Luciana Muñoz lleva 17 días desaparecida en Neuquén: concentran la búsqueda entre la toma Choconcito y el matadero
Personal de Seguridad Personal, con apoyo de distintas unidades, arrancó una nueva jornada de rastrillajes. Hay un dato que alienta a los investigadores.
La Policía en conjunto con la fiscalía de homicidios arrancaron una nueva jornada de trabajos de rastrillajes para ubicar a Luciana Muñoz, la joven de 20 años desaparecida el pasado 13 de julio. En parelelo la investigación avanza sobre el círculo íntimo.
Las fuentes vinculadas a la investigación reconocen que, a 17 días de la desaparición, no hay hipótesis de sobrevida, se busca en lugares considerados de descarte como la meseta y el río.
La jornada de este martes se tiñe de expectación y prudencia porque hay un dato que podría orientar el hallazgo de la joven. No obstante, los investigadores vienen de largas jornadas persiguiendo un dato o un indicio que no los ha llevado a nada, por lo que son cautos.
Un gran sector de búsqueda
Los rastrillajes ya arrancaron y deberán cubrir la zona que va de la toma Choconcito hasta el matadero ubicado entre las calles La cebada y El trigo en Colonia Rural Nueva Esperanza. En inmediaciones de la Escuela 366 y el CFP 3.
Se debe relevar más de cinco kilómetros a la redonda, en un territorio agreste y con muchas dificultades. Las tareas previas han permitido dividir distintos cuadrantes para analizar al detalle cada metro cuadrado.
Las tareas se llevan adelante con personal a pie, motoristas, montada y también desplegaran drones para agilizar la búsqueda.
La búsqueda en cifras
Hasta la fecha, la Policía ha realizado una búsqueda sumamente amplia por tierra, aire y agua con la participación de la fiscalía de homicidios.
Se ha dispuesto de más de 100 efectivos para las tareas de búsqueda, recurriendo el Departamento Seguridad Personal a los Infantes del DEMOSE, motoristas, montada, canes y aspirantes a agentes penitenciarios.
Se rastrilló en la zona oeste y meseta más de 600 hectáreas y este lunes se realizó una bajada por el río Limay desde China Muerta hasta la Confluencia. Y se sobrevolaron 120 kilómetros en el helicóptero que dispuso la provincia para no dejar ningún aspecto de la búsqueda sin cubrir.
También se analizaron más de 720 horas de material de video correspondiente a cámaras particulares y domos de seguridad. Es decir que se rastrilló la zona donde estuvo Luciana por última vez y se recopilaron todas las cámaras de seguridad posibles, algunas de ellas particulares.
A esto hay que sumar 250 entrevistas, tanto formales como informales, que surgieron durante los rastrillajes en los que a su vez se entregó folletería con el rostro y características físicas de Luciana.
Además, la fiscalía, a pedido de los pesquisas, concretó cinco allanamientos. Todo lo realizado, hasta ahora, no arrojó un rastro claro y clave sobre la suerte que puede haber corrido Luciana, que a esta altura ya se imaginan que no es la mejor.
A esta larga lista se suma que a cada llamado que se recibió de personas que aseguraron haber visto a Luciana se acudió de inmediato, pero sin éxito. Acá incide el denominado efecto de “falso avistamiento” que se produce cuando hay una difusión masiva y las personas sugestionadas y con voluntad de querer ayudar creen verla y avisan a la policía. Esto es un fenómeno típico en las desapariciones, si bien no hay mala voluntad, complican a los investigadores que deben correr detrás de cada dato más aún cuando no hay nada.
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