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La Mañana Chubut

En una semana se fugaron tres presos con domiciliaria y en Chubut culpan a los jueces permisivos

El ministro de Seguridad pidió que la Justicia conceda el beneficio "con lógica". Todos los casos fueron en Trelew, y con delincuentes reincidentes y violentos.

El ministro de Seguridad y Justicia de Chubut, Héctor Iturrioz cuestionó duramente a la Justicia provincial tras una seguidilla de fugas de detenidos que cumplían arresto domiciliario y dijo que los jueces están “poniendo en riesgo a la sociedad”.

El funcionario provincial remarcó que los delincuentes que huyeron habían obtenido la domiciliaria a pesar de ser reincidentes y con antecedentes violentos, y pidió que el beneficio sea utilizado con lógica, algo que, según opinó, no está ocurriendo.

Las fugas se produjeron durante la semana pasada. Dos de los presos que escaparon tenían tobilleras electrónicas y las rompieron para poder huir.

Preso "bajo palabra de honor": no la respetó

Uno de los detenidos, y el primero de los tres que se escapó, no tenía tobillera sino que estaba cumpliendo con la detención “bajo palabra de honor”. Sigue prófugo.

Se trata de Hugo Severo Torres, quien se encontraba bajo arresto domiciliario en Trelew. Con un largo historial delictivo, había recibido el beneficio en el marco de una causa por robo con inhibidores en Comodoro Rivadavia.

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Héctor Iturrioz, ministro de Seguridad de Chubut.

Héctor Iturrioz, ministro de Seguridad de Chubut.

El caso siguiente, y el más resonante de todo, fue el de Leandro Ezequiel Ramón, miembro de la banda conocida como “Los Ramones", quien cortó su tobillera y escapó el miércoles de la semana pasada de la casa de Trelew en la que cumplía arresto domiciliario, después de haber discutido con su pareja.

Un día más tarde, Ramón regresó y se entregó a la Justicia. Se decidió que permaneciera en prisión preventiva hasta el juicio, al que llegará acusado por robo triplemente agravado.

El tercero de los casos ocurrió también en Trelew, el jueves último. José Luis Currumán, de 27 años, estaba cumpliendo arresto domiciliario en el domicilio de un familiar, monitoreado mediante una pulsera electrónica.

Alrededor de las 23.30 del jueves, el sistema de monitoreo detectó una falla en el dispositivo que llevaba puesto, lo que alertó al Centro de Monitoreo y a la policía local. Al acudir al domicilio en el barrio Unión, un familiar informó que Currumán había roto la tobillera y se había ido. El dispositivo destruido estaba en la vivienda.

Currumán también continúa prófugo. Está imputado por violencia de género y tenía una orden de prohibición de acercamiento hacia la víctima, por lo que se reforzaron las medidas de seguridad en torno a la denunciante, con rondas policiales preventivas.

Las quejas del Gobierno de Chubut

“Si le damos el beneficio de la prisión domiciliaria a otro delincuente de estas características, tenemos que saber que estamos poniendo en riesgo a la sociedad”, se quejó Iturrioz, tras la sucesión de casos.

El ministro defendió el uso de las tobilleras electrónicas pero aclaró: “Sirven para autores primarios, en prisión preventiva, que aún son inocentes y pueden verse perjudicados si se los mezcla con otros internos. Pero no para delincuentes habituales con numerosas causas, como el caso de Ramón, que tiene antecedentes por delitos violentos”.

Además del riesgo que representan las fugas, Iturrioz agregó que las domiciliarias muchas veces generan inconvenientes para el normal desarrollo de los juicios. “Se termina generando una situación absurda donde el propio delincuente decide si va o no a una audiencia. Así, se transforman en directores del proceso judicial”, sostuvo.

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