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La Mañana competencia

La competencia de monedas puede terminar con un resultado inesperado para Milei

El presidente cree que si se pone a circular al dólar y el peso, la primera moneda va a desplazar a la segunda, pero hay casos que indican que eso no necesariamente puede ocurrir.

Sir Thomas Gresham, comerciante y financiero inglés del siglo XVI postuló en el siglo XVI que si en un país hay dos monedas de curso legal, la gente va a preferir la buena, al punto de que en algún momento va a usar una y dejar la otra. La primera sería la buena moneda y la segunda, la mala. Ese se puede decir que es el origen de la competencia de monedas que el presidente Javier Milei ha comenzado a postular por estos días.

Actualmente, el presidente parece ya haber abandonado la idea de la dólarización de la economía tomando un crédito internacional para sumar a las reservas internacionales del Banco Central, generar una paridad y a partir de ello eliminar el peso y cerrar el Banco Central.

Toda esa quimera ha quedado por ahora guardada. Pero ha tomado la idea de Sir Gresham y su ley de competencia de monedas. Para tomar en cuenta y en contexto, cuando el financista inglés postuló su idea las monedas en el mundo eran de tipo mercancias, es decir, valían en si mismas por el componente de metales preciosos que tenían.

Eran de oro o de plata, o de aleaciones y por lo tanto había algunas mejores que otras. En América colonial circularon monedas que tenían una mezcla de metales preciosos y no preciosos cuyo valor se establecía por “el peso” del componente de plata.

Con el correr del tipo apareció el dinero fiduciario, que es el que se maneja en el mundo. Son papeles y billetes cuyo valor es garantizado por el Estado del país. Por ello, el mayor o menor valor de una moneda no se establece por su componente como mercancía, sino por la fortaleza de la economía y la sociedad del estado que la emite.

En Argentina, el presidente Javier Milei y muchos libertarios seguidores están convencidos de que si se ponen a competir al peso contra el dólar, esta segunda moneda va a prevalecer sobre el peso y al final la va a desplazar. Pero la realidad es que la ley de Gresham puede no funcionar.

El economista Carlos Rodríguez considera que la competencia de monedas no es un paso previo a una dolarización, al estilo de lo que proponía Milei durante la campaña. Sostiene que en realidad es un mecanismo de “desdolarización” o de "pesificación"

El caso más próximo que hay a mano es el de Perú, país que en 1993 hizo una reforma constitucional en la cual introdujo un artículo que dice que el Estado peruano protege la tenencia de moneda extranjera de sus ciudadanos. Para ese momento la moneda de Perú, el Sol, estaba realmente destrozada. No servía ni como unidad de cuenta, ni como medio de intercambio, ni reserva de valor. Al permitir la libre circulación del dólar la gente se volcó hacia esa moneda.

Los economistas Adrián Armas Rivas y Zenón Quispe Misaico, del Banco Central de Reserva del Perú, señalan en un ensayo que pública el BCRA que luego de un primer impulso a dolarizar, la función del Sol como medio de pago se recuperó.

Para 1995 cerca de dos tercios de las transacciones ya estaban denominadas en soles, mientras que el efecto traspaso del tipo de cambio sobre los precios mostró una tendencia decreciente en línea con la reducción de la inflación, que ya era 10% en 1995.

La dolarización financiera se mantuvo alta. Casi el 80% de los créditos se otorgaban en dólares. Pero luego la dolarización del crédito y de los depósitos ha seguido una tendencia decreciente en este siglo bajo un proceso voluntario y de incremento de la intermediación financiera local.

Para el año 2020, el crédito alcanzó un nivel récord de 53,3% del PIB, con un financiamiento en moneda nacional equivalente a 41,6% del PIB, una cifra sin precedentes históricos. El coeficiente de dolarización de los depósitos había disminuido a 28%.

Al comenzar este siglo, la tasa de inflación ya había alcanzado niveles menores a 4%, pero el sistema bimonetario seguía la ley de Gresham en el sentido de que los agentes económicos preferían usar la moneda nacional con fines transaccionales mientras que el dólar era más preferido como depósito de valor.

Julio Velarde, el economista histórico presidente del Banco Central de Perú hasta hace poco, planteó que la divisa peruana es una de las más estables en regiones de países grandes y medianos a nivel global.

“El sol es una de las monedas más estables. Desde comienzos de siglo se ha devaluado sólo 6 % por la apreciación reciente que hubo mientras que otras monedas se depreciaron más del 50%”, aseveró Velarde, quien ha visitado la Argentina en varias ocaciones para contar la experiencia de su país

En Argentina, el economista Robero Cachanosky ha planteado la idea de emitir una ley que quite el curso forzoso del peso, para permitir que entre en juego con otras monedas, que podría ser el dólar, aunque también se podría incluir al euro y el real.

Es de recordar que Carlos Melconian, como candidato a ministro de Economía de Patricia Bullrich, en caso de que hubiera ganado las elecciones, tenía previsto un programa de estabilización con una competencia de monedas con el dólar.

En todos los casos, se plantea siempre un elemento que es inevitable, y es que el Banco Central del país tiene que reconstruir la confianza de su moneda fiduciaria y para ello es inevitable el cuidado de su hoja de balance.

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