SOS pesadilla en las aulas por las denuncias de abuso
Maestras y maestros tienen miedo y los niños desconfianza. El estigma del varón docente y la judicialización de los casos. Expertas analizan la problemática.
“Durante dos meses los niños y niñas de sala de 4 fueron maltratados, torturados y abusados por tal docente, esta secuencia fue dada a conocer por el relato de nuestros hijos e hijas. La docente se tomaba el tiempo para abusar en orden de cada uno de los niños y niñas de la sala obligando al resto a observar”, reza un wasap que denuncia el abuso infantil en las aulas.
Pero hay otro donde se da cuenta que una docente “sacaba a los alumnos de la sala para llevarlos al baño dejando al resto de los niños y niñas solos en la misma. Nuestros hijos e hijas de cuatro años fueron descuidados de forma sostenida por el equipo directivo por lo que se solicita que se remueva el equipo directivo, a la supervisión y ya que estamos a la directora de Educación Inicial”, se destacó en otro wasap viral.
Pero no se vaya que hay más. “Mi hijo contó que la docente les sacaba la ropa, los dejaba desnudos y se las devolvía al día siguiente. Esto lo hizo con todos los chicos de la salita”, advierte otro mensaje.
Lo tremendo de todos los mensajes es el contenido inverosímil que padres y funcionarios judiciales no lograron advertir, pero se viralizaron y llegaron hasta las entrañas mismas de la justicia que no se detuvo un segundo a pensar si esas historias eran posibles.
La lógica en cualquier relato indica que debe tener elementos creíbles, por lo que deben ser posibles, de lo contrario entraríamos en el ámbito de la ciencia ficción.
En estos wasaps si hay algo que se destaca es la inverosimilitud y eso fue lo que analizaron cuatro expertas en la materia que participaron en la jornada: “Judicialización del vínculo estudiante/docente” que organizó ATEN junto con el Colegio de Abogados de Neuquén.
Patricia Perelló, abogada de la Universidad de Mar del Plata con un curriculum más que destacado; María Eugenia Covacich, licenciada en psicología con formación en psicología forense y del testimonio e integrante de la Asociación Pensamiento Penal. Gabriela Scarfo, doctora en Antropología de la Universidad de Buenos Aires y Liliana Maltz, licenciada en ciencias de la Educación.
Todas ellas, ante un auditorio copado de docentes, que incluyó su transmisión por Zoom para el interior de la provincia, brindaron elementos de la realidad que trajeron a debate esta “epidemia de docentes que de golpe muestran tener un interés pedófilo”, sintetizó Perelló.
¿Qué fue de aquellos años?
Hubo un tiempo donde la escuela era el segundo hogar, la maestra la segunda mamá. Bastaba con su palbra para que se desactivara cualquier cuchicheo en el aula o duda de una madre o padre preocupado por la conducta de su hijo o problemas de aprendizaje. El concepto de autoridad estaba muy claro.
Que una queja o reclamo llegara a la directora de la escuela, era como que interviniera la Corte Interamericana de Derechos Humanos tanto para los alumnos como para los padres y docentes. La Dirección era un extremo que existía, pero pocas veces se llegaba a semejante instancia.
Eran tiempos en los que estaba consolidada en la figura del docente el respeto, el cariño y la autoridad. Una confluencia perfecta entre la casa, el chico y las maestras y maestros.
Todo se fue deteriorando a partir de los años 90.
Fue así que ingresamos al nuevo milenio con un fuerte descreimiento en las instituciones y esto repercutió muy fuerte a tal punto que el descrédito se instaló sobre la figura de la autoridad.
El primer impacto se sufrió en la escuela porque es el actor del estado más cercano junto con las comisarías y las salitas de salud.
A tal punto afectó a las escuelas que desde el 2000 fueron creciendo las denuncias y golpizas a docentes que no solo eran maltratados por los padres, sino también por los alumnos.
A la dinámica de las denuncias se sumó el abuso sexual principalmente en pre escolares. Las mismas, agitadas por hordas de padres, que en la actualidad viralizan por las redes, promoviendo escraches y hasta linchamientos.
Pero este nuevo escenario, que ha puesto a Neuquén como la tercera provincia con más denuncias de abuso del país, detrás de Buenos Aires y Córdoba, ha preocupado al gremio docente ATEN.
Para el líder sindical Marcelo Guagliardo, la avalancha de denuncias de los últimos dos años no tiene precedentes por lo que “debemos encontrar caminos por donde transitar porque se ha puesto en crisis todo lo conocido y no lo podemos dejar pasar, es necesario buscar una respuesta e involucrar a otros actores”.
“Hasta ahora, solo teníamos respuesta para lo que pasaba afuera de la escuela, ahora las necesitamos para lo que ocurre adentro sin olvidar que lo primero es la protección y cuidado de las infancias. No obstante, la escuela no puede ser puesta en dudas ni bajo sospecha”, ratificó el líder sindical.
Sobre la problemática también acusó recibo la Justicia y en la jornada estuvo presente el único vocal del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) con participación en la sociedad, Germán Busamia, la titular del Ministerio Público de la Defensa, Vanina Merlo, la defensora de los Derechos del Niño, Niña y Adolescente, Natalia Stornini, y el representante gremial de SEJUN, Claudio Salazar, que hasta consultó para capacitar a los trabajadores judiciales vinculados directamente a la problemática.
Pensar el relato
Si hay algo que destacaron las cuatro profesionales fue la necesidad de escuchar las denuncias que se repiten a lo largo del país y que en su mayoría son inverosímiles no porque no se le crea al niño, sino porque son escenarios cuasi imposibles y hay una mal interpretación y abordaje del adulto que escucha al niño.
Patricia Perelló destacó: “esta problemática está en todos los lugares, pero no hay lugar en el mundo en que haya tantos casos como en Argentina. Racionalmente no podemos pensar que a los docentes les ha agarrado una pandemia de abuso y que esa pandemia afecta en primer término a los docentes de educación física, en segundo término a los docentes de música y en tercer término al resto que dictan materias especiales”.
Acá es donde la abogada, que trabaja hace 21 años sobre estos casos, explicó que “en este fenómeno hay una creencia y no hay nada más difícil que desactivar una creencia porque esta no se basa en razonamientos, sino en una falsa construcción”.
Acá es donde Perelló recurre a la casuística: “todos los casos (a lo largo del país) son iguales y en todos se repite la misma metodología porque en la realidad las denuncias que se hacen son de las que se llaman disparatadas ya que se trata de hechos que materialmente no podrían existir. Un nene que decía que la maestra los desnudaba, se llevaba la ropa a la casa y la devolvía al día siguiente. ¿Qué quiere decir? que esos nenes se iban ese día desnudos a la casa. Tenemos que usar la reflexión”, invitó la profesional.
La antropóloga Gabriela Scarfo detalló que “lo que encuentro recurrentemente en las denuncias de nivel inicial es una enorme carga de inverosimilitud. Son relatos en los que se desconoce el funcionamiento de estos lugares (la escuela, el jardín). Es casi imposible que esto ocurra por lo menos en un jardín. Estamos hablando de escenas dantescas, de relatos plantados. De ser reales esos relatos, implicaría la complicidad de toda la institución”.
María Eugenia Covacich, desde su experticia, explicó algo muy simple que es el abordaje: “hay desconocimiento de la importancia del contexto en la investigación de los delitos sexuales. Hay que hacer un análisis mucho más detallado de las condiciones del develamiento (el momento en que la víctima pone en palabras lo que le ocurrió)”.
En los cientos de casos que lleva analizados la psicóloga, dichos develamientos se dan en “contextos sumamente conflictivos y de vulnerabilidad con niños que son interrogados de manera poco propicia por sus padres”.
Esa situación lleva a que el niño muchas veces para aplacar la ansiedad del padre diga lo que entiende que su padre quiere escuchar.
Cacería
Liliana Maltz dicta talleres a docentes desde hace de 17 años y hasta ha realizado publicaciones sobre la implementación de Educación Sexual Integral (ESI) en las escuelas.
“Los datos duros y no las fake news dicen que el 85 por ciento de los abusos se dan en el ámbito intrafamiliar. Y los datos duros y no las fake news dicen que la mayoría de estos abusos se detectaron gracias a la ESI y gracias a la escucha activa de los docentes”.
El dato que brinda Maltz es cierto, hay un gran porcentaje de casos de abuso denunciados en Neuquén donde el develamiento se produjo en la escuela.
A todo eso la licenciada en Educación confió con preocupación: “hay un marco de época muy individualista que promueve la desconfianza. De repente genéticamente hubo una mutación y a todos los docentes les agarró un interés pedófilo”, señaló la experta.
Es esta jornada apareció el rol del docente varón sobre el cual pesa el 60 por ciento de las denuncias de abuso y que son maestros de educación física y música en su mayoría.
Estos docentes por su área educativa realizan juegos o les enseñan a tocar un instrumento.
En ese transitar puede que el maestro tenga que tocar al niño para ayudarlo a poner las manos bien para sostener el instrumento o realizar un ejercicio en que pueda tocarlo para ayudarlo.
Pero si tocar, ese tocar educativo, tiene connotaciones de violencia y abuso, es obvio que la escuela termina siendo un cuadrilátero, donde docentes y padres se están midiendo, unos con sospechas y otros con temor alrededor de niños que crecen sin afecto y con mucha desconfianza.
“Yo creo que esto es una cacería de docentes y que tiene que parar y que somos los operadores judiciales los que de alguna manera podemos ponerle un límite a todo esto”, indicó en forma contundente la abogada Perelló mientras que Liliana Maltz concluía la jornada con un video donde alentaba a los docentes a ponerse en contacto con los padres para que estén más cerca de la escuela y de esa forma van a poder comprobar quiénes y cómo educan a sus hijos.
Los desafíos están lanzados para todos los actores vinculados a la problemática, lo que también requiere que se sigan revisando prácticas tanto en las casas, en las aulas como en la Justicia.
Te puede interesar...
Lo más leído