Comodoro Rivadavia: condenas de hasta 11 años de prisión por torturas y secuestros en la dictadura
El Tribunal Oral Federal sentenció a cinco represores por crímenes de lesa humanidad cometidos contra 23 víctimas. Dos imputados fueron absueltos.
El Tribunal Oral Federal de Comodoro Rivadavia dio a conocer este jueves una sentencia en la histórica causa "8008", considerada emblemática de lo que fueron los delitos de lesa humanidad perpetrados durante la última dictadura cívico-militar en esa ciudad de Chubut, y que llega a término casi medio siglo después de los hechos que investigó.
El fallo condenó a cinco represores -entre militares, policías y prefectos- por el secuestro, tortura y desaparición de 23 personas en la ciudad petrolera de Chubut y los alrededores.
La resolución se conoció tras un juicio oral y público que comenzó el 28 de agosto, en un proceso judicial que surgió como un desprendimiento de la causa por la Masacre de Trelew, y que se centró en los crímenes cometidos en el Regimiento 8, la sede de la Policía Federal y la Prefectura Naval Argentina.
El tribunal estuvo encabezado por la jueza Ana María D'Alessio y completado por los vocales Enrique Nicolás Baronetto y Alejandro Cabral.
Los magistrados juzgaron a siete imputados por privación ilegítima de la libertad, allanamiento ilegal y violación de domicilio, algunos de estos delitos agravados por la aplicación de tormentos, vejaciones y apremios ilegales.
La reconstrucción de lo ocurrido se sustentó en las declaraciones de 32 personas, de las cuales 16 fueron víctimas directas de la represión. Además, se realizaron tres inspecciones oculares en antiguos centros clandestinos de detención que operaron en la zona.
En su veredicto, el Tribunal calificó los hechos investigados como crímenes de lesa humanidad.
También rechazó el pedido de prescripción de la acción penal que habían presentado algunas defensas, conforme a la normativa internacional y nacional que establece que este tipo de delitos no prescriben.
Alegato fiscal y pedido de disculpas
El juicio había tenido uno de sus puntos culminantes durante un contundente alegato del fiscal Teodoro Nürnberg, quien durante cinco horas y ante la presencia de familiares de las víctimas y de algunos de los sobrevivientes que declararon, detalló el rol de cada uno de los militares, prefectos y policías ahora condenados en los centros de detención ilegal y torturas de la ciudad.
En base a ello, hizo sus pedidos de pena, que en la mayoría de los casos fueron superiores a las que finalmente fueron impuestas por los jueces (solo una resultó idéntica).
"Esta causa se inició hace muchísimos años. Ya en 1984 había denuncias en la CONADEP y en 1987 hubo investigaciones. Hubo casi 20 años donde el Estado no dio respuestas, por la vigencia de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final", expresó Nurnberg tras la sentencia, en diálogo con Abc Diario.
Y agregó: "Este expediente contiene nombres de personas que no fueron investigadas y víctimas que no tuvieron la oportunidad de contar lo que sucedió. No nos es indiferente el paso del tiempo".
En su alegato, justamente, el fiscal se había referido a la demora en la aplicación de justicia, explicó detalladamente a los familiares los por qué, y les pidió disculpas.
Los represores de Comodoro Rivadavia y sus penas
Raúl Pantaleón Cruz fue el más duramente castigado: 11 años de prisión por 15 hechos de privación ilegítima de la libertad agravada por la imposición de tormentos (la fiscalía había pedido 19 años).
Mario Enrique Pérez recibió la condena de siete años de prisión e inhabilitación absoluta perpetua. Fue considerado autor mediato de allanamiento ilegal y privación ilegítima de la libertad contra varias víctimas, con agravantes por torturas (habían pedido 14)
Francisco Olegario Sevilla recibió seis años de prisión como partícipe necesario de delitos de características similares a los anteriores (9 años).
Por su parte, Alfredo Pablo Lisseri (Nurburging iba por 5 años) y Eduardo Alberto Rodríguez fueron condenados a tres años y seis meses de prisión cada uno, como partícipes necesarios o secundarios de privaciones ilegítimas de la libertad, la misma pena solicitada para el segundo de ellos.
El fallo estableció además inhabilitaciones para ejercer funciones públicas y dispuso que los condenados se hagan cargo de las costas del proceso.
En la misma sentencia, el Tribunal decidió absolver a varios de los imputados en distintos hechos. Rafael Augusto Manuelides fue absuelto por falta de acusación fiscal, mientras que Fernando Julio Pedernera también quedó libre de cargos.
Todos los acusados fueron absueltos del delito de asociación ilícita que se les había imputado.
Además, se ordenó levantar las restricciones sobre inmuebles vinculados al expediente, aunque se dispuso mantener su preservación como Sitios de la Memoria, según lo establece la legislación vigente.
Los condenados deberán mantener actualizado su domicilio y presentarse ante cada requerimiento judicial. En caso de incumplimiento, quedan bajo apercibimiento de detención inmediata.
Deberán observar esta disposición rigurosamente hasta el 13 de febrero de 2026 a las 13, la fecha y horario definidos en el fallo para la lectura ante las partes de de los fundamentos de la sentencia, en la sede del Tribunal Oral Federal de Comodoro Rivadavia.
"Por lo menos, 50 años después se va a saber"
"Por lo menos, 50 años después se va a difundir, se va a saber la verdad, que también en Comodoro hubo tortura y detenciones", le había dicho al mismo medio una de las víctimas de los grupos de tareas de la ciudad chubutense, poco antes de declarar en el juicio.
Mirta Silveira fue secuestrada en 1976, cuando tenía 19 años, y un hermano suyo está desaparecido. Contó que la subieron a un Falcon encapuchada y esposada. "Me llevaron a un lugar donde había una escalerita, me tiraron en un sillón y ahí fue mi primer tortura con picana, me sacaron la ropa, todo eso", recordó con crudeza.
Primero estuvo detenida en lo que funcionaba como sede de la Policía Federal sobre la avenida Rivadavia y luego fue trasladada al Regimiento 8 de Comodoro. "Me di cuenta dónde estaba porque escuchaba los ruidos de los aviones. Ahí estuvimos varios días, y después me llevaron a la Seccional Segunda", explicó.
Silveira dijo que atravesó todo sin haber cometido delito alguno. "Yo militaba en la juventud peronista, pero nada más. Es como ahora que uno puede estar en un partido. Sin embargo, me revisaban buscando armas que nunca existieron. Me torturaban para que dijera dónde estaban, tuve que inventar cosas de memoria para sobrevivir", expresó.
También recordó que en aquellos operativos se llevaron a vecinos y jóvenes que no tenían ninguna relación con la política. Y que supieron que su hermano también estuvo detenido y torturado en el Regimiento 8: "Mi compañera lo escuchó gritar y decir: ‘¿Por qué tienen a esta gente acá?'. Supimos que estuvo ahí", reveló.
"Tarde, pero la justicia llega. Y lo más importante es que la sociedad sepa que en Comodoro también pasó", concluyó.
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