Negociaciones contra reloj con el FMI para resolver vencimientos de deuda inminentes
El gobierno tratará de destrabar u$s3.300 millones en negociaciones con funcionarios del FMI en Buenos Aires. En paralelo, arranca conversaciones con bancos por la deuda en pesos.
El gobierno de Javier Milei necesita acelerar las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para conseguir una dispensa por el incumplimiento de las metas del año pasado y así lograr que le desembolse u$s3.300 millones. Mañana, por caso, la Argentina tiene que afrontar un vencimiento por u$s1.500 millones con deudores privados.
Según confirmó La Mañana de Neuquén con fuentes oficiales, a lo largo de la jornada la delegación que está en Argentina encabezada por el director del Departamento Occidental, Rodrigo Valdez, y el jefe del caso argentino, Luis Cubeddu.
Así arrancarán formalmente las discusiones que tienen por objetivo encauzar el acuerdo firmado en marzo de 2022 por el ex ministro de Economía, Martín Guzmán, del cual en 2023 no se cumplieron ninguno de los objetivos fijados.
Argentina terminó el año pasado con un déficit fiscal estimado en 2,3% del PBI cuando tendría que haberlo reducido al 1,9% y debería hacer reunido reservas internacionales por al menos unos u$s6.500 millones, pero terminó u$s10.000 en negativo.
Viendo la magnitud del ajuste fiscal que propone Javier Milei, del 5% del PBI cuando en realidad el FMI se conformaría con un 3% del PBI, es de descartar que Valdez y Torres llegaron a Buenos Aires con la idea de cerrar este capítulo y arrancar uno nuevo.
El problema que aparece hacia adelante, en todo caso, no es en sí mismo el programa que pone sobre la mesa el equipo argentino, sino las dudas de gobernabilidad que genera su extrema debilidad parlamentaria.
La Argentina necesita destrabar cuanto antes el desembolso de la séptima revisión e ir preparando el terreno para los siguientes desembolsos hasta septiembre de otros u$s3.300 millones.
Sacándole plata al Banco Central
En enero el gobierno tiene que pagar u$s1.915 millones al organismo con sede en Washington. Como todavía no cuenta con el dinero del desembolso, tendrá que hacerlo con las reservas del Banco Central.
La semana pasada anunció que el Tesoro Nacional le va a dejar una letra intransferible para retirar u$s3.200 millones de las reservas internacionales, en lo que constituyó una polémica decisión. Economistas críticos del gobierno recordaron que en los días de campaña electoral Javier Milei aseguraba contar con préstamos por u$s30.000 millones para encarar un programa de dolarización, que nunca llegaron.
Vencimientos con privados
Este martes 9 de enero el Tesoro pagará intereses de Bonares y Globales. Los primeros son bonos en dólares de legislación argentina mientras que los segundos son de legislación extranjera.
Se abonará u$s0,5 por cada u$s100 nominales de AL29 y GD29, u$s0,375 por cada u$s100 de AL30 y GD30, u$s1,8125 en AL35 y GD35, u$s2,125 en AE38 y GD38, u$s1,75 en AL41 y GD41, y USD 1,8125 en GD46
El segundo servicio de deuda se realizará en julio, por un monto total de u$s2.780 millones y empezará a incluir amortizaciones de capital. De esta forma, los vencimientos de deuda en dólares en 2024 totalizan u$s4.300 millones, menos de 1% del PIB.
Estas cifras no deberían despertar gran preocupación, menos teniendo en cuenta que a partir del 2025 la misma factura se duplica. No obstante, el delicado estado de las reservas hace indefectiblemente encender las alarmas.
Tratando de resolver el tsunami de pesos
Esta semana el ministro de Economía, Luis Caputo, y el secretario de Finanzas, Pablo Quirno, comenzarán a hablar con los principales bancos de la Argentina, tanto nacionales como extranjeros para poner sobre la mesa el otro problema financiero que asuma como una barrera este año.
El 60% es con agencias y organismos del propio estado. Uno de los grandes tenedores de deuda del Tesoro es el Banco Central.
Aquí lo que se trata es volver a perfilar una curva de vencimientos distribuida para adelante en los próximos años, dando así tiempo a que la economía argentina pueda recuperarse y, en todo caso, acceder nuevamente al mercado de deuda internacional para poder refinanciar.
En términos macroeconómicos la deuda de Argentina no difiere mucho de la de otros países similares, por lo que renovar vencimientos no debería resultar muy difícil de poder retornar a los mercados. El problema es que está fuera del sistema mundial y por ello hoy tiene que afrontar todo con dinero propio o tomando prestado de organismos internacionales.
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