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La Mañana Andrés Fassi

Andrés Fassi, Tapia y el callejón sin salida del fútbol argentino

El presidente de Talleres salió a criticar la gestión de AFA que conduce el Chiqui y se abrió una herida que parece imposible de cerrar.

El lunes pasado, Andrés Fassi prendió el ventilador contra la gestión de Claudio Tapia en AFA y las miserias del fútbol argentino empezaron a volar por los aires. El presidente de Talleres de Córdoba utilizó el mal arbitraje de Andrés Merlos, con quien tuvo graves acusaciones cruzadas, para elaborar una fuerte crítica al sistema actual en la que salieron de su boca muchas verdades.

Los arbitrajes tendenciosos, el torneo de 28 equipos, las fallas estructurales en la logística, la violencia en el ascenso y otras tantas cuestiones que hacen a la falta de credibilidad que gobierna en el fútbol argentino, son totalmente ciertos y deben ser modificados.

Haber sido campeones del mundo y bicampeones de América no es consecuencia de una AFA que goce de buena salud, sino de un país donde los grandes jugadores brotan y los entrenadores también. De hecho, siete de las 10 selecciones de Conmebol tienen DT argentino.

La diferencia entre Fassi y lo que dice

Pero diferenciemos la obra del artista, porque no todo es lo que parece. Fassi se plantó desde un faro moral que su historia y su presente no respaldan. Fundamentalmente, porque él y su club se beneficiaron de muchas de las falencias que le marcó al ambiente. Eso se ve al repasar algunos arbitrajes de aquel Federal A en el que ascendió el club cordobés.

Por otra parte, desde lo deportivo la actualidad del plantel de Talleres deja mucho que desear desde la gestión y apuntan mucho más a una empresa que a un club de fútbol que tiene millones de hinchas, como el dirigente dijo en la conferencia de prensa.

La T vendió a Rodrigo Villagra en 12 millones de dólares y unos meses después a Ramón Sosa en 15. Si bien está la virtud de haberlos potenciado, cuando llegó la serie decisiva frente a River la delantera fue Cristian Tarragona-Sebastián Palacios, dos jugadores de muchísima menor jerarquía. Talleres hizo un gran negocio, pero deportivamente no estuvo a la altura de la instancia a la que llegó.

Dime con quién andas

Fassi dice querer trabajar por el bien del fútbol argentino, que la presidencia de AFA no le interesa, pero lo del empresario del Grupo Pachuca suena raro. Y lo que hace todavía más ruido es quiénes salieron a apoyarlo, como Daniel Scioli y Mauricio Macri, dos de los mayores impulsores de las Sociedades Anónimas Deportivas, barco que es integrado por el presidente Javier Milei.

Estos nombres de peso metidos en el conflicto evidencian, una vez más, que el fútbol es mucho más que un deporte, se trata de un tema político.

Para Milei y compañía, llegar al déficit cero justifica achicar todo tipo de gastos, no importa si hay que recortarle ingresos a los jubilados, medicamentos a pacientes oncológicos o asfixiar a las universidades, entre otras tantas cosas.

Si para Fassi mejorar el fútbol implica permitir la posibilidad de que cualquier empresario o jeque con patovicas haga lo que quiera en cualquier club, incluyendo negocios por encima de lo deportivo, ese tampoco es un camino sano. Abrirle la puerta a las SAD implica la chance de destruir la historia e identidad de clubes que tienen más de 100 años y de un deporte popular con más de 130 en el país.

A los dueños del poder real nadie le conoce las caras. Daniel Passarella estuvo años sin ir a la cancha y José María Aguilar no puede entrar al Monumental.

El futuro con Tapia y Toviggino no es para nada prometedor, al contrario. Pero cuidado que el remedio no sea peor que la enfermedad.

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