Fundada por Elon Musk, la compañía satelital provee Internet en varios países. Aún no había llegado a Argentina.
El presidente Javier Milei anunció que su mega decreto desregula los servicios de internet "para permitir la competencia de empresas extranjeras, como Starlink". Se trata de una compañía propiedad del magnate Elon Musk, con quien Milei tiene buena sintonía y ya hubo charlas varias.
La empresa Starlink fue la única privada que fue mencionada en todo su discurso de poco mas de 15 minutos del Presidente en cadena nacional.
Conocida a nivel global, Starlink es un servicio de Internet satelital impulsado por SpaceX, la empresa fundada por Elon Musk, uno de los hombres más ricos del mundo.
Una de las principales características de Starlink es que Internet pueda llegar a cualquier punto del planeta, y en Estados Unidos su principal uso tiene lugar en zonas rurales, alejadas de los grandes centros urbanos.
El precio de Starlink... ¿Se adaptará al país?
Una de las grandes preocupaciones respecto a la llegada de Starlink tiene que ver con el precio, porque incluso en Estados Unidos es considerado un servicio caro.
Para darse una idea, solamente el equipo cuesta unos 500 dólares, y a eso hay que sumarle la cuota mensual de 52 dólares por el servicio. Y según trascendió, en Argentina sería incluso más caro: 599 dólares el equipamiento y 90 dólares mensuales de tarifa.
Si bien ofrece antenas de alta potencia que brinda un Internet estable y de altísima velocidad, lo cierto es que es casi imposible pensar en que esos números sean sostenibles en Argentina: son casi 800 mil pesos solo por la instalación, y más de 120 mil pesos por mes.
¿Cuáles son las diferencias con los servicios habituales?
En principio, la velocidad: hay descargas de hasta 1 giga por segundo, una velocidad impensada. A eso hay que sumarle la bajísima latencia, algo que será muy beneficioso para quienes jueguen en línea o vean streaming.
Pero, sin dudas, lo más importante es la cobertura global: está disponible en absolutamente cualquier punto del mundo.
En cuanto a las preocupaciones, además del costo, hay que mencionar las potenciales interferencias con otros satélites y la vulnerabilidad de estos a cuestiones ajenas: tiempo atrás, una tormenta solar destruyó más de 80 satélites.
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