Caso Sergio Ávalos: Nardanone designó a un conocido abogado de capos narco
Pedro Nardanone revocó a sus dos defensores locales y realizó la nueva designación. Se trata de Carlos Broitman, quien tiene un historial de clientes emblemáticos.
El dueño de Las Palmas, Pedro Nardanone, está imputado por la Justicia Federal por la desaparición forzada de Sergio Ávalos, ocurrida el 14 de junio de 2003 en dicho boliche. Ahora, el empresario reginense cambió de abogados, no conforme con las frustradas presentaciones realizadas.
De esta forma, sacó del elenco de defensores a Melina Pozzer y Ezequiel Espina, abogados de un prestigioso y caro estudio neuquino.
La decisión sorprende, no porque se haya desligado de lo mejor que tenía en la región para defenderse de un delito de lesa humanidad por lo que no caduca y cuya pena es de prisión perpetua, sino por el nuevo staff de abogados que incorporó.
El 3 de julio pasado se formalizó la salida de los letrados neuquinos y asumieron la defensa oficial del reginense los abogados: Carlos Broitman y Natalí Broitman. En carácter de sustituto figura Fabián Lekerman. Son todos de Buenos Aires, pero el abogado principal cuenta con un historial de película, lo que también permite completar la imagen de Nardanone no solo por los recursos con los que cuenta sino por la gente a la que recurre.
No se olviden que cuando Nardanone se asoció a Nicolás Vaamonde y Mariano Medel, para reabrir Las Palmas, rebautizado Sens, LMN advirtió la trama narco que había detrás de esa nueva fachada.
Pero volvamos al nuevo abogado de don Pedro. A Carlos Broitman se lo conoce en el mundillo judicial porque su estudio ha estado abocado a defender a personajes del espectáculo, pero principalmente vinculados al narcotráfico y crímenes narco de alto impacto público.
Repasemos algunos clientes memorable de Broitman.
El abogado de Mi Sangre
En el repaso nos encontramos con el narco colombiano Henry de Jesús López Londoño, más conocido como "Mi Sangre".
En su denso historial, Mi Sangre tuvo vínculos con Pablo Escobar y con los hermanos Rodríguez Ojuela. Ambos de carteles distintos.
Entre sus tareas se destacó la venta de drogas, atentados, tráfico de armas, trata de personas, ataques a los productores de coca, reclutamiento de menores para actividades delictivas, secuestros y robos eran algunas de las actividades a las que se dedicaba.
A la Argentina llegó en 2011 y tuvo una vida de lujos que concluyó con su detención en octubre de 2012. Desde Estados Unidos reclamaron su extradición que se concretó en 2016 y lo condenaron a 30 años de prisión por narcotráfico.
Triple crimen de la efedrina
También conocida a la causa de la ruta de la efedrina. En 2008 masacraron a Sebastián Forza, Leopoldo Bina y Damián Ferrón y fueron encontraron en un zanjón de General Rodríguez.
El principal sospechoso sindicado como autor ideológico fue Ibar Pérez Corradi. Lo defendido por Carlos Broitman.
Corradi fue el prófugo más buscado de la Argentina. La DEA y Estados Unidos reclamaron durante años su extradición para ser juzgado por narcotráfico.
Corradi en 2016, ocho años después pasó a ser un “arrepentido” en la causa y quedó detenido con preventiva.
El comisario y el oficial que manejaron información clave sobre la autoría intelectual de Corradi, uno despareció de la faz de la tierra y el otro fue ejecutado de un tiro.
Por si fuera poco, en julio de 2021, Estados Unidos declinó el pedido de extradición de Corradi por contrabando de oxicodona y finalmente lo liberaron.
Pérez Corradi cumplió cinco años en prisión preventiva de manera ininterrumpida. Tres tribunales le dieron por cumplidas las penas por lavar activos de la “mafia de los medicamentos” y por traficar efedrina como si fuera pólvora.
Finalmente, en abril de 2021 le dieron la condicional tras llegar a los dos tercios de la pena de 7 años de prisión que le dictaron por desviar 13 mil kilos de efedrina hacia cárteles mexicanos.
Los hermanos del narcojet
El 2 de enero de 2011 en el aeropuerto de El Prat, Barcelona, aterrizó un avión privado en el que viajaban Gustavo y Eduardo Juliá. Entre el equipaje, llevaban 944 kilos de cocaína, uno de los cargamentos más importantes del tráfico aéreo que fue valuado en más de 32 millones de euros.
El caso la prensa española lo denominó “narcojet” y los Juliá recurrieron a los servicios de Broitman que logró que la justicia catalana, en diciembre de 2012, les dictara una pena de 13 años de prisión.
A Eduardo Juliá, se logró la extradición en 2017 y estuvo preso en el penal de Marcos Paz. Recién en septiembre de 2020 se le dictó la libertad condicional y reside en una casa de un country del Nordelta.
Su hermano, Gustavo, optó por quedarse en España donde también está con libertad condicional.
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