El ex jugador de Racing y Gimnasia de La Plata, entre otros equipos, publicó en sus redes sociales la historia de su infancia.
En las últimas horas, los equipos del fútbol argentino inundaron las redes de comunicados para posicionarse en contra de la idea de las Sociedades Anónimas Deportivas (SAD), luego de que se viralice un video del candidato a presidente, Javier Milei, proponiendo este modelo. Luciano Aued, ex Racing, hizo lo propio.
El mensaje del ex Gimnasia de La Plata fue especial ya que intentó tocar una fibra en sus lectores, al contar la historia de su infancia. Aued, como muchos chicos que luego lograron triunfar en primera división, no tuvo una niñez repleta de lujos.
Los clubes, como Asociaciones Civiles, integran a los jóvenes y cumplen un rol fundamental a la hora de mantenerlos alejados de la calle, además de brindarles un plato de comida y contención. “Comer es un derecho y más si sos un pibe”, escribió Luciano en su mensaje que publicó en Instagram.
El mediocampista, que actualmente juega en Instituto, se inició en el fútbol juvenil en Independiente de La Plata. “¿Cómo no voy a estar eternamente agradecido?” indicó, mientras que aclaró que “hay cosas a las que hay que decirles Nunca Más”.
Luciano Aued se sumó a los clubes de fútbol y publicó un comunicado
“Era un nene cuando empecé a jugar en Independiente de La Plata. Mi vieja, Lili, manejaba el buffet y, de paso, como no teníamos un mango en casa, aprovechábamos y comíamos ahí. A mi viejo, el Ruso, lo habían echado de YPF en cuanto la privatizaron”.
“Armó una cooperativa con los compañeros. Probó con un remís. Después se subió al taxi y no se bajó más. Éramos cinco hermanos: nunca nos faltó la comida pero a veces apenas alcanzaba para que ellos picaran algo. Plena década del noventa: nos dolarizaban la vida a costa de no tener empleo”.
“Las Malvinas de La Plata queda en 140 y 528, en el barrio Las Quintas. Ahí jugaban también Marcos Rojo y Pablo Lugüercio. Me daban todas las tardes un alfajor y un jugo para merendar sin importar cuántos goles hiciera: comer es un derecho y más si sos un pibe”.
“Pino Pietrosimone era el técnico y el presidente. Tenía una casa de deportes y, cuando se me dañaban los botines, me regalaba unos Fulvencito que la rompían. ¡Eso era la felicidad!”.
“En Gimnasia me becaban si viajábamos a algún torneo en el país. Salvo esa vez que vendí el pelo para juntar unos pesos, siempre precisé que me dieran botines, ropa y zapatillas. Cuando la cosa estaba especialmente brava, buscábamos una canasta con fideos, arroz, leche en polvo y puré de tomate. ¿Cómo no voy a estar eternamente agradecido?”.
“Muchas veces pensé qué hubiera sido de mi vida sin los clubes de barrio, sin los clubes siendo asociaciones civiles sin fines de lucro. Siempre me respondo lo mismo: soy el resultado, como miles y miles de nenes y de nenas en este país, de esa solidaridad que nunca van a entender quienes creen que todo es un negocio”.
“Por eso defiendo que nuestros clubes sigan siendo de nuestra gente. Por eso estoy convencido de que hay cosas a las que hay que decirles Nunca Más”.
Te puede interesar...
Leé más
La fuerte canción contra Maximiliano Salas que entonaron los hinchas de Racing por su pase a River
Lamolina explicó punto por punto la jugada que derivó en el escándalo en la cancha de Racing
Escándalo en el final: gol anulado a Racing, penal para Barracas y victoria del Guapo
Noticias relacionadas
Dejá tu comentario