Un estudio de la Fundación Mediterránea pone luz sobre la cuestión y demuestra que la importación no resuelve todos los problemas.
La creencia generalizada es que si se abren las puertas de par en par a los importados los precios de los bienes van a bajar. Eso no necesariamente es así. De hecho, en el caso de los alimentos, países que tienen l a economía mucho más abierta que la Argentina tienen su canasta básica más cara. Y a su vez, hay países con economías mas protegidas que tienen la comida mas barata.
Así lo indica un estudio elaborado por la Fundación Mediterránea a partir de un relevamiento de precios on line de supermercados llevado a cabo durante noviembre.
“El costo de una canasta de alimentos integrada por 11 productos rondaba los u$s36,4 en Argentina (tipo de cambio oficial). En Chile y Uruguay, la canasta tenía valores de u$s45,0 y u$s44,6, respectivamente, mientras que en Brasil costaba u$s29,1”, revela el estudio.
El informe dice que “en Argentina, la canasta de alimentos costaba un 26% más que en Brasil, pero 19% y 18% menos que en Chile y Uruguay, respectivamente”.
¿Hay alimentos en Argentina que son relativamente más caros?
Más allá del valor conjunto de la canasta de bienes seleccionada, hacia su interior se encuentran matices. En cuanto a la comparación con Brasil, el costo de la canasta resulta un 26% mayor en Argentina que en aquel país, pero esta brecha se mostraba mayor en algunos bienes, caso del arroz (+116%) o los fideos (+70%).
También se encuentran situaciones opuestas, Argentina con algunos alimentos más baratos que en Brasil, como la harina de trigo y el aceite de girasol.
En cuanto a la comparación con Chile y Uruguay, a pesar de tener Argentina una canasta más barata que en estos dos países (-19% y -18% respectivamente), se encontraban productos más caros en el país que en los vecinos, caso de la leche (+6%), el arroz (+4%) o los fideos (+2%) con respecto a Chile, y el arroz (+38%) o la leche (+1%) con respecto a Uruguay.
¿Qué factores influyen en el nivel de precios internos de los alimentos?
El informe dice que “en una economía globalizada, con integración comercial y mercados competitivos, los precios de los bienes transables, en el caso de los alimentos, tienden a converger entre países, en su valuación en frontera”.
“Si existiesen diferencias significativas entre lo que valen los precios en las diferentes fronteras, los exportadores tendrán incentivos a redireccionar su producción hacia aquellos países en donde los precios sean mayores, generándose una mayor oferta en dichos países, con consecuente baja en los precios, mientras que lo contrario sucederá en los restantes países”, explica la Fundación Mediterránea.
El reporte señala que “este mecanismo, habitualmente denominado arbitraje de precios, genera convergencia en los valores y se da en economías abiertas, predispuestas al intercambio de bienes”.
El estudio aclara que “las únicas brechas de precios que pueden ser permanentes (que no pueden ser eliminadas vía arbitraje), que aparecen en los precios de última milla, son aquellas que están asociadas a costos diferenciales en materia de servicios de transporte (el traslado de los alimentos hasta el punto de consumo final), tributos (impuestos aduaneros, impuestos al consumo) y servicios comerciales”.
El reporte agrega que “un consumidor final pagará más caros los alimentos en un país que aplique mayor carga tributaria sobre los bienes de consumo (puede ser un Impuesto a las Transacciones, IVA, Impuesto a las Ventas Minoristas, Impuesto a las Ventas Finales), en términos relativos a la que aplican los restantes países”.
“Algo parecido ocurrirá si existen diferencias significativas a nivel de salarios, precios de combustibles, tarifas de energía, costos de alquiler y otros rubros que pueden encarecer la prestación de los distintos servicios (logísticos, comerciales)”, explica el estudio.
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