En dos parques nacionales de Santa Cruz, científicos los estudian para verificar si benefician el equilibrio en la región, como ya se comprobó en otras zonas.
En lugar de ser únicamente una amenaza para el ganado ovino y otros animales de cría, los pumas podrían desempeñar un papel fundamental en la preservación de la vegetación y el equilibrio de nutrientes en los suelos de la Patagonia Argentina.
Así lo intentan demostrar estudios científicos que actualmente se están llevando a cabo en parques nacionalesd e Santa Cruz, y que buscan confirmar los efectos positivos de este depredador en los ecosistemas locales.
Con motivo del Día Internacional del Puma, celebrado el pasado 30 de agosto, el reconocido biólogo Emiliano Donadío, director científico de la Fundación Rewilding Argentina, ofreció una charla en El Calafate organizada por la Asociación de Guías de Santa Cruz (AGUISAC), en la que explicó cómo el puma, más allá de afectar a sus presas, como las ovejas y el ganado, puede beneficiar a la vegetación y la distribución de nutrientes en los suelos.
Donadío, quien durante más de una década estudió la influencia del puma en San Juan y ahora también está involucra con el estudio de la especie en la Patagonia, destacó la importancia de estas investigaciones para establecer el verdadero impacto de este mamífero en una región en la que frecuentemente los productores ganaderos lo señalan como una amenaza.
Sin embargo, el especialista recibido en la Universidad de La Plata fue cauteloso y dijo que hay que esperar resultados de los trabajo que se están encarando, para que las conclusiones tengan sostén científico.
Cómo los estudian en la Patagonia
Las investigaciones en la Patagonia están enfocadas en lugares como los parques nacionales de Monte León, en la costa atlántica santacruceña, y Parque Patagonia, del lado de la Cordillera de los Andes.
Allí, los primeros datos sugieren que los pumas generan impactos similares a los ya observados en otros ecosistemas. No obstante, Donadío pidió no apresurarse.
"Lo que aprendimos en San Guillermo, en San Juan, necesitamos verificarlo en la Patagonia. Estamos evitando asumir que los mismos patrones se repiten aquí", afirmó.
Y contó: “Estamos iniciando estudios para marcar a los animales jóvenes y evaluar sus movimientos”. El biólogo explicó que de esa manera podrán otener información precisa y basados en el método científico para entender la manera en que los pumas se distribuyen y circulan en la región.
Justamente, el temor de que los parques nacionales donde trabajan los especialistas actúen como "criaderos de pumas" con "autopistas costeras" para de norte a sur por la Patagonia, genera preocupación entre los productores ganaderos de la provincia, cuando no quejas abiertas. Consideran que desde esos sitios protegidos, estos felinos predadores se manejan libremente para entrar a tierras privadas y arrasar con las ovejas.
Donadío explicó que la habitual dispersión de los pumas subadultos, es decir, los jóvenes que dejan el territorio de su madre para establecerse en otros lugares, es un fenómeno natural que podría estar detrás de esta percepción. "Estamos iniciando estudios para marcar a los animales jóvenes y evaluar sus movimientos", adelantó el científico.
Qué descubrieron en San Juan
Donadío lleva más de una década investigando el rol de los pumas en San Guillermo, un parque nacional en la provincia de San Juan. Allí, observó cómo la presencia de este gran felino afecta no solo a las vicuñas, su presa, sino también a la vegetación y la biodiversidad.
“La evidencia científica muestra que el puma influye en el comportamiento de sus presas, quienes evitan áreas de alto riesgo. Esto beneficia a las plantas en esas zonas”, señaló.
El biólogo explicó que las vicuñas, al buscar alimentarse en áreas con mayor vegetación durante el día y trasladarse a otras zonas por la noche para reducir el riesgo de ser depredadas, ayudan a redistribuir los nutrientes a través de su excremento. “Esto genera un subsidio de nutrientes importante para las plantas en áreas donde los suelos son más pobres”, detalló.
Además del impacto en la vegetación, la depredación de animales por parte de los pumas también tiene efectos en la cadena alimenticia. Las carcasas de vicuñas o guanacos, depredados por los pumas, se convierten en una fuente clave de alimento para especies amenazadas como el cóndor andino.
“Un paisaje sin pumas significaría la ausencia de esta provisión periódica de alimento para el cóndor, lo que podría afectar su supervivencia”, subrayó Donadío.
En la Patagonia, los estudios buscan replicar lo aprendido en San Juan, donde los guanacos podrían cumplir un rol similar al de las vicuñas.
Las investigaciones actuales no solo se centran en los efectos sobre el ganado, sino también en entender la importancia ecológica de los pumas para el mantenimiento de un equilibrio saludable en el ecosistema.
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