en Ushuaia para hablarle de una base militar integrada que el exjefe de Gabinete Nicolás Posse luego desmintió ante el Senado. En esta etapa de relación con Estados Unidos, bajo administración demócrata, también hubo dos visitas a Buenos Aires de William Burns, jefe de la CIA.

Milei no ha desairado a los visitantes demócratas en Argentina, pero en su propio territorio ya les mojó la oreja cuando le deseó mucha suerte a Trump. El presidente tiene sangre en el ojo con los demócratas, porque sabe que hubo un fuerte respaldo de la Casa Blanca en las últimas elecciones a favor de Sergio Massa, exministro de Economía y excandidato presidencial de Unión por la Patria. La derrota del panperonismo obligó al embajador Marc Stanley a reorientar la agenda, con una Casa Blanca que sigue de cerca a Milei, aunque le cueste digerir el apoyo a Trump.

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Parece que se cocina una similitud con el pasado reciente. A fines de 2015, cuando Obama supo que Macri ganó las elecciones, decidió incluir una visita a la Argentina antes de terminar su mandato. El gesto anticipó que la Argentina había vuelvo a la agenda bipartidista estadounidense, como había sucedido con la etapa posterior al Consenso de Washington y las dos presidencias de Carlos Menem con la estrategia de relaciones carnales.

Embriagado por los gestos de Obama, Macri apostó por la candidatura demócrata de Hillary Clinton. Ella perdió ante Trump, pero el entonces mandatario argentino no pagó costos, por la relación de amistad que tenía con el magnate republicano. El vínculo se construyó cuando Macri era uno de los ejecutivos del Grupo SOCMA y su padre, Franco, intentó sin éxito desembarcar en Nueva York con una operación que la Organización Trump obturó hasta sacarlo del mercado. La confirmación del regreso de Argentina a la agenda exterior bipartidista de Washington fue cuando Trump también visitó su amigo en 2018 para la cumbre del G20, después de respaldarlo para reendeudar al país con el FMI.

Macri no ha perdido su buena relación con Trump. Milei recién la está construyendo y quizás necesite del expresidente si el magnate vuelve a la Casa Blanca. Mientras tanto seguirá viajando a Estados Unidos. De los 12 que hizo desde que asumió, cinco fueron al país que dice admirar. Ninguno fue oficial, pero nunca dejó de hacer lobby en el sistema político norteamericano hasta que sepa si deberá seguir lidiando con los demócratas o si capitalizará los buenos deseos que le prodigó a Trump, el hombre que casi perdió la vida hace tres semanas, por una bala que fue disparada hacia su cabeza y solo le rozó la oreja.

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