Juicio por la muerte de Diego Maradona: allanaron una clínica tras el revelador testimonio de un médico
Se trata del centro de salud donde fue operado de un hematoma subdural y 15 días después falleció. ¿Por qué ordenaron el allanamiento y qué buscaban?
En horas de la noche del martes, se llevó a cabo un allanamiento en la clínica donde fue operado Diego Armando Maradona, esto se concretó tras un contundente testimonio de un testigo durante la última audiencia realizada en el marco del juicio por la muerte del ex futbolista.
Se trata de la Clínica Olivos, donde se realizó un operativo luego de una orden de la justicia. El objetivo era poder conseguir documentos relacionados con la salud de Maradona, poco antes de su muerte. En ese centro de salud fue operado de un hematoma subdural y 15 días después falleció.
El allanamiento se realizó en medio de un fuerte operativo de seguridad, donde participaron decenas de funcionarios policiales. Según publican varios medios nacionales, la búsqueda estaba orientada a hallar soportes magnéticos o archivos digitales que arrojen información sobre la historia médica de Maradona.
El pedido para allanar la clínica se realizó en la audiencia número 15 en el juicio que investiga la muerte de Diego Maradona. Este fue el último lugar donde el ex deportista estuvo internado después de ser operado por un hematoma subdural. Los jueces aprobaron la solicitud y dieron 24 horas para concretarlo.
El testimonio que derivó en el allanamiento
Durante la audiencia se conoció el testimonio de Pablo Dimitroff, director clínico del centro de salud, quien declaró durante cinco horas y sorprendió al afirmar que los profesionales realizaron los controles prequirúrgicos a Maradona antes de la intervención, algo que había sido desmentido anteriormente por otros testigos.
Dimitroff presentó documentación para avalar sus dichos y fue allí que los fiscales pidieron allanar la clínica para que se chequeen todos los registros informáticos y en papel, del 3 al 11 de noviembre de 2020, ante la sospecha de que parte del expediente médico se haya obviado entre las pruebas que se presentaron, señaló TN.
La fiscalía también pidió que se haga un careo entre los profesionales que atendieron a Diego durante la internación.
Lo obligaron a sedar a Maradona durante 24 horas
Quien también declaró en una de las últimas jornadas del juicio, fue Fernando Villarejo, jefe de terapia intensiva, quien aseguró que al astro de fútbol no se le hicieron estudios previos. Y señaló que tuvo muchas presiones del entorno de Maradona, sobre todo de Luque, y que lo obligaron a sedarlo por 24 horas.
Todo comenzó después del 30 de octubre de 2020, el cumpleaños número 60 de Maradona, que dejó una imagen impactante: se lo vio caminar tambaleante en la cancha de Gimnasia, sin fuerzas ni lucidez. A raíz de eso, su entorno médico -entre ellos, la psiquiatra Agustina Cosachov y el neurocirujano Leopoldo Luque- propuso llevarlo a hacerse un chequeo. Así fue como ingresó en la clínica Ipensa, en La Plata.
Allí le detectaron el hematoma subdural, pero los profesionales del centro no consideraron necesario operarlo de urgencia, pero Luque no estuvo de acuerdo y fue quien insistió en trasladarlo a un centro más preparado. Así llegó a la Clínica Olivos.
Finalmente, otros médicos llevaron adelante la cirugía. Después de la intervención, Diego quedó internado alrededor de una semana. Pero el clima era insostenible, ya que había una pandemia, el paciente estaba irritable, privado de alcohol en medio de un consumo problemático, con un entorno difícil de manejar.
“La clínica no era el lugar para mantenerlo sedado por tiempo indeterminado”, declaró Villarejo, quien aseguró que tanto Luque como Cosachov le pidieron reiteradamente que lo durmieran durante varios días para calmarlo. El objetivo no era solo facilitar el posoperatorio, sino controlar su compulsión y su estado emocional alterado. “Diego es inmanejable”, le dijeron, para justificar su pedido.
En ese contexto decidieron colocarle un catéter venoso y permaneció sedado durante 24 horas. La Clínica Olivos, en ese entonces, se oponía a la idea de una internación domiciliaria. Recomendaban derivarlo a otro centro especializado.
Villarejo fue claro al declarar que se opuso a muchas de esas decisiones y dejó asentado todo en la historia clínica. También aseguró que no existían las condiciones para un tratamiento adecuado fuera de un centro médico. “Diego parecía tener un cuadro psiquiátrico agudo. Las hijas, por desconocimiento o porque confiaban en Luque, dejaron que hicieran lo que para ellos era necesario”, concluyó.
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