Piyamadas, una moda que es furor en Neuquén

Ana Laura Calducci

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Neuquén.- Las carpitas coloridas simulan un campamento indio, con césped sintético y una fogata de piedras de sal. En ese escenario de película, los chicos recrean su propia aventura nocturna sin salir del living. Hace 20 años se las llamaba pijama party y se organizaban con lo que había a mano en casa. Hoy, los pequeños les dicen “piyamadas” y no pueden faltar los disfraces, el karaoke y las luces led. Son furor en todo el país y hace unos meses llegaron también a Neuquén.

Ya hay siete empresas que ofrecen este servicio en la zona: cuatro de la ciudad, dos de Plottier y una de Cipolletti. La más antigua se creó hace un año y la más reciente, este mismo mes. Todas tomaron la idea de internet y de otros puntos del país, donde las piyamadas a domicilio están de moda hace rato.

“Nosotras creo que fuimos pioneras y empezamos porque vimos una necesidad, por tener hijos en edad de piyamada y no tener cómo organizarla”, comentó Ana, de Pijamadas Kids, creada en marzo de 2016. Agregó que “la mayor demanda es entre los 7 y los 12 años, que son los que todavía no pueden ir al boliche o la matiné, pero quieren una noche solos con sus amigos”.

El servicio consiste en alquilar carpas del estilo tipi, similares a las de las tribus nómades norteamericanas, que son populares entre los chicos por las películas. El campamento se decora con guirnaldas, luces, almohadones y, como extra, se agregan juegos de mesa grupales: dominó o palitos chinos. Para los pequeños, que crecieron entre el celular y la electrónica, esa diversión es toda una novedad.

Las carpas se arman al anochecer en la sala o jardín y se retiran al día siguiente. Algunas firmas incluyen también cotillón, desayunos y hasta linternas o cepillos de dientes decorados.

“Yo estoy en plena organización, arrancando; hace poco hice una piyamada como regalo a mi sobrina, que me encantó porque es compartir cara a cara con los amigos, y ahora me largué con el emprendimiento”, contó Paula, de Indy Party. Añadió que “por suerte, esto es como un boom que vino para quedarse”.

Gabriela, de Pijamada Play, contó que lo vieron en Instagram y se decidieron a traerlo a Plottier. Indicó que “vamos creciendo y nos está resultando bárbaro, porque los preadolescentes lo prefieren para festejar el cumple y, para los papis, es más barato que un pelotero y más seguro que irse de campamento”. Dijo que los chicos “conocen esta moda de hace tiempo, pero los padres todavía necesitan que les expliques qué es eso de las tipis y los piyamas”.

Las piyamadas se están consolidando como una nueva costumbre neuquina, que renovó la clásica invitación a quedarse a dormir con un amiguito. En vez de budín ahora hay cupcakes y un marco para selfies, pero la complicidad de una noche sin adultos es la misma.

Campamentos de $1500 a $3000

Las empresas de piyamadas que hay en la zona trabajan por estos días con la agenda completa. Hoy, para conseguir turno, hay que llamar con un mes de anticipación. Las piyamadas tienen como ventaja el precio, que suele ser la mitad de lo que se pide por un pelotero. El monto mínimo ronda los 1500 pesos y rara vez supera los 3 mil. Se trata de festejos más bien íntimos, pensados para una reunión de no más de 10 chicos.

Temáticas: vampiros, hadas y princesas

Los servicios de piyamadas de la zona suelen incluir varias temáticas para la decoración del campamento infantil. Las más populares son las que hacen referencia a monstruos terroríficos, exploradores en medio de la jungla y princesas o hadas.

Algunas firmas tienen ya los combos armados para cada ocasión. Para los varones, ofrecen un ambiente similar al de una película de guerra o una decoración propia de Halloween, con dientes de vampiro y todo; mientras que para las nenas, la alternativa son los escenarios con flores en tonos pastel o bien corazones y almohadones de peluche.

Hay opciones mixtas para que los chicos programen una noche distinta. Entre las más pedidas, están el campamento hippie, el estilo selvático y las carpas que simulan un viaje espacial.

“Las que más se animan a la piyamada son las nenas, aunque estamos teniendo también muchos varones que eligen disfrazarse y bailar”, explicaron Ana y Maru, de Pijamadas Kids.