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Insultos, piñas y patadas voladoras: escandalosa batalla campal en Uruguay

Una pelea en el final del partido entre Defensor Sporting y River Plate terminó de la peor manera: los efectivos policiales no pudieron contener la situación y hasta se vandalizaron los vestuarios.

La octava fecha del Torneo Apertura en Uruguay dejó una imagen insólita: en el marco del encuentro entre Defensor Sporting y River Plate, se produjo una batalla campal entre los jugadores de ambos equipos que incluso provocó que los efectivos policiales debieran entrar al campo de juego para interceder. El anfitrión ganaba por 2-0 y la visita le puso picante al cotejo descontando casi sobre el final, pero el resultado acabó siendo anecdótico por el bochorno que protagonizaron los protagonistas del juego.

Una vez que el árbitro Alberto Feres realizó el pitazo final, los futbolistas se cruzaron en plena cancha en medio de discusiones y empujones. Sin embargo, la situación pasó a mayores y los insultos derivaron en golpes: uno de los jugadores del dueño de casa invitó a pelear intempestivamente a un adversario y el resto se sumó a la batahola. En la transmisión televisiva, se pudo apreciar que el mano a mano entre Sebastián Guerrero, del Violeta; y Matías Alfonso, de los Darseneros, derivó en patadas voladoras.

La acción que detonó el tole tole se produjo cuando Cristian Almeida impactó al arquero Kevin Dawson en un fuerte cruce, lo que incentivó la escaramuza inicial. Tiempo después, Octavio Rivero, el autor de los dos tantos para el elenco vencedor, también cometió una infracción y arrojó el balón lejos de la zona de la falta, algo que alteró el ánimo de los contrincantes. Incluso, el golero Yonathan Irrazábal se acercó para pechearlo.

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Ignacio Ithurralde, que se desempeña como estratega de River, logró controlar a Guerrero pese a su furia y lo llevó al vestuario con el objetivo de evitar que el encargado de impartir justicia le sacara una tarjeta. Curiosamente, los problemas no finalizaron allí: un empleado de Defensor se metió en el medio del conflicto y e intentó trenzarse con el propio Almeida. En ese mismo momento, Ramiro Cristóbal, otro hombre del conjunto montevideano, también apareció en escena para repartir puñetazos.

De los camarines forzados a la investigación de la Justicia

El personal de seguridad que se encontraba allí no pudo frenar la situación y uno de los accesos al vestuario fue forzado: varios de los simpatizantes que estaban en las tribunas pudieron acceder casi sin inconvenientes a la zona de camarines, provocando que el entuerto se acrecentara todavía más. Días atrás, el gremio de los colegiados había llevado a cabo un paro por las agresiones a los asistentes Julio Pérez y Federico Piccardo.

Lo cierto es que hasta se designó a una fiscal de Flagrancia, Sabrina Flores, para investigar de oficio los incidentes que se volvieron virales a través de las redes sociales. Desde el organismo indicaron que los participantes de la gresca pudieron haber incurrido en delitos tales como "riña" o "lesiones personales", pero para el último de ellos es necesario que se produzca una "instancia de parte" con una denuncia por parte de los damnificados. La polémica llegó a la Justicia charrúa y se volvió un escándalo internacional.

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