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La Mañana Chubut

Un comerciante de Chubut deschava a las mecheras: el nuevo método que usan para robar

El dueño de una óptica de Trelew logró atraparlas y recuperar los 26 anteojos que le habían sacado. Para prevenir a los demás, explicó públicamente el artilugio que les descubrió.

El dueño de una reconocida óptica de Trelew, en Chubut, vivió una experiencia insólita el último fin de semana, cuando tres mujeres ingresaron a su local y, mediante una astuta táctica, lograron llevarse una importante 26 pares de anteojos, valuados en una alta suma.

Indignado por la situación y preocupado por el ingenio de las mecheras, el hombre decidió hacer público lo sucedido para advertir a otros comerciantes y evitar que se conviertan en nuevas víctimas de una modalidad de robo que parece estar ganando terreno.

Lucas Pérez, dueño de la óptica ubicada en la calle Fontana, compartió su experiencia y reveló de qué manera se las arreglaron las tres mujeres que ingresaron a su lucal, una de ellas con un bebé en brazos.

Desde el primer momento -aseguró- algo le resultó sospechoso pero, ocupado en sus tareas habituales y con mucha gente en el local, no terminó de advertir exactamente qué estaba pasando.

Con una bebé en brazos

"Entraron tres personas al local, dos mujeres adultas y una menor. La que llevaba el bebé en brazos se encargaba de tapar lo que hacían las otras dos”, explicó.

Y agregó: “En ese momento, no me di cuenta de la cantidad exacta de productos que estaban siendo sustraídos, pero sí noté que había algo raro en el comportamiento".

A Pérez, que tiene años de experiencia en el rubro y acostumbrado a trabajar en alerta por este tipo de robos, la novedosa manera en que estas mujeres operaron lo tomó por sorpresa.

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Lucas Pérez, el óptico de Trelew, con la bolsa que usaban las mecheras para robar y que despertó sus sospechas. 

Lucas Pérez, el óptico de Trelew, con la bolsa que usaban las mecheras para robar y que despertó sus sospechas.

Luego de que las sospechosas abandonaran el local, ante sus dudas decidió seguirlas, convencido de que algo andaba mal.

"La bolsa dejámela": el pedido que develó la treta

"Salí y por instinto fui hasta el pasaje que queda a la vuelta, donde hay una construcción abandonada. Ahí encontré a una de las mujeres con una bolsa violeta. Forcejeamos, y logré sacársela”, explicó.

“Lo que más me llamó la atención fue que me dijo: 'Te devuelvo las cosas, pero la bolsa dejámela”, aseguró el óptico.

“Al principio, pensé que dentro de la bolsa debía tener otros artículos robados, pero me llevé una sorpresa", aseguró.

Sucede que al abrir la bolsa, Pérez encontró los 26 pares de lentes que le habían robado de su local. Era un número muy superior al que él había imaginado, e incluso al que pierde cuando sufre este tipo de delito. Pero lo que realmente lo desconcertó fue otra cosa.

El descubrimiento del óptico de Trelew

En la bolsa sólo estaban sus lentes y ese dato, sumado al extraño pedido que le había hecho la mechera sorprendida, le permitió entender algo que ya era motivo de sorpresa para él: cómo fue que cuando salieron de su local, los detectores que están en la puerta no activaron la alarma al leer los artículos que se estaban lelvando.

Al regresar a la óptica, decidió comprobar qué pudo haber fallado, así que tomó uno de los anteojos y los pasó por el controlador. Esta vez, la alarma sonó fuerte y clara, como debía ser.

La respuesta al enigma estaba en la bolsa misma, que a simple vista parecía inofensiva y hasta infantil por sus motivos de unicornios y colores llamativos.

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El dueño de la óptica mostró cómo modificaron la bolsa de manera casera, para inhibir la señal de los detectores de la entrada al local. 

El dueño de la óptica mostró cómo modificaron la bolsa de manera casera, para inhibir la señal de los detectores de la entrada al local.

Las mujeres la habían modificado de manera casera para que bloqueara la señal de los dispositivos de seguridad instalados en los productos.

"Ahí entendí todo. Me pedían la bolsa porque no querían tomarse el trabajo de hacer otra para seguir robando. Habían diseñado un sistema inhibidor de las señales, y lo utilizaban para sustraer productos sin que se activaran las alarmas", explicó Pérez, aún asombrado por la novedosa estrategia.

"Decidí hacer esto público para advertir a otros comerciantes sobre esta ingeniosa táctica. Es increíble hasta dónde llega el ingenio para robar", concluyó el dueño de la óptica, que así reveló una nueva modalidad, muy extendida y asociada al robo de autos, pero que ahora parece adaptarse también al rubro de las mecheras.

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