El entrenador de Boca se dejó caer sobre el césped del estadio de Mendoza y expresó su desahogo después de eliminar al club cordobés de la Copa Argentina.
Diego Martínez pasó una prueba más en Boca mientras la lupa de los hinchas lo siguen de cerca en el rendimiento y resultados para sacar conclusiones si es viable seguir respaldando a su gestión en el primer equipo. La serie ante Talleres era un duelo clave pensando en la eliminación que había sufrido en la Copa Sudamericana ante Cruzeiro de Brasil.
Tras haber avanzado en la Copa Argentina el entrenador mostró todo su desahogo dejándose caer sobre el suelo del estadio Malvinas Argentinas de Mendoza, luego de un partido para el infarto que terminó desde el punto de penal y estuvo plagado de fallos arbitrales polémicos.
Después de haber estado con los jugadores en el vestuario, el entrenador habló con la prensa en sobre el festejo y explicó los motivos por los cuales cayó en el suelo: “Me caí porque me mareé, no se me cruzó nada por la cabeza porque se me nubló todo”.
Además del eufórico festejo, Martínez se refirió sobre el partido de carácter eliminatorio que tuvieron que afrontar: "Es una final más que juega este grupo en estos nueve meses que estamos juntos. Les dije en la charla antes de los penales que todas las finales que jugamos este año merecimos ganarlas y la única forma que me enseñaron que cuando las cosas no salen es seguir intentándolas. Más allá de las pavadas que se hablan allá afuera, yo me guío por el día a día y este grupo cada final que juega las merece ganar”.
Y agregó sobre el desarrollo del encuentro: “Le dije a Pol (Fernández) que no merecíamos haber sufrido tanto, quizá fue por eso las sensaciones que uno sintió después. Merecimos ganarlo en los 90. Una vez me dijo Heinze que el laburo garpa y el laburo de estos muchachos garpó de una manera sufrida, pero pasamos de fase en una competencia que queremos seguir peleándola de manera justa”,
Escándalo en la Copa Argentina: cómo fue la pelea del presidente de Talleres y el árbitro Merlos
Una vez más el arbitraje argentino queda en el centro de la polémica de un partido que, en esta oportunidad, definió la eliminación de un equipo. En esta oportunidad, Talleres de Córdoba dijo adiós de la Copa Argentina tras ser vencido por Boca en un encuentro donde la terna arbitral fue el centro del encuentro.
Andrés Merlo, el árbitro principal del encuentro, quedó bajo la mirada de los hinchas de la T que entendieron haber sido perjudicados durante los 90 minutos, con jugadas de relevancia que influyeron directamente en el marcador que terminó 1-1. Luego de que el arbitraje no sentencie que la pelota se había ido por la línea de fondo en el gol del xeneize, los cordobeses mostraron su enojo. Principalmente a través del presidente de la institución Andrés Fassi, que fue a buscar a Merlos a los vestuarios y tuvieron un tenso cruce.
Tras haberse consumado el resultado, Fassi habló con la prensa sobre lo sucedido con el árbitro: "Le pregunté a Merlos por qué perjudicaba a Talleres. No es la primera vez que lo hace, ya lo hizo varias veces con nosotros. La situación del gol es inexplicable. Me invitó a hablar de forma muy prepotente. Se armó una discusión alrededor del área que da a la puerta de los camarines de los árbitros, en ese momento se metió a su camarín, el quería agredirme y lo sostuvieron los banderas y el cuarto árbitro".
En su relato, el presidente confirmó que Merlos lo agredió físicamente: "En un momento se les soltó y me pegó una trompada a mí y una patada a Hugo Gatti, vicepresidente del club. Un jugador que hace eso no juega nunca más. Vamos a llegar hasta las últimas consecuencias, el señor Merlos va a tener una denuncia penal. Es un llamado de atención enorme. Hay muchísimas situaciones dando vueltas. Que un árbitro le pegué una trompada a un presidente no lo vi nunca".
Y cerró: "Espero que mis compañeros del fútbol argentino y los presidentes de los 27 equipos tomen partido, que salgan a defenderme. Esto fue una locura".
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