La sobrepoblación carcelaria alcanza cifras críticas, con más de 105.000 reclusos en un sistema diseñado para 88.622.
En Argentina, la situación de las cárceles revela cifras alarmantes de hacinamiento, según datos oficiales del Sistema Nacional de Estadística sobre Ejecución de la Pena hasta diciembre de 2022. A pesar de que los sistemas penitenciarios federales y provinciales están diseñados para albergar a 88.622 reclusos, actualmente hay 105.053 personas privadas de libertad, generando una sobrepoblación de 16.431 individuos. En total, el país cuenta con 330 centros de detención, siendo la provincia de Buenos Aires la jurisdicción más afectada, con 65 cárceles, seguida por el Sistema Penitenciario Federal con 30 unidades.
Sumando a esta cifra las 12.757 personas detenidas en dependencias policiales o de fuerzas de seguridad, la cantidad total de individuos privados de libertad alcanza los 117.810, representando una tasa de 255 personas por cada 100.000 habitantes. Además, se registran 12.015 personas bajo prisión domiciliaria y/o monitoreo electrónico en el territorio nacional.
Cifras preocupantes
El informe destaca que estos índices sitúan a Argentina cerca del promedio de otras naciones, especialmente en comparación con las de la región, distanciándose tanto de la elevada tasa de Estados Unidos (531) como de la baja tasa de Japón (36). Desde la década del noventa, se observa una tendencia creciente en la población penitenciaria, con algunos momentos de leves bajas y picos significativos, como el periodo 2016-2019. En el año 2022, se registró un aumento del 3,7% respecto al período anterior, con un incremento del 77% desde el año 2010 y del 127% desde el año 2002.
La provincia de Buenos Aires enfrenta el mayor problema de sobrepoblación, lo que llevó a la Suprema Corte de Justicia provincial a emitir recomendaciones en septiembre del año pasado para evitar el empeoramiento de las condiciones de detención en sus cárceles y comisarías.
En este contexto, el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) destaca la urgencia de cambiar la relación entre ingresos y egresos al sistema de encierro, observando que la sobrepoblación continúa en aumento mientras se discute cómo reducirla.
En cuanto a la población detenida en 2022, el 58,3% de los reclusos en unidades penitenciarias tenían condena, marcando un cambio en la tendencia histórica hacia la presencia mayoritaria de personas sin condena judicial. La población penitenciaria se caracteriza por la presencia destacada de jóvenes, varones, ciudadanos argentinos y personas con un bajo nivel de escolarización. Hasta diciembre de 2022, el 96% de los detenidos eran hombres, el 95% eran argentinos, el 61% tenía educación primaria o inferior al ingresar a prisión, y el 54% tenía menos de 35 años.
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