Restos humanos en la casa donde vivió Gustavo Cerati: el objeto que podría resolver el crimen
El hallazgo ocurrió durante las excavaciones que se concretaban para la construcción de un edificio. Estaban en una fosa.
A semanas de conocerse el descubrimiento de restos humanos en una propiedad vinculada al pasado de Gustavo Cerati, se sigue adelante con la investigación. El hallazgo ocurrió durante las excavaciones que se concretaban para la construcción de un edificio en el terreno donde estuvo la casa en la que vivió el popular músico durante un par de años. En las últimas horas se conocieron detalles del macabro hecho.
Según precisaron fuentes cercanas a la investigación, una pieza tecnológica de los años ochenta podría convertirse en la clave para esclarecer un misterio que desconcierta a los investigadores.
Los restos estaban en una fosa de 1,20 metros por 60 centímetros, a escasos 40 centímetros de profundidad, en la medianera de una casa de la calle Congreso al 3700. La investigación, conducida por el fiscal Martín López Perrando, apunta ahora a identificar los restos del cadáver, que pertenecerían a un varón de entre 20 y 22 años, según determinó el informe preliminar del Gabinete Científico de la Policía de la Ciudad.
Una pieza tecnológica de los años 80 podría ser clave
Se trata de un reloj marca Casio CA-90, enterrado junto al cadáver, el que podría permitir localizar la muerte de la víctima- cuyos restos fueron hallados en las excavaciones - entre 1980 y 1990.
El aparato fue lanzado al mercado en 1981, fue popular entre los adolescentes por su calculadora y un simple juego digital, lo que sugiere que pertenecía a un joven de la época.
Asimismo, se conoció que la demolición que dio lugar al hallazgo se realizaba en el terreno donde antes existía una casona, ahora deshabitada. Allí se abrió accidentalmente la fosa con los restos óseos, que llevaban décadas ocultos.
Un cadáver enterrado en el olvido
La historia de la casa que terminó en el centro de la escena es en sí misma llamativa. La artista plástica Marina Olmi, hermana del actor Boy Olmi, compró la propiedad hace más de tres décadas. Según relató, allí funcionó un geriátrico y, previamente, una capilla del siglo XIX. Sin embargo, ninguna de esas etapas de ocupación arroja datos precisos que vinculen a algún desaparecido o persona denunciada como extraviada.
El contexto complica las hipótesis. Actualmente solo vive una mujer de edad avanzada en el inmueble. La Justicia no consiguió obtener información concreta de sus familiares sobre quiénes residieron allí entre las décadas del setenta y noventa.
Ante la falta de testimonios, el fiscal López Perrando solicitó la intervención del Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF), entidad reconocida por su labor en la recuperación e identificación de restos humanos de víctimas de la dictadura militar y otras masacres.
El reloj, aunque en estado deteriorado, presenta una referencia concreta en términos históricos. Casio dejó de fabricar ese modelo a fines de los noventa, y su pico de uso coincidió con el primer tramo de la década del ochenta. Ese indicio, junto al análisis de los huesos, reduce el rango temporal del deceso, aunque no lo limita exclusivamente a años de dictadura.
Las preguntas sin respuesta
La existencia de una fosa cavada con cierto cuidado, sin signos visibles de violencia en el entorno, y la profundidad relativamente superficial del entierro alimentan varias hipótesis. Una posibilidad es que se haya tratado de un crimen doméstico no reportado. Otra, más siniestra, remite a la época en que algunas propiedades privadas sirvieron de sitios clandestinos durante la represión estatal. Sin embargo, hasta el momento, no hay ningún elemento que vincule el caso con una desaparición forzada.
La presencia de Cerati en el barrio suma notoriedad mediática pero no relación directa con el hecho. El músico vivió en una casona del terreno lindero durante parte de su juventud, pero la propiedad donde ocurrió el hallazgo no figura en su historia personal. La confusión surgió porque ambas viviendas colindan y comparten parte del muro medianero.
Mientras tanto, el EAAF trabaja sobre el análisis genético de los restos para cruzar los datos con el Banco Nacional de Datos Genéticos. También se están revisando registros de personas desaparecidas entre 1975 y 1990 que coincidan en edad, sexo y contextura física. El proceso, según fuentes judiciales, tomará semanas.
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