Matías Di Lello, a cargo de la Fiscalía 53, trabaja para esclarecer el hecho. La descripción completa del hombre fallecido.
Este lunes fue encontrado el cadáver de un hombre de entre 35 y 40 años a medio metro de la orilla del lago Victoria Ocampo en la Plaza Sicilia de Palermo, donde semanas atrás fue asesinado el ingeniero Mariano Barbieri de una puñalada.
El hallazgo del cuerpo, que fue recuperado por Bomberos y analizado por la Unidad Criminalística Móvil de la Policía de la Ciudad, generó un misterio automático. El cuerpo no llevaba documentos; apenas una tarjeta SUBE, que podría pertenecerle, pero no estaba confirmado. Tampoco tenía lesiones visibles o algo que pudiera indicar un posible homicidio.
Lo cierto es que, este martes, el fiscal Matías Di Lello, a cargo de esclarecer el hecho con un expediente por averiguación de causales de muerte, aguardaba los resultados preliminares de la autopsia al cuerpo, que se realiza en la Morgue Judicial de la calle Viamonte. Esos resultados ingresaron a la fiscalía a comienzos del mediodía.
“Se encontraron escasas partículas de plankton en los pulmones, lo que lleva a descartar que haya muerto ahogado. Se confirma que no había ningún tipo de lesiones compatibles con cualquier mecánica de una muerte violenta. Es posible suponer un episodio vinculado al consumo de drogas o a una muerte súbita”, aseguró una fuente de la investigación.
De esta manera, la causa precisa de muerte queda por determinarse. Di Lello ya ordenó estudios toxicológicos y anatomopatológicos para terminar de esclarecerla.
La identificación del cuerpo
Se supone que la persona en cuestión se encontraba en situación de calle. No se hallaron pertenencias en los rastrillajes en las zonas aledañas. Di Lello apunta a identificarlo por reportes de personas desaparecidas, los tatuajes y las marcas personales. Las manos del cuerpo estaban en condiciones que no eran idóneas para recuperar sus huellas dactilares. Ahora, comenzó un trabajo forense basado en la hidratación para intentar obtener una impresión y así realizar los cotejos en la base de datos de la PFA.
Hasta ahora, nadie se presentó a reclamar el cuerpo o a aportar información. Se supo que el cuerpo era de tez trigueña, con canas en su cabello, vestía un chaleco negro sin mangas, un suéter gris. Presentaba dos tatuajes: un diablo en la espalda y un toro en el hombro, además de una marca de una quemadura, de vieja data.
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