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Un peronismo sin unidad ni claridad, ante una interna que divide y desafía a Cristina

No fue un 17 de octubre como en otros tiempos el que pasó. Se presentaron dos listas para las elecciones partidarias de noviembre. El rol de Axel Kicillof.

"Mi deseo y mi posición es que se logre un encuentro, un diálogo, y se evite una innecesaria competencia interna. Ambos proponen dos puntos centrales: nítida oposición a Milei y convocatoria a la unidad, escribió Axel Kicillof este sábado por la tarde, a pocas horas del cierre de listas para las elecciones del Partido Justicialista que se realizarán el 17 de noviembre. El gobernador bonaerense buscó ponerse por encima de una disputa, que por ahora, parece inevitable y se plasmó a la medianoche, cuando vencieron los plazos y quedaron dos listas en la competencia: "Primero la Patria", encabezada por la dos veces presidenta Cristina Fernández de Kirchner y "Federales", liderada por el gobernador riojano Ricardo Quintela.

Queda un mes para que se concrete una interna inédita en el peronismo y que sólo se remonta a la contienda que protagonizaron Carlos Menem y Antonio Cafiero en 1988. Fue una disputa por la candidatura presidencial, una primaria movilizó a un millón y medio de afiliados, ante un padrón de cuatro millones y medio. En este caso se discute la reorganización del panperonismo después de la derrota de Sergio Massa hace un año y la clausura electoral de la experiencia del Frente de Todos, con Alberto Fernández en la presidencia y Cristina en el Senado, ambos como socios desconfiados de una sociedad que crujió en público poco después de llegar al poder.

La fórmula que ella pensó para evitar la reelección de Mauricio Macri cumplió su objetivo, pero dio paso a una administración que desnudó las falencias y debilidades de Alberto. Las mismas que la vicepresidenta ya conocía desde hace mucho y quiso suponer que no se repetirían. Los resultados en el ejercicio de la gestión determinaron nuevamente que la dos veces presidenta y exvice no es buena eligiendo candidatos. La sombra de Alberto sigue presente este año y fue el disparador de la interna del PJ, porque tuvo que renunciar a la conducción del partido, jaquedado por las denuncias de su expareja, la exprimera dama Fabiola Yañez, que lo acusó en tribunales de violencia de género.

rossi massa alberto cristina union por la patria

El contrapunto de Cristina con Kicillof

"Si no podemos organizar una interna, cómo vamos a disputar el poder después", dijo este jueves Cristina en la sede de SMATA. Es el gremio metalmecánico, que conduce Ricardo Pignanelli, y cuyo segundo, el diputado nacional Enrique "Paco" Manrique dejó la mesa de conducción de la CGT por su desacuerdo con la negociación con el Gobierno que sostienen sus dirigentes. Pignanelli está dentro de la lista que lidera Cristina como candidato a la quinta vicepresidencia del PJ. El continente cegetista está dividido. Pignanelli es una presencia de peso en el universo cristinista, pero una gran mayoría del cegetismo no quiere a Cristina como candidata a nada, ni en el PJ ni en las listas. Esa mayoría respaldó a Kicillof este jueves, en el acto que encabezó en la localidad bonaerense de Berisso. Fue una demostración de fuerza con el respaldo de un puñado de intendentes peronistas que se han alejado de Cristina y que tampoco se bancan al diputado nacional Máximo Kirchner al frente del PJ bonaerense.

Ante unas 50.000 personas, el gobernador bonaerense deslizó la posibilidad de pelear por la presidencia en 2027. Respaldó a Cristina ante una posible confirmación de la condena en segunda instancia por la causa Vialidad. El gobernador consideró el caso como un invento y la reivindicó. Pero no respaldó su candidatura a la presidencia del partido. Al día siguiente, en SMATA, junto a Pignanelli ella le apuntó al gobernador, considerado el respaldo de la candidatura de Quintela. La expresidenta sentenció: “Los Poncio Pilatos y los Judas en el peronismo no van más”.

tuit kicillof

Este sábado, Kicillof tomó el guante sin nombrar a Cristina. "La lógica del sometido o traidor es una lógica que entró en crisis y que viene causando malos resultados", escribió en la carta que difundió antes del cierre, para llamar a la unidad. "Pareciera que no se registra del todo lo que está pasando en el país y en nuestra fuerza política: hay enojos, diferencias y desacuerdos. Esos reclamos, esos enojos deben ser escuchados con humildad y de ninguna manera pueden ser descalificados como signos de traición", contestó el gobernador bonaerense, después de asegurar: "Quintela no es mi candidato, es un gobernador y un dirigente que viene enfrentando, con un coraje que no abunda, las políticas de Milei desde una provincia alejada de los medios y las redes porteñas. Es un error pensar que se trata de un dirigente al que yo “subo o bajo”, pero sobre todo es un gran error atacarlo", aseguró.

El cruce entre Cristina y Kicillof confirma que la reunión reservada de tres horas que tuvieron esta semana no terminó en ningún acuerdo. Si la expresidenta reclamaba respaldo sin críticas para el escenario judicial que tiene por delante, el gobernador se lo dio públicamente desde Berisso. Cristina también reclama que nadie discuta su liderazgo en el partido y es precisamente lo que Axel no acatará, aunque se despegue de la candidatura de Quintela. Es una certeza difícil de sostener para el gobernador, porque algunos de sus ministros, como Andrés Larroque, de Desarrollo Social, convocó a juntar parte de los 50.000 avales que Quintela necesitaba presentar el sábado por la noche, antes de las 12. Dicen que Cristina se lo reclamó a Kicillof en el encuentro hermético. No sólo por Quintela, sino por el Cuervo Larroque, que estuvo muy cerca de ella y Máximo. El actual ministro de Axel se animó a desafiarlos porque los conoce en profundidad y no coincide con ese esquema de poder, algo que los Kirchner no le perdonan.

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Queda un interrogante logístico por resolver. Se necesitan 30 mil urnas para los 3 millones de votantes que tiene el PJ en todo el país. El Gobierno, ante el pedido de asistencia que habilita la ley, contestó que tiene 3.000. El partido deberá resolver todos esos desafíos en un mes y sin depender de la asistencia de la cartera de Interior, controlada por el jefe de Gabinete Guillermo Francos. Cualquier paso en falso que cometa el peronismo por la organización de su interna será aprovechado por la administración de Milei, cuyos funcionarios están esperando cualquier solicitud del PJ que implique costos presupuestarios para escracharlos en los medios.

Dos listas del peronismo camino a noviembre

Con las dos listas inscriptas desde la medianoche de este sábado comienza a hilvanarse la interna, pero podría deshilacharse si Quintela se baja o si surge un acuerdo en las próximas semanas. Por ahora cualquiera de las dos opciones parecen muy lejanas, porque la confrontación de fondo se ha profundizado, es decir, la pulseada entre Cristina y Kicillof se agudizó esta semana y promete escalar si no hay gestos de distensión de ambas partes. Aunque no forma parte del PJ, el dirigente y excandidato presidencial Juan Grabois es un interlocutor de ambos.

Este sábado, mientras seguían los cruces, dijo cuál sería un acuerdo posible que descomprima la situación. "Axel debería apoyar sin dudar un segundo a Cristina para el PJ Nacional porque ella se merece el reconocimiento de la fuerza que revitalizó y la gratitud de los dirigentes que promovió, máxime en un momento de persecución”, opinó el abogado y luego se refirió a la expresidenta. "Cristina debería garantizar el pleno respaldo del PJ al gobierno de Axel, porque Axel tiene que sostener el gobierno en la provincia más grande y compleja del país, además de afirmarse como una de las máximas referencias del trasvasamiento generacional”, sentenció. El dirigente es uno de los que ha buscado tender puentes entre ambos y sus palabras posiblemente sean un reflejo de las exploraciones que hizo y que, al menos hasta ahora, no tuvieron eco.

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Juan Grabois.

Juan Grabois.

Antes y después del acto de Kicillof en Berisso, Cristina habilitó un fuerte operativo para reclamarle que respalde su candidatura a presidir el PJ. Desde la senadora mendocina Anabel Fernández Sagasti hasta la intendenta bonaerense de Quilmes, Mayra Mendoza, le sacudieron al gobernador. La legisladora le bajó el precio a Quintela y le recordó que su provincia está en default. También lamentó el silencio de Axel. La jefa comunal quilmeña también salió duro y le reclamó a Kicillof que hable con Quintela, "que es su candidato a presidente del PJ y le diga que acompañe a Cristina". Las dos integrantes de La Campora anticiparon parte de la munición gruesa que le dedicarán al gobernador en las próximas semanas.

"Nadie que tenga responsabilidad de gestión puede estar al frente del partido porque el peronismo no puede terminar siendo rehén del gobierno nacional", es otra frase que le adjudican a Cristina en SMATA. Fue menos directa que Fernández Sagasti, pero ambas apuntaron a lo mismo: liquidar al riojano hasta que se baje y condicionar a Kicillof. La maniobra puede tener altos costos para Cristina, aunque en su entorno aseguran que negar su peso electoral y su liderazgo empuja al PJ a la derrota, a manos de quienes no tienen votos propios. Kicillof los tiene y es otra de las virtudes que el cristinismo se niega a reconocerle, mientras Máximo ya suma dos actos en un mes para mandarle mensajes cifrados: desde medirse en las PASO hasta debatir las diferencias en público y sin esconderse.

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En la carta que difundió este sábado, el gobernador también le dedicó un capítulo a Máximo. "En la pelea que me toca afrontar, necesito el pleno acompañamiento del peronismo de mi provincia. Últimamente, sectores de nuestra fuerza política, con quienes a veces tengo diferencias, pero también un recorrido común, afecto y coincidencias, han decidido criticarme mucho y acompañarme poco. Sinceramente, me cuesta entenderlo, pero no tuve ni tengo la necesidad de agredir a nadie para expresar el reclamo de un mayor respaldo al gobierno provincial", escribió Kicillof para cuestionar al hijo mayor de Cristina. El párrafo confirma que algo hay de cierto en la salida que mencionó Grabois para encontrar un pacto de unidad antes del 17 de noviembre.

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