River, de cabeza a la punta en soledad

No hay con que darle. Nadie lo Tomba a este River de Gallardo. Mucho menos el modesto Godoy Cruz, por más que haya actuado de local en Mendoza. El Millo venció este sábado por la noche 1 a 0 y con este resultado alcanzó la punta en soledad, con 33 unidades, tres más que Argentinos Juniors, aunque Boca puede ponerse a 1 si este domingo vence a Independiente.

Matías Suárez, de cabeza a los 16 minutos marcó el tanto de la victoria de un River que hizo méritos como para hacer más amplia la diferencia en el marcador. No fue contundente como otras noches el elenco de Núñez, de lo contrario hubiera terminado en goleada.

La jugada decisiva nació en un tiro libre de De la Cruz, que rebotó en la barrera y un desborde por izquierda del uruguayo encontró la testa del cordobés, que desniveló.

A partir de allí River siguió generando y dilapidando situaciones ante un adversario que poco podía hacer. El dominio y control de juego visitante fue absoluto en esa etapa.

En el complemento se mantuvo la supremacía de River, que dispuso de los espacios pero le faltó puntería. Por ejemplo el colombiano Borré tuvo dos muy claras: en una la pelota le pasó por debajo de la suela la pelota y en otra remató desviado.

Con todo a su favor, el Millonario llegaba seguido al arco rival pero sufría por su impericia para liquidarlo. Se lo perdió también Nacho Fernández varias veces, por ejemplo a los 22 que disparó por arriba del travesaño. Un ratito más tarde otra vez Nacho estuvo cerca del gol pero apareció una pierna salvadora para desviarla al córner. La manija de River cada vez cobró mayor protagonismo en el partido y el local no podía controlarlo.

No se cansó de buscar el gol el ex Gimnasia y a los 28 el travesaño le negó el tanto que tanto merecía él como el River del Muñeco.

De tanto malograr situaciones, el Millo terminó sufriendo algún lógico intento aislado del Tomba, que con amor propio llegó vía Badaloni a los 31 y a los 35 hubo otra aproximación local desbaratada por la defensa de River. Y la más clara de todas, ese remate del final que exigió a Armani. Y en el cierre otro susto, por un remate del ingresado Freites desviado