De jugar la Copa Libertadores en medio de la crisis en Venezuela, a un presente que ilusiona. El delantero de Cipo cuenta su historia.
El acento cordobés se mantiene inalterable a pesar de que el fútbol lo llevó por todos lados y lo alejó de su provincia. También conserva el amor por su mujer Melisa, esa a la que Juan Pablo Zárate conquistó en un verano en Desiderio Tello, La Rioja, el pueblito al que “iba siempre de chico porque allí vivía mi abuelo”.
A propósito de temperaturas altas, calor y odiseas pasó por Venezuela donde defendió las camisetas de Monagas y Zamora.
“Se cortaba la luz a cada rato, todos los días. Había veces que pasaban tres días y no volvía. Fue muy dura esa última etapa, dormíamos en el suelo con mi señora embarazada de seis meses. Tirábamos los colchones al piso por el calor, un lugar de mucha humedad, pero la espalda te quedaba a la miseria. También había faltante de nafta y problemas sociales. Por lo que decidimos volvernos a Villa Mitre tras estar del 2017 al 2019 allá”, comenta una de las figuras de Cipolletti en el presente Federal A, que tiene al Albinegro líder en su zona.
Claro que no todo fue padecimiento en el caribe. “Jugué Libertadores, me tocó ingresar algunos partidos y fue una experiencia hermosa para uno que venía de abajo y siempre la peleó”, agrega el delantero que ya marcó cuatro tantos con la casaca del Capataz.
Justamente una cosecha que de mantener la efectividad le permitirá alcanzar la exigente marca que se propuso antes del torneo, pedido especial mediante...
“Yo soy muy creyente y le pedí a Dios 20 goles. Mirá lo que son las cosas que días después, el entrenador Gustavo Raggio nos arengó a mí y a Nico Trecco para que metamos esa misma cantidad en el campeonato...”, comenta la coincidencia Juan Pablo, en una jugosa charla con LM Cipolletti poco después de retirar a unos de sus hijos del cole (tiene tres: Benjamín de 8, Gianella de 5 y Gianluca de 1 año y medio)”.
De sus cuatro tantos, a la hora de elegir se queda con “el primero que hice el domingo ante Bolívar”.
“Ojalá siga de racha pero lo más importante es que el equipo consiga los objetivos. Y lo bueno es que hay un cuerpo técnico que trabaja muy bien y una calidad humana muy buena. Eso es clave. Integré muchos planteles y sin eso no llegás a ningún lado”, resalta sobre ese aspecto y la unión de todos los jugadores.
“Gustavo (por Raggio) me dijo que viniera que la idea era ser protagonistas y por lo pronto lo estamos logrando pero hay que seguir con los pies sobre la tierra porque es un torneo largo, todos los equipos van a tener sus vaivenes y hay que ser inteligentes”, analiza el romperedes.
Como sugiere Zárate, no hay que conformarse con lo hecho hasta aquí. Y este domingo Cipo afrontará otra prueba de fuego ante Otamendi. “Será un partido duro como todos. Ya nos miran de otra manera teniendo en cuenta que somos los punteros. Lo bueno es que es una cancha grande, no iremos a esperar. Como hacemos siempre saldremos a ganar”, avisa quien solo es superado por Lucas Mellado entre los goleadores albinegros.
Sí, por un volante central que da qué hablar en ese inesperado rubro. “El Negro está muy bien, es importante que llegue al área”.
Por último remarcó que ansía jugar con el césped natural y en La Visera. “Si es con gente mejor, vine con otros equipos y eras visitante de verdad acá...”.
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