¿Por cuánto se corrompieron los cuatro narcopolicías?
En inéditas filtraciones se conocieron los montos que recibían los oficiales, las traiciones y el plan para extorsionar otros kioscos narcos para que los contrataran. Hoy los cuatro policías corruptos están con domiciliaria y temen que se fuguen.
Los policías neuquinos, Miguel Ángel Muñoz, Gustavo Samuel Ortega, Pablo Ángel García Saldías y Christian Damián Navarro, integrantes de la banda narco lidera por el Oscar “Turco” Asef, ex policía exonerado, están con prisión domiciliaria y supuestamente con una tobillera a la espera del juicio.
Ahora, la Cámara Federal de Casación Penal aceptó el recurso interpuesto por la fiscalía federal y la de Narcocriminalidad, a cargo del caso, ya que pretenden que los policías vuelvan a sus celdas en el penal de Senillosa, donde permanecieron detenidos hasta el 30 de agosto pasado.
En tanto, Omar Asef y su segundo al mando, Braian "O'Conners” Catalán, también aspiraron a que le morigeraran la detención y solicitaron el beneficio de la domiciliaria, pero les fue rechazado.
En septiembre, la causa fue elevada a juicio al Tribunal Oral Federal y se aguarda la fecha para las audiencias que se realizarían el próximo año.
La investigación estuvo en manos del juez federal Gustavo Villanueva, la fiscal federal Cristina Beute y el fiscal de Narcocriminalidad Diego Iglesias, con la cooperación de Antinarcóticos de la Policía Federal con asiento en Cipolletti.
Desgracia con suerte
El 19 de marzo de 2020, un día antes de que entrara en vigencia el DNU de aislamiento social por el Covid-19, la fiscal Eugenia Titanti toma conocimiento de la muerte de una mujer de un tiro en la cabeza en Vista Alegre.
Esa mujer era Florencia Micaela Soto, pareja de Asef. La investigación se inicia bajo el protocolo respectivo y contemplando la hipótesis de un presunto femicidio por lo que al Turco Asef le secuestran el celular y, cuando los peritos lo abren, descubren una red de narcotráfico, por lo que se le da intervención a Villanueva que ya venía trabajando en el caso desde hacía un par de años, pero ese celular era una caja de Pandora.
En las comunicaciones quedó a la luz la complicidad de cuatro policías en actividad de la neuquina que cumplían con distintos roles, además de mantener al tanto al Turco sobre qué se investigaba puertas adentro de la fuerza.
Miguel Ángel “Taka” Muñoz fue comisario en la 18 y en la Segunda; Pablo Ángel “Van Damme” Saldías trabajaba en el Departamento de Delitos; Christian “Sangre” Navarro era el secretario del director de Antinarcóticos; y por último, Gustavo “Colibrí” Ortega, sargento integrante de la Brigada de Investigaciones de la Comisaría Tercera.
Es decir, Asef había reclutado un equipo de policías a los que les pagaba mensualmente y que ocupaban cargos claves como para ayudarle a proteger su red de kioscos narcos y ayudar a que cayeran algunos que le hacían competencia para ganar más territorio.
A cambio, les entregaba nombre de narco con los cuales se disputaba el territorio que eran volteados y así aumentaba la capacidad de acción del Turco.
El precio de los policías
Los narcopolicías les brindaban ciertos servicios a Asef, ex policía exonerado, como protección mediante avisos de procedimientos, abastecimiento de droga y armas de fuego, allanamientos a la competencia y consulta en base de datos sobre algunos muchachos que se metían en el negocio y el Turco quería saber a quiénes se enfrentaba.
Por su parte, Asef a esas prestaciones policiales las remuneraba con salarios semanales, adelantos de dinero y regalos como algún vehículo, por ejemplo.
Entre las escuchas, con las que trabajó la Justicia Federal desde hace cuatro años, se pudo establecer los distintos montos que recibían los policías que hoy tienen el beneficio de la prisión domiciliaria.
En una escucha, Asef le dice a Navarro: “Todos los domingos es tu pago verga, pasa que vos te borras Taka, te haces el pelotudo, pero todos los domingos tenes tus 5 lucas”.
En cuanto a Saldías y Ortega: “Había que pagarle 11 lucas a Van Damme y hoy al Colibrí”, le dijo Asef a Catalán en una de las miles de escuchas recabadas.
Es decir, por mes, en una de las libretas que manejaban Asef y Catalán con los gastos, figura $80 mil que estaban destinados a pagarle a los policía. Es decir, en promedio 20 lucas mensuales, por esa guita arriesgaron todo. No hay calificativo adecuado sin que resulte insultante.
Durante la investigación, los policías, que sabían que se jugaban la carrera y el pellejo, comenzaron a mostrarse disconformes con la paga y hasta pedían adelanto frente a situaciones particulares.
Le solicitaban “30 lucas” a Asef porque se le sopló la junta del auto, “$20 mil por el cumpleaños de mi hija”. Así fueron escalando en montos y pretenciones: “Necesito unos 100 mil pesos para comprarme un terreno”.
De hecho, cuando Asef observó que se podía pinchar la situación con Muñoz, que era el que le manejaba a los otros policías, le prometió que le entregaría su camioneta Renault Duster.
Ni lento ni perezoso, Saldías salió al cruce de Asef y también le pidió la Duster. Lo cierto es que cuando se realizó el procedimiento, el 3 de diciembre de 2020, el vehículo estaba a nombre de la esposa de Navarro. Como vemos, en el narco, las traiciones están a flor de piel.
Puterío entre canas
Lentamente, la relación de los narcopolicías se fue desgastando y lo que en principio era un secreto, cuánto cobraba cada uno, en algún momento se fueron de boca y se conocieron esos montos, lo que dio origen a una disputa entre los policías y Asef.
“Me cansó tener que estar esperando para que me pagues. Mirá la fecha que estamos y todavía no me pagan la segunda quincena”, le dijo Navarro a Asef y avanzó: “Me cansó tener que cobrar lo mismo que el Taka. Creo que yo hago más que el Taka, cuando ustedes necesitan algo, me lo consultan a mi directamente y no al Taka. Cuando ustedes le piden algo al Taka, el Taka me lo consulta a mí”, de esa forma Navarro mostraba su protagonismo y relevancia dentro de la red de filtrado de información.
Solucionado ese problema de egos. Muñoz y Navarro abusaron de la impunidad que sentían en ese momento.
A fines de julio de 2020, habían pactado un encuentro con Asef en pleno centro neuquino para que les pague lo que correspondía, pero Muñoz no pudo ir por lo que Navarro lo recibió y fue hasta la Jefatura, de Lanín y Saavedra, donde se desempeñaba Muñoz para entregarle el dinero.
De hecho, Navarro entró al predio policial en la Duster que había sido de Asef. En la comunicación telefónica que tuvieron, se reían de la maniobra que llevaban adelante con absoluta impunidad.
Alertas y entregas
Dentro del paquete de servicios que prestaban los policías, se pudo establecer que al menos hubo un mínimo de cuatro entorpecimientos directos de investigaciones narcocriminales.
Es decir, lo llamaban al Turco y le avisaban que se acaba de iniciar una investigación: “Quedate tranqui que eso está en etapa preliminar y va a llevar unos tres meses”.
En otra oportunidad fue directo el mensaje: “Te va a entrar la Segunda pasado mañana tipo 7:30”. Por lo que le daba tiempo a limpiar todo.
En otra ocasión, tenían un kiosco de Asef bajo vigilancia y le avisaron: “Vos seguí laburando tranquilo que yo cualquier cosa te aviso”.
Dentro de la dinámica narco, Muñoz consiguió que Asef le entregara en bandeja a un narco que tenía kiosco en calle Tierra del Fuego y que era rival de la organización a la que incluso el policía pertenecía.
Así fue como coordinaron “para armarles un falso delito o plantarles un arma para que los allanes”, le dijo Asef que le prometió a Muñoz que esa misma noche le ponía guita en mano por el favor.
Los días pasaban y el comisario Muñoz no allanaba. Esto puso nervioso al líder narco que lo llamó y sin pelos en la lengua le dijo: “Taka la concha de tu hermana, esta noche hablamos cuando te vea. Estas zarpado de pija Taka, vos sos semejante comisario, amigo, yo antes era un simple cabo primero y hacía allanamientos, pero como se me cantaba el forro de las bolas. Ahora, un comisario como vos no puede hacer un allanamiento la concha de mi madre”, dijo alterado Asef.
Un mes de después, a principios de febrero de 2020, Asef insistió: “Vos tenés laburo, me mandas una foto y yo voy a ver y filmo. Está tu plata y el aumento para el mes que viene al toque”, el narco al comisario Muñoz.
Finalmente, el 6 de febrero se articuló el allanamiento y Muñoz se lo comunicó a Asef, que estaba tan feliz que le dijo: “Yo voy a tirar un fierro y algo de cocaína. Te quiero. Gracias Taka. Por la concha de tu hermana volviste a ser el comisario corrupto de antes. Eso es lo que vale, me emocionas, se me caen las lágrimas”.
Esa noche, Muñoz recibió un pago en efectivo de 15 mil pesos por sacar del juego a un tal Junior que tenía un kiosco sobre calle Tierra del Fuego y que la enemistad con Asef venía por el manejo de la droga en la barra brava de Independiente de Neuquén.
Incluso, se llegó a pergeñar una modalidad de apriete a kioscos narcos para que contrataran servicios de estos policías, así podían hacerse de un dinero extra más allá de lo que les ponía Asef.
Estos, son los oficiales que hoy gozan de libertad domiciliaria, supuestamente con una pulsera electrónica que no ha mostrado mayor eficiencia en la región por la falta de conectividad.
Actualmente, se teme en el fuero federal que semejantes policías puedan escaparse, por eso es que aguardan la resolución sobre el pedido para que vuelvan tras las rejas del penal de Senillosa.
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