La transmisión tuvo desperfectos técnicos y por eso el árbitro Falcón Pérez se vio obligado a parar el encuentro ante Instituto.
Se jugaba el primer tiempo del partido entre River e Instituto, por la segunda fecha del Apertura de la Copa de la Liga, cuando de repente la transmisión quedó en stand by. Al mismo tiempo, desde el VAR le avisaban al árbitro que no había imágenes en Ezeiza, ya que AFA toma las mismas de la transmisión, que en este caso estaba a cargo de TNT Sports.
Fueron diez minutos de partido demorado en el Monumental, donde las más de 86 mil personas que asistieron al estadio tuvieron que esperar a que la empresa que tiene los derechos solucionara su inconveniente técnico para que el partido continuara.
Para los televidentes, la señal volvió y Yael Falcón Pérez reanudó el encuentro al instante.
Los espectadores y el partido quedaron a merced de una transmisión que no cumplió su responsabilidad a la hora de brindar el servicio, ya que por un desperfecto propio se vio interrumpida. Cabe mencionar que en el barrio de Núñez el servicio eléctrico nunca se cortó.
La polémica decisión de parar el partido
En un primer momento, los televidentes pensaron que se trataba de algún problema en el estadio, como la falta de luz o algún otro hecho referido al espectáculo deportivo y sus asistentes. Sin embargo, después se supo que fue TNT Sports el que falló y que el cuerpo arbitral quedó sujeto a lo que la transmisión resolviera.
Falcón Pérez le explicó a los capitanes, Franco Armani y Fernando Alarcón, las razones de la demora. Los futbolistas intentaron mantenerse en movimiento para no enfriarse cuando se reanudara el juego. El partido quedó detenido y el público en la cancha, expectante.
Los árbitros se ven limitados en su accionar, porque el VAR depende de la transmisión oficial y además los jueces son conscientes que la industria del fútbol se financia con los fondos de estas mismas empresas.
Salvo los más grandes como River, Boca y algunos más, el ingreso de dinero para la mayoría de los 30 equipos de primera nace de las empresas que compran los derechos.
La pregunta es si estas empresas, como TNT o ESPN, son los dueños del fútbol o si forman parte de una contraprestación. Porque así como los canales pagan para quedarse con los derechos mencionados, también están obligados por contrato a cumplir con una transmisión a la altura del fútbol que dio origen a los actuales campeones del mundo y bicampeones de América.
Hace rato que las transmisiones no están a la altura del fenómeno cultural que significa el fútbol en Argentina. La baja calidad de los servicios es culpa de las empresas que lo brindan pero también tiene responsabilidad la gestión de Claudio Tapia, que debe encargarse de gestionar que se cumpla la otra parte del trato o en su defecto romper esos lazos y buscar mejores opciones en el mercado.
El costo del pack premium para ver los partidos es de 14 mil pesos, pero ayer el servicio no fue brindado en consecuencia.
No es la primera vez que las transmisiones de primera división reciben críticas por parte de los usuarios, ya que los cuestionamientos por otros temas, como la calidad de relatores y comentaristas, son habituales.
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