Gustavo "Manzanita" Navarrete (23) estaba preso por un crimen que conmocionó a Río Pico a principios de agosto. Le encontraron una nota en el bolsillo.
Gustavo "Manzanita" Navarrete estaba detenido en la comisaría de José de San Martín, en Chubut, y quería que lo trasladaran a Esquel para estar más cerca de su novia.
Gustavo “Manzanita” Daniel Navarrete, un joven de 23 años que se encontraba detenido en la Comisaría de José de San Martín, en Chubut, fue hallado sin vida en su celda el domingo a la tarde.
Navarrete, acusado de haber asesinado a puñaladas a un hombre de 56 años en la localidad de Río Pico, fue encontrado por uno de sus compañeros de calabozo, quien había ido a buscarlo para que fuera a ver una película junto a otros detenidos en esa sede policial.
Según la información proporcionada por el Ministerio Público Fiscal, Navarrete se había duchado poco antes de regresar a su celda, donde minutos después fue descubierto ya sin vida.
La principal hipótesis es que se suicidó: el joven tenía en uno de sus bolsillos una nota escrita de puño y letra, dirigida a sus seres queridos, según informaron los responsables de la investigación a medios de la provincia patagónica.
Manzanita, como lo conocían en su pueblo, estaba acusado del asesinato de Juan José Hernández, a quien presuntamente atacó con un cuchillo durante una reunión social en el barrio La Boca de la pequeña localidad ubicada al pie de los Andes.
Recientemente, había pedido ser trasladado desde José de San Martín a Esquel para estar más cerca de su novia y, al no recibir respuesta, había comenzado una huelga de hambre.
Ahora, a la investigación del crimen se suma la de su propia muerte.
El hallazgo del cuerpo activó el protocolo de emergencia. Los policías de guardia ingresaron a la celda junto con un médico, quien confirmó el deceso del detenido.
Luego, cerraron el lugar a la espera de la llegada del fiscal y del personal de criminalística de Gendarmería Nacional, quienes iniciaron el levantamiento de pruebas y las primeras pericias para esclarecer las circunstancias de la muerte del preso.
Este lunes se dará un paso clave para terminar de confirmar la hipótesis principal: realizarán la autopsia al cuerpo del joven fallecido en la morgue de Esquel, para determinar con precisión la causa de su muerte.
El crimen que conmocionó a una pequeña localidad de Chubut
Gustavo Navarrete había sido detenido por la policía horas después de que el 3 de agosto asesinaran en Río Pico a Juan José Hernández cuando participaba de una reunión social en una casa particular y salió al patio a fumar un cigarrillo.
En esas circunstancias, fue atacado a puñaladas y minutos después murió por las heridas. Desde un primer momento, los indicios condujeron hacia Manzanita Navarrete, quien fue detenido apenas unas horas después del incidente.
El ataque ocurrió alrededor de las 4:30 de la madrugada de aquella madrugada de domingo y se pudo establecer que el agresor le dio a Hernández al menos tres puñaladas.
Una de ellas fue en el torso, del lado derecho, e ingresó de arriba hacia abajo, "causando un shock hipovolémico por sección de la aorta abdominal que resultó fatal", según se estableció en las primeras pericias llevadas adelante por la Justicia de Chubut.
Hernández también presentaba heridas superficiales en la cabeza y el rostro, que indicaron dos cortes superficiales, previos a la estocada fatal.
La fiscal María Bottini pidió la prisión preventiva para Navarrete como presunto autor del homicidio.
Discusión, amenazas y un cuchillo escondido
Uno de los primeros indicios que incriminaron a Manzanita fue que el terrible ataque mortal se produjo poco después de una una discusión que el sospechoso tuvo con la dueña de la casa en la que se desarrollaba la reunión, durante la que incluso la había amenazado. "Te voy a venir a buscar y me las vas a pagar", le habría dicho.
Los testimonios sobre ese episodio no fueron el único indicio en su contra. Días más tarde, la policía halló en su casa un contundente elemento de prueba: el cuchillo con el que, presuntamente, se había cometido el asesinato.
La supuesta arma homicida estaba escondida entre las cenizas de un fogón en el fondo de la vivienda del sospechoso, en el mismo barrio La Boca.
Perito Moreno y Alberdi, donde se produjo el ataque a cuchillazos, un perro de la policía siguió rastros y condujo a los investigadores hasta el domicilio de Navarrete, ubicado cerca del lugar del asesinato.
Tras mantener una conversación con un familiar del imputado que estaba presente en el lugar, los policías -autorizados por orden judicial- revisaron el lugar.
Fue en ese momento cuando, entre las cenizas de leña en el fondo de la vivienda, encontraron el cuchillo que Navarrete -según piensan los investigadores- intentó ocultar en la madrugada del sábado, minutos después del ataque a Hernández.
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